junio 12, 2008

Una cochinada en la bahía

Mi padre, hace unos setenta años, como soldado polaco, fue capturado dormido en las calles de Varsovia y puesto en un campo de concentración, donde tuvo que pasarse los cinco años más importantes de su juventud, a cuenta de querer defender su país. Yo, de pequeño, en San Cristóbal, durante las semanas de la patria, fui inyectado con el mismo virus del patriotismo.
No obstante, el patriotismo con el cual siempre he comulgado, es aquel que con orgullo busca demostrarle al mundo que Venezuela pertenece entre los mejores, que está siempre en la vanguardia, tanto que a veces no tiene el tiempo para cuidar suficientemente la retaguardia.
Imagínense entonces cuando veo lo transmitido durante el "Aló Presidente" titulado "Fuerzas Armadas, Reserva, emisoras comunitarias y población ensayan maniobras de resistencia" y encuentro un acto digno de un preescolar, donde con una cuidadosa coreografía y ante la vista de todo el mundo burdamente se mofan de nuestro país, revolcándolo en el primitivismo.


Y no es que tenga algo en contra de ejercicios tipo defensa civil, los cuales son valiosos. Y, conociendo de la honorable actuación de una caballería polaca, no es que pueda tener algo en contra de la participación de unos "equinos". Y muchísimo menos tengo algo en contra de los ciudadanos que participaron en el acto, ya que estoy seguro que lo hicieron bien motivados, aún cuando ciertamente su participación en este montaje les puede costar más que haber actuado en una XXX.
No, aquí la culpa la tienen quienes montaron el acto, quien con su narración, tipo gran desfile militar, buscó enaltecerlo más allá de lo posible y quien, en nombre de los padres y representantes, agradeció el esfuerzo y felicitó la iniciativa. Si Cuba tiene su bahía de Cochinos sentí que con este acto a todos nosotros, los patriotas, se nos hizo una verdadera cochinada en la bahía y, como es usual, todo pagado por el petróleo.
Se dice que un verdadero aristócrata se sienta sin mirar atrás, al dar por hecho que alguien le ha colocado una silla. No obstante, los que normalmente se caen por hacer tal cosa, son los payasos.
A nuestra Venezuela le están entrando recursos petroleros como nunca antes y nosotros los ciudadanos, sin reflexionar, ni mirar atrás, le entregamos íntegramente tales resultas a nuestro mayordomo de turno. Entonces, cuando nos caemos y descubrimos que hasta la silla desapareció... es importante recordarnos, con sinceridad, que no fue por aristócratas que eso nos pasó.
En Venezuela si a los variados impuestos que se pagan le sumamos nuestras resultas del petróleo, de las cuales se apodera el gobierno, no hay duda que somos uno de los países con mayor presión fiscal del mundo. Y de que somos uno con la menor eficiencia en el gasto fiscal tampoco nadie duda... si para comenzar hasta el mayordomo no hace si no quejarse del resto del servicio.
En cualquier otra democracia, una inmensa brecha entre los ingresos y los resultados del sector público, darían lugar a una continua discusión política dirigida a reducir los impuestos que pagamos, o a quedarnos los ciudadanos con nuestras resultas del petróleo. En Venezuela no, aquí, como unos verdaderos payasos, nos limitamos a ver cómo cambiamos al mayordomo y a su equipo, para de nuevo tener a quien echarle la culpa, cuando de nuevo nos caigamos.
¿Y ustedes creen que "la cochinada en la bahía" es el colmo de la vergüenza y de la pena ajena? 
Posdata. Estoy recibiendo muchos mensajes sobre un cambio de 180° de chávez y permítame decirles que eso es algo muy relativo ya que para todos los fines prácticos ahí sigue sentado igualito con la chequera de nuestras resultas petroleras. Si acaso chávez ha decidido algo es la de ejecutar una rotación entre las focas.