septiembre 30, 2010

¡Mayoría, háganse respetar!

En 2005, después de retirar sus candidaturas para las elecciones parlamentarias, por desconfiar del sistema electoral, y consecuentemente quedar electa, con solo el 25% del voto popular, una Asamblea 100% rojo rojita, la oposición incomprensiblemente aceptó la electa como legitima, cuando lo lógico era considerarla ilegítima y actuar acordemente.
Espero que los asambleístas electos entre los que se oponen, o entre quienes no quieren ser lacayos del cacique, y que representan hoy una mayoría del voto popular, ahora no vayan a repetir tal tontería y se vayan a sentar como una minoría en sus curules, para proceder a legitimar lo ilegitimo del pasado, o lo ilegítimo del futuro, sin antes haber por lo menos exigido una cuantas rectificaciones y auditorias previas:
Primero: Exigir rectificar el corto-circuito causado por el poder electoral rojo-rojito que resultó en una exagerada discrepancia entre el solo 48% de votos recibido por el cacique de turno en su auto-convocado referendo revocatorio, y una representación del 60% de sus intereses en la Asamblea.
Segundo: Auditar detalladamente todos los contratos de endeudamiento público, gravámenes sobre el petróleo y asistencias a países, para que no se nos aparezca mañana un acreedor, un inversionista o un regalado por ahí, a reclamar lo que legítimamente no se le debe deber.
Tercero: Establecer reglas de conductas claras que le pongan freno a las vulgares caricaturas de asambleístas que se especializan en violar la majestuosidad de la Asamblea… al no saber qué otra cosa hacer para congraciarse con su cacique.
Nadie le puede negar a los de Podemos su inmenso esfuerzo en buscar controlar los excesivos excesos de una absolutamente ilegitima totalidad. No obstante "las organizaciones con fines políticos que hacen vida en la mesa de la unidad" y que ahora formalmente sí incluyen a Podemos, no pueden aceptar terminar siendo sólo el Podemos de la próxima Asamblea.
El sistema democrático requiere de una Asamblea legítima que legitime los actos de los demás poderes, y ser legítimo no implica solo un derecho a jugar a ser parlamentario. Al final del día, lo único que legitima una Asamblea es la actuación de los asambleístas. En tal sentido, asambleístas nuevos, recuerden que siempre tienen la opción de ocupar sus sillas y emitir un continuo y silente voto de protesta.
A mis compatriotas electos entre quienes se oponen al cacique o entre quienes no quieren ser sus lacayos les ruego: Aun cuando su representación en la Asamblea sea minoritaria ustedes representan una mayoría, así que todos quienes de una manera u otra los elegimos esperamos que actúen como tal, desde antes de cobrar su primera quincena. El que la nueva Asamblea no se haya instaurado no importa, una mayoría actúa como una mayoría desde el momento en que es una mayoría de-facto.
Por cierto, lo de aquí va igualmente dirigido a todo nuevo asambleísta rojo-rojito, y quien naturalmente debe tener el mismo interés en no legitimar lo que él jamás hubiese legitimado.
Siempre hay riesgos y uno siempre puede estar montándose en un Titanic, por lo cual lo menos que se debe hacer es buscar asegurar que el barco en que uno se monta, no esté ya impactado por un iceberg… muy especialmente cuando el capitán desde su camarote vocifera que eso le importa un bledo y que sigue rumbo firme en búsqueda del próximo iceberg.

septiembre 23, 2010

¡Requete-dependientes!

Independencia es, ante nada, ser libre de la dependencia y los venezolanos no lo somos. No solo por cuanto nuestra economía se debe más a lo que extrae del subsuelo que de lo que se extrae de nuestro esfuerzo, sino que además, como ciudadanos, dependemos más de cómo al cacique de turno se le antoje usar lo extraído. 
Es más la mayoría de nuestros dirigentes, de no existir el petróleo, y de no estar en las buenas con un cacique, probablemente se ganarían más respetablemente su vida como limpiabotas en alguna plaza pública. 
Participar y ser participados no es lo mismo. Participar es que nos den nuestra parte de las resultas petroleras y decidamos que hacer con ellas, ser participados es que nos digan que debamos agradecer una cédula del buen vivir que nos da el derecho de adquirir financiado en cómodas cuotas un mulinexillo chino (amarillento todos) o un osteraizillo beloruso (grisáceo todos) que son los que al cacique le gusta, y de los cuales un ayudante se haya redondear… en la única tienda debidamente autorizada para vendernos cosas en el campo de nuestra única Criolla Petroleum Corporation. 
Les confieso que de repente le tengo envidia a quienes quedarán elegidos para la Asamblea el 26, no para hacer lo que probablemente la mayoría de ellos harán, lo cual es discutir quien lo puede hacer mejor… sino para fastidiarlos hasta donde ya no me aguanten con la inocente pregunta… ¿si no los entiendo mal, lo que ustedes nos quieren decir es que saben más de lo que le conviene al pueblo venezolano que lo que sabe el pueblo venezolano? … para luego protestar su arrogancia implícita y exigir que por cada gasto central o descentralizado de las resultas petroleras, le sea entregadas un porcentaje cada vez mayor a los ciudadanos… en efectivo. 
Les confieso que de repente le tengo envidia a quienes quedarán elegidos para la Asamblea el 26, no para hacer lo que probablemente la mayoría de ellos harán, lo cual es hablar sobre los favores que hacen, sino para recordarles lo que le roban a otros legislando sus favores políticos. 
Les confieso que de repente le tengo envidia a quienes quedarán elegidos para la Asamblea el 26, no para hacer lo que probablemente la mayoría de ellos harán, lo cual es hablar sobre los ingresos, sino para recordarles los egresos botados y que botaran por el basurero de la historia. 
Les confieso que de repente le tengo envidia a quienes quedarán elegidos para la Asamblea el 26, no para hacer lo que probablemente la mayoría de ellos harán, lo cual es hablar sólo sobre él mañana, sino para recordarles que lo legislado anteriormente por una Asamblea absolutamente ilegitima elegida por una mínima parte de la población y compuesta, en un país notoriamente polarizado, por 167 parlamentarios elegidos de un lado y cero del otro… no tiene ni la más mínima validez, como tampoco lo tienen todos las autorizaciones entregadas al Cacique Ejecutivo para que regale, endeude, o hasta hipoteque lo que en la Constitución está explícitamente prohibido hipotecar. 
Les confieso que de repente le tengo envidia a quienes quedarán elegidos para la Asamblea el 26, no para hacer lo que probablemente la mayoría de ellos harán, cursilerear sobre independencia y soberanía, sino para recordarles lo pobremente requeté-dependientes que de verdad somos, muy especialmente cuando el cacique de turno también depende de otro cacique caribeño.

septiembre 16, 2010

¡Viva la dudocracia!

"Después de sistemáticamente saquear la Tesorería, en un increíble derroche de evasiones fiscales, sobornos y contabilidad creativa… los griegos pueden estar seguros que no pueden confiar en los griegos". Así comienza un artículo de Michael Lewis titulado "Cuidado con los griegos que traen bonos", VANITY FAIR octubre 2010.
El artículo relata como en plena Comunidad Europea, en Grecia, un gobierno nuevo descubre en octubre del 2009 que el déficit fiscal que para ese año se reportaba como de 3.7 por ciento, en realidad se ubicaba en un 14%... y que la deuda pública era simplemente una inmanejable monstruosidad de unos 400 billones de dólares lo que unido a las obligaciones públicas de pensiones por 800 billones de dólares, representaban más de un cuarto de millón de dólares de deuda por cada trabajador griego.
¿Qué pasará en Grecia? Estoy seguro que lo inmanejable siempre termina convirtiéndose, tras unas cuantas lágrimas, en una realidad algo más manejable. En estos momentos las pesadillas griegas se han pospuesto con asistencias crediticias por unos 145 billones de dólares ofrecidas por el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional a ese pequeñísimo país de solo 11 millones de habitantes… ¡más de 13.000 dólares por griego!
Viendo lo ocurrido en Grecia es perfectamente factible pensar en la posibilidad que nuestro país esté igualmente de quebrado y que estemos andando quemando los pocos gases que aún quedan, como igual es perfectamente posible que ni una cifra de las que esté dando el Banco Central sean ciertamente ciertas. Es más, el pensar que tales cosas horribles sean imposibles, constituye justamente el primer requisito para que puedan ser realidad.
Viendo lo ocurrido en Grecia no es de sorprenderse cuando, sin previo aviso, así de repente, después de más de 50 años de su revolución, en Cuba anuncian que la mitad de los empleados públicos, unas 500.000 personas deberán buscar emplearse en actividades privadas, las que por supuesto deben ser gravables. ¿Qué hace un funcionario público viejito cuando el rojo-rojito no vale na?
En tal sentido lo que Grecia sin duda demuestra es que lo mas importante en un sistema de gobierno es maximizar la vigilancia de nuestros gobernantes, lo que solo lograremos instaurando una verdadera dudocracia que dude de todos sus actos.
En tal sentido, como un verdadero dudócrata, les aseguro que para el momento que un candidato que yo apoye logre llegar a la presidencia de la República, lo primero que haría en las elecciones parlamentarias siguientes es votar por alguien que se le opone... así sea este un rojo-rojito.
Es más el día siguiente de haber quedado elegidos los parlamentarios por los cuales pudiésemos haber votado, todos debemos convertirnos en sus mas dedicados opositores.
Lo que Grecia claramente demuestra es que un abstencionismo no alcanza para nada y que resulta imperativo jugarle activamente y continuamente la contraria a nuestros gobiernos, para así buscar minimizar los sufrimientos a los cuales de toda manera estaremos expuestos. Y en Venezuela esto es de especial y vital importancia mientras no logremos quitarles a nuestros gobiernos el manejo de nuestras resultas petrolera.
Además, que nunca se nos olvide la muy sabia recomendación de Mark Twain: "Los políticos y los pañales deben cambiarse con frecuencia… por la misma razón". ¡Que viva la dudocracia!

septiembre 09, 2010

Un viejo culebrón

Y nos lo dicen en cara "El gobierno no tuvo nada que ver con la muerte de Brito"; y la fiscal manda a investigar a sus familiares; y algunos de nosotros venezolanos, se lo creeremos… y no hay nada de raro con eso por cuanto nosotros, los humanos, cuando queremos creer en algo tenemos una inmensa capacidad de hacerlo, no importe lo que nuestros ojos vean y nuestros oídos oigan. 
Uno de los grandes intelectuales del siglo pasado, Arthur Koestler, escribió una autobiografía de dos tomos Flecha en el Azul (1952) y La escritura invisible (1954) que deberían ser lectura obligada para quienes han tenido que vivir y lidiar con las circunstancias de nuestra Venezuela durante la última década. 
En ella Koestler, como comunista inscrito en el partido único de su época, nos cuenta sobre su viaje a Rusia, donde en la frontera en 1932 se le invita tomar el "tren hacia el siglo XXI"; y después de lo cual "automáticamente aprendí clasificar todo lo repugnante como una herencia del pasado, y todo lo atractivo como la semilla del futuro. Con la ayuda de esta clasificadora automática era aun posible para un europeo, en 1932, visitar Rusia y seguir siendo comunista". 
Koestler nos cuenta cómo la revolución sin pena magnifica la importancia de cualquier avance absolutamente insignificante, tipo se cosecharon tres zanahorias más que el año pasado, mientras que minimiza las consecuencias de cualquier gigantesco, tipo la epidemia de cólera creó ciertas inconveniencias para la prestación del excelente servicio de salud al cual la revolución nos tiene acostumbrados. 
Koestler nos cuenta cómo la revolución desarrolla su propio lenguaje para idiotas entendidos, con lo cual crea una simbología que le permite a los suyos jugar una especie de indios y vaqueros para adultos… "¿Cuál es la consigna?", "¡Patria socialismo o muerte, compañero!". "¡Entre usted entonces, compañero!". 
Koestler nos cuenta que en el lenguaje comunista las abreviaciones abundan para describir los programas y las instituciones pues éstos permiten eliminar los vínculos con propietarios individuales responsables sin identificar a los operadores anónimos responsables de su futuro funcionamiento disfuncional. 
Koestler nos cuenta cómo la colectivización obligada, unida al centralismo, asesina la economía. 
Koestler también nos cuenta cómo dejó de ser un comunista, lo cual, aun cuando se posea el convencimiento absoluto sobre tal necesidad, requiere de un proceso de desintoxicación mental tan especial que nos hace intuir la conveniencia que nuestros millones de rojos rojitos arrepentidos vayan desde ya creando sus Rojitos Anónimos. 
Lo que la biografía de Koestler nos deja claro, es que la película que actualmente pasan en Venezuela era vieja hasta para la época que la estrenaron en la Cuba de Fidel… ¡Qué culebrón, puras repeticiones, nada de fantasía! Y tantos que se creen lo de la revolución única y distinta. Acabará igualito a como acaban todas las revoluciones usurpadas por quienes solo les importa conseguir el poder. 
Finalmente lo que la biografía de Koestler nos debe dejar como lección ciudadana, para el día que toque, es que la enfermedad del comunismo le puede dar a cualquiera, hasta a los más intelectuales, por lo que no es el haber estado enfermo de comunismo lo que importa sino que, para bien o para mal, lo que importa es cómo el enfermo se comportó durante su enfermedad.

septiembre 02, 2010

¡Fuera con los mala gente!

En épocas de elecciones parlamentarias la atención naturalmente se centra en decidir quién es el mejor candidato por quien debemos votar. No obstante a veces más importante es decidir a quién se debe impedir que sea electo. La Venezuela sufrida y agotada por la violencia, tiene que lograr encontrar en sí la capacidad para enviar el 26 de septiembre un claro mensaje de castigo a quienes alimentan la violencia.
En otras palabras, cuando hay tanta necesidad de unirnos como país para buscarle solución a problemas urgentes, antes que tales problemas nos descuarticen como nación, debemos reducir el poder de todos aquellos divisionistas que intuitivamente sabemos que son simplemente unos mala gente.
¿Qué es un mala-gente? Alguien que no quiere reconciliación entre los venezolanos, es un mala gente. Alguien que usa su poder de gobierno no para gobernar sino para gobernarnos, es un mala gente. Alguien que fomenta el odio por cuanto el odio constituye su base de poder, es un mala gente. Alguien que no se atreve a dar la cara y debatir su gestión con quienes la objetan, es un mala gente.
Alguien que se vende de buena gente con la sola intención de volcar toda su bondad sobre sí mismo, es un mala gente. Alguien que doblega todo su propio pensamiento para servir sin distinción y criterio las órdenes de un jefe, e importándole un bledo todo lo demás, es un mala gente… y estoy seguro que Ustedes pueden ampliar mucho la lista de la mala-gente.
¿Cómo podemos evitar que la mala gente siga o entre a la Asamblea? 
Todos, de lado y lado y del medio, deberíamos pensarnos un listado de los diez peores mala-gente entre los que aspiran a entrar a la Asamblea y hacer de todo para que no lo logren. Estoy seguro que los que yo pensaría en mi lista aparecerían en las listas pensadas de la gran mayoría de los venezolanos, tanto en las de los de lado y lado como en las de los del medio. 
Es más, si yo observase que un mala-gente puede ser electo en una circunscripción que no es la mía, de repente dedicaría más tiempo a convencer a los de esa circunscripción a no votar por el mala gente, que al darle apoyo al no mala gente de mi propia circunscripción.
Es más, si yo observase que un mala-gente puede ser electo en una circunscripción que nos es la mía, de repente ofrecería un trueque. "Señor, ofrezco liberarlo del compromiso de voto que Usted puede sentir que tiene y que le haría votar por un mala gente, votando por quien Usted me indique en mi propia circunscripción".
En fin, si queremos a nuestro país no permitamos el 26 de Septiembre que mala gente accedan cargos de poder. Además, cantemos con Juanes: 
Mala gente… Te burlaste de mis sentimientos y ahora te lamentas 
Mala gente…Vas a pagarla caro porque a mí tú ya no me interesa
Mala gente… Porque tú eres una mentirosa y una mala gente
Tú me pides que regrese ahora… y ahora es a mí a quien lo le importas 
Tú me pides que seamos más que amigos… y amigos para qué si no hay cariño
Me he dado cuenta de tu engaño… de tu mala calaña y tanto mal que me hiciste tú 
¿Con tanta buena gente en Venezuela, cómo nos permitimos darle poder a unos que simplemente no tienen nada más en su currículum que el certificadamente ser mala gente?