diciembre 04, 2003
Quise firmar
noviembre 06, 2003
Juntos o revueltos
octubre 23, 2003
¿Nos tapamos?
septiembre 25, 2003
Por sus frutos los conoceréis
agosto 28, 2003
A rascarnos las espaldas
julio 31, 2003
¿Toma usted este referéndum?
julio 17, 2003
Pónganos donde haya...
julio 03, 2003
La cláusula
junio 19, 2003
EL RADICAL DEL MEDIO
Quienes políticamente se sitúan entre los extremos, suelen conocerse como la mayoría pasiva y silenciosa, pero un radical del medio no es ni pasivo ni silencioso. … sin ser gritón, peleón o vulgar.
El radical del medio no permite que unos pocos extremistas coloquen al país al borde de una guerra civil y, cual buen padre de familia, los colocaría ombligo con ombligo en una jaula en la Plaza Bolívar, televisado, hasta que salgan amigos y compatriotas.
El radical del medio considera que la Nación necesita hacer responsables a los responsables y “caiga quien caiga”, despediría a funcionarios públicos, por simple ineptitud, así como pondría presos, tanto a quienes incurran en corrupción como a los que atenten contra los intereses vitales del país mediante huelgas.
El radical del medio sabe que sin un Estado fuerte y eficiente (lo que no significa grande) y un sector privado dinámico, no sobrevive la Nación. Conoce que la excelencia educativa es necesaria para propulsar el país, pero que sin una buena educación general, su valor es nulo, ya que sin unos buenos compatriotas, nada hacen los genios. Asimismo, para él, la grandeza y fortaleza de la Nación se mide en términos del trato digno que se le dé al pequeño y débil
El radical del medio se preocupa tanto por la fuga de cerebros, como por la fuga de corazones. En la globalización ve oportunidades y amenazas y no acepta propuestas o impuestas, vengan de donde vengan, por muy a la moda que estén, sin hacer su análisis crítico.
El radical del medio sabe que con la ayuda de la OPEP el petróleo ha logrado generar ingresos fabulosos, que lamentablemente PDVSA y los gobiernos han despilfarrado... y considera que hay mejores soluciones que vender el sofá. Está convencido de que la deuda pública, en promedio, jamás servirá para algo por lo que desea su eliminación y busca las inversiones extranjeras, pero sólo cuando haya logrado asegurar la voluntad de las nacionales.
El radical del medio sabe que el país no se rescata desde las trincheras y ha marchado contra el gobierno, pero también se ha abstenido de hacerlo, en oposición a la oposición. Respeta la Constitución vigente, el derecho de hacerle cambios y ante nada la Democracia … ya que ésta fue diseñada justamente para él... ya que sólo él puede cobijar y darle representatividad a las minorías de ambos extremos. Su lema actual es “Ni Habana, ni Miami… CARACAS”
https://radicaldelmedio.blogspot.com/2007/03/del-dinerito-casa.html
junio 05, 2003
Una insostenible sostenibilidad
mayo 22, 2003
Parque del Este
mayo 08, 2003
Basilea
abril 24, 2003
El handicap financiero
marzo 13, 2003
Hacia unos laboratorios mundiales
Pocas cosas inspiran tanto a cuestionar la globalización, con el corazón, como ver a un padre frente a una farmacia sin poder adquirir la medicina, que necesita su hijo enfermo, porque aún cuando el costo directo de ésta sea de sólo de 2.000, su precio, a cuenta de las patentes, es de 20.000. No obstante, con el cerebro, todos reconocemos que sin las patentes, que les garantizan a los laboratorios un monopolio temporal con el cual recuperar los costos de desarrollo, seguro que habría mucha menos inversión en el campo de las investigaciones medicinales. Como siempre, el reto para la humanidad, está en lograr agudizar el cerebro, poniéndole mucho corazón.
Cuando oímos a la industria discográfica defender sus derechos de propiedad ante la piratería, a veces sentimos que buscan darnos mala conciencia, haciéndonos pensar en ese pobre músico, que no logra cosechar el fruto de su talento y esfuerzo… haciéndose los locos ante el hecho de que de su margen de 18.000, el músico recibe la menor parte.
En tal sentido y buscando cómo encontrarle una solución al dilema de las medicinas, quizás deberíamos comenzar por analizar los componentes del margen, muy especialmente el de los impuestos, por cuanto parecería evidente que ese pobre papá, aún cargando con su cuota parte del gasto de desarrollo, no tendría porque tener que pagar ni un solo bolívar al fisco de otro país extraño, quien quizás lo use para proveerle medicina gratis al hijo de un padre más afortunado.
Hoy, cuando el mundo desarrollado nos ha logrado convencer sobre el valor global del respeto a las patentes, puede que sea hora de analizar si el concepto de la globalidad no debería ser aún más amplio, clasificando todo desarrollo de medicinas como un bien público mundial. En consecuencia, de la misma manera que la selva Amazónica no le cobra al mundo por purificarle su oxígeno, ningún país debería cobrarle impuestos a los laboratorios, ni a quienes trabajen en ellos.
Lo anterior sugiere situar a los Laboratorios en una especie de jurisdicción mundial, lo que también podría facilitar la solución a problemas tales como cuando se necesita vender medicinas a precios diferenciales a quienes sencillamente no tienen con qué, así como para asegurar la investigación de enfermedades, que jamás generarán una capacidad de amortizar el desarrollo, como ciertas variantes del SIDA en el África.