marzo 28, 2010

marzo 18, 2010

Un país atragantado

No cabe duda que el Oligarca de turno se encuentra atragantado habiendo asumiendo demasiadas responsabilidades para las cuales no se encuentra capacitado. En tal sentido, sus más íntimos lacayos, de adorarlo como dicen adorarlo, deberían hacer lo posible para evitar que mientras la violencia en las calles no se haya reducido a una mínima expresión, y los problemas de electricidad, agua, falta de empleo e inflación sigan pendientes, no se le permita asumir ni una tareíta más… tales como pulir sus zapatos, sembrar apio, o controlar el lenguaje en internet… de los que se le oponen. 
Pero también debemos estar muy claros que una mayoría parlamentaria opositora distinta y no subyugada al Oligarca se atragantaría igualito de buscar corregir los problemas sin buscar el consenso. La verdad es que el país entero se encuentra atragantado de emociones, problemas, desesperos, falta de ganas y lágrimas… y lo único que lo puede aliviar es lograr un entendimiento entre sus compatriotas. 
Lo de la violencia, con sus diarios partes de guerra, tal cual repeliendo un ataque a la nación por unos bárbaros, preocupa muy especialmente por cuanto es algo que sabemos que ni siquiera con un barril de petróleo a 500 dólares se pueda solucionar, sino requiere de transformar mucho de lo que muy en el fondo fondo hoy representamos como nación. 
En junio de 2004 en "McCárcel", El Universal, sostuve que la Justicia es algo muy difícil de comprender, concretar y medir, por situarse ella sobre un continuo que se hace finito sólo con la Justicia Divina… y que en tal sentido resulta tanto más efectivo promover la justicia concentrándose en combatir las injusticias. Jamás fácil, lo más difícil de aquello ocurre cuando se debe corregir las injusticias que comete la sociedad contra quienes son culpables de cometer los peores crímenes contra la sociedad. Ahí francamente le ronca los motores armarse del carácter de ciudadano responsable... aun así, no tenemos alternativas. 
Hoy un juez que sentencia a un criminal a quedar recluido en una de las grotescas cárceles venezolanas, termina siendo en realidad un peor criminal que el sentenciado ya que éste último puede haber cometido un crimen contra otro ser humano mientras que el juez, con su sentencia, a sabiendas de las condiciones que rigen en tales cárceles, comete un delito contra la humanidad. 
En tal sentido, la sociedad necesita instaurar un sistema carcelario digno que no sea solo el reflejo de una repulsiva venganza social, producto de un igualmente repulsivo resquebrajamiento del orden social e institucional. ¿Cárceles decentes, para unos criminales asesinos, antes que casas decentes para unos ciudadanos responsables? ¡Exactamente! De nuevo, ahí mismo reside algunas de las inmensas dificultades para salirnos del hoyo que hemos cavado y en que hemos caído. 
De igual manera la antiviolencia requiere de instaurar un discurso público incluyente y basado en el total respeto tanto por las leyes como por la convivencia social. ¡Buena suerte!...no tenemos alternativas. 
Un primitivo que tiene fe ciega en otro primitivo está siempre menos equivocado que un educado con fe ciega en otro educado… y ahí reside la difícil e ineludible responsabilidad de quienes, supuestamente, han recibido una buena educación. Por supuesto, los educados que aceptan subyugarse a un primitivo por conveniencias pues esos sí que son un lastre que atragantan a cualquier sociedad. 

marzo 04, 2010

La unidad debe ser la del país

Estoy algo cansado de oír a la oposición-ortodoxa hablar sobre la necesaria unidad de la oposición. Esa unidad no debería ser algo necesario, esa unidad, entre ellos, debería ser algo natural. La única unidad que sí es necesaria lograr, hasta indispensable diría yo, es la del país.

Digo esto por cuanto si yo fuese parte de esa oposición que anda seleccionado candidatos, pues más que preguntarle a los convencidos a quiénes quieren, me preocuparía por preguntarle a los dudosos del medio a quiénes no quieren… asegurándome por supuesto que sean verdaderamente ellos los que me respondan.

Respeto mucho aquellos de la oposición-ortodoxa que hacen esfuerzos sinceros para extender la mano a los del medio, algo que no les resulta demasiado fácil por cuanto al hacerlo corren el riesgo de enemistarse con sus propios puritanos, de los cuales hay muchos. Igualmente respeto la suplencia opositora ejecutada por Podemos en la Asamblea, aun cuando cumpliendo tal papel puede haber erosionado sus posibilidades de captar los votos del chavismo-sin-cacique.

De todas maneras, muy probablemente, varios candidatos de los "fronterizos", de los del tipo Podemos, de los de la sociedad civil y de jóvenes como Julio Rivas, podrán captar mayoría de los ni-ni que se ubican entre la oposición-ortodoxa y el chavismo-sin-cacique. Con eso se lograría la mayoría en el parlamento, aun cuando ello lamentablemente no signifique lograr la unidad del país.

En tal sentido me sorprende los cuestionamientos que muchos oposicionistas-ortodoxos hacen sobre si las motivaciones de Henri Falcón de separarse del PSUV son sinceras o no… como si eso importase tanto en estos momentos.

Supónganse que el país electoral votante quede dividida en cuatro toletes: la oposición ortodoxa, la oposición ni-ni, el chavismo ortodoxo, y el por-ver de Henri Falcón. Pues les aseguro que aún si el por-ver termina siendo un Caballo de Troya estamos mejor que hoy por cuanto un chavismo-sin-cacique, es inmensamente mejor para el país que un chavismo-con-cacique único.

Verdaderamente espero que Henri Falcón logre captar el voto de una gran parte del chavismo-con-cacique por cuanto así por lo menos la oposición ortodoxa y la oposición del ni-ni, tendría con quienes dialogar sobre el nuevo país que tantos ansiamos. La Venezuela que queremos encontrar es una Venezuela en que se dialoga y no una en que la mayoría se impone y de lo cual estamos hartos.

A más que la oposición del ni-ni y el por-ver de Henri Falcón avancen, mayores serán las fuerzas amortiguadoras que pueden impedir que el país se desbarranque… en otras palabras, las fuerzas del medio conforman nuestra propia comisión interna de países amigos.

Fiel a mis principios y para evitar cualquier confusión, permítame terminar recordándoles que sigo sin confiar en que nadie de la oposición ortodoxa, de la oposición de ni-ni, del chavismo sin cacique o del chavismo con cacique, por unidos, desunidos o revueltos que estén, pueda sembrar mejor las resultas petroleras de lo que los ciudadanos lo pudieran hacer, cada quien con su cuota parte. La unidad real del país la lograremos solo el día que le quitemos a nuestros gobiernos la chequera que les da la fuerza con que dividirnos. Necesitamos de gobernantes no de repartidores.

El Universal