marzo 29, 2012

Buscando preñar con deseos

Me llegó una copia del proyecto de "Ley del Proceso Social de Trabajo de la República Bolivariana de Venezuela". Mis comentarios están por supuesto sujetos a que tal documento sea el válido. 
¿De que los deseos no preñan? Cierto, pero ese documento indica un esfuerzo inmenso para lograr que así sea... a lo macho. 
Usando el buscador encontré 39 veces la referencia a una "justa distribución de la riqueza" y, como se imaginarán, esperanzado busque si se relacionaba con la justa distribución de las resultas petroleras... ¡qué va! 
Pero no tiremos la toalla. Por cuanto el Art. 447 indica que "A partir de la promulgación de esta ley, se abrirá en el centro laboral, un proceso de estudio y debate en el conjunto de la clase trabajadora, para identificar los criterios de participación en la justa distribución de la riqueza que exprese su igualdad social", de repente podemos usar esos foros para debatir sobre el reparto de las resultas petroleras directamente a los ciudadanos. 
En una economía con abundancia de empleos, las condiciones de trabajo, aún con una pésima ley de trabajo, serán siempre mejores que las condiciones de trabajo en una economía sin abundancia de empleos, aún cuando exista un sueño de ley de trabajo. 
En tal sentido la propuesta ley debemos juzgarla ante nada sobre la base si promueve o dificulta la generación de empleos. Por ejemplo, el Art. 60 establece. "Las trabajadoras y trabajadores tienen derecho a dos horas de la jornada diaria para participar en el proceso de autoformación colectiva, integral, continua y permanente". ¡Sea Usted el Juez! ¿Quién pagará el costo de esas dos horas de la jornada diaria, el patrón, o el trabajador en menores salarios y menos empleos? 
Ahora bien de aprobarse la ley no habrá que jugar con ella, pues las penalidades son horribles... 
"Art. 812 establece Toda desobediencia a citación u orden emanada del funcionario competente del Trabajo, será sancionada de la manera siguiente: 
a. Incorporación de la infractora o infractor, a un proceso de formación integral de quince días continuos, para debatir el programa contenido en el texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, el plan de desarrollo nacional, el plan operativo anual de la centro laboral, empresaria o empresario y el daño económico, político y ético-moral causado a la sociedad. 
b. Cuando la infracción sea cometida por segunda vez, una multa de XXX unidades tributarias". 
Como entenderán muchos patrones confesarán rapidito haber cometido múltiples infracciones a la ley con el fin de no exponerse al castigo indicado en el aparte a. que puede tornarse muy cruel, y así poder pasar directamente al pago de la multa. 
Pero por cuanto lo igual no es trampa, de quedar sancionada la ley, y para el caso que no produzca los resultados deseados, todos los asambleístas que hayan votado a favor de ella, deberían igualmente comprometerse a un proceso de formación integral de quince días continuos, para debatir el tema de si los deseos preñan o no... transmitido todo en cadena nacional. 
¿Se recuerdan del niñito que en televisión contestó la pregunta sobre lo que quisiera hacer cuando fuese grande con un "¡Ser guardia nacional!", y al "¿por qué?" de la reportera replicó con un sincero "Usted sabe, para pedir papeles y eso"? Pues bien, leyendo el proyecto de ley, me parece que la respuesta actualizada de ese niñito sería la de "¡Ser inspector de trabajo!"... y ustedes saben muy bien el porqué de ello.

marzo 22, 2012

¡Fuera IVA!

El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID y demás instituciones financieras multilaterales, las IFM, trabajan antes que nada para sus accionistas, los respectivos gobiernos de los países miembros. No hay nada mal con eso... es como es. Además por cuanto las IFM ayudan a los gobiernos a cumplir mejor sus funciones, nosotros los ciudadanos también con frecuencia nos beneficiamos de su labor. No obstante es importante que justamente como ciudadanos, nos recordemos que las IFM, al favorecer a sus accionistas, pueden a veces, sin quererlo, trabajar en contra de nuestros mejores intereses. 
La semana pasada en respuesta al artículo "Mi paraíso fiscal" recibí preguntas sobre los impuestos a la venta o al valor agregado, el IVA, por no haberlos mencionado. Sencillamente no los quiero en mi paraíso... y me hicieron recordar cuando durante los años 90 escribí artículos protestando el hecho que las IFM nos vendían la necesidad de impuestos como el IVA, sin considerar para nada el hecho que el gobierno ya se quedaba con nuestras resultas petroleras. 
Y ni hablar de eso a los actuales precios petroleros. Hoy, sólo la gasolina regalada, con la cual el actual gobierno que se dice revolucionario subsidia a quienes consumen gasolina, calculado a precios internacionales, representa de hecho un impuesto cobrado y gastado del casi 10 por ciento del PIB. 
Por supuesto, si yo fuese un político, un burócrata, disfrutando trabajando con reales ajenos, no tendría mucho en contra del IVA o impuestos sobre la venta... si así llueve que no escampe. Pero, como ciudadano, estos impuestos ni me gustan ni me convienen. 
No me gustan por cuanto son regresivos, lo cual, en un país donde ya el gobierno se queda con las resultas petroleras de los más pobres, equivalen a echarle sal a las heridas. 
No me convienen por cuanto la relación del pagador del impuesto y el ciudadano no queda establecida con claridad. Quien lo dude que me responda cuánto pagó el año pasado en IVA. 
Las IFM, entre otros, nos dicen que el IVA debe gustarnos, por cuanto es fácil para el fisco cobrarlos. No logro entender tal argumento por cuanto, intuitivamente, preferiría que al fisco le cueste cobrar los impuestos, en la esperanza que así los agradezcan y los cuiden más. 
Y el dinero es fungible. Si no le gusta como regalan nuestras resultas petroleras a otros países, considere que esos regalos igualito los puede usted estar pagando con el IVA. 
Así que: ¡Fuera los impuestos indirectos que no llevan impreso de manera precisa el nombre del contribuyente!... para que así nosotros los ciudadanos podamos reclamarle mejor al cacique y a sus caciquillos de turno, el buen uso de nuestros recursos. 
¿Y por qué el tema? Por la sencilla razón que necesitamos, y nos merecemos, darle un revolcón mucho más profundo a nuestro país que el que veo reflejado en los programas esbozados por la MUD. 
Si algo ha demostrado fehacientemente esta fallida revolución hecho teatro burlesco con altas y tristes posibilidades de ser novelado, es la necesidad de una verdadera revolución, una revolución que ponga al ciudadano al frente del país, y no una que se limite al cambio de caciques y baquianos. Las resultas petroleras, si verdaderamente son de los venezolanos, entonces que verdaderamente le lleguen a los venezolanos. Lo demás es cuento chimbo de quienes aspiran ser caciques adinerados... para así poder ayudar a su pueblo, tan bellos ellos. 
"Usted no paga impuestos - ellos agarran impuestos" Chris Rock 

marzo 15, 2012

Mi paraíso fiscal

Mi paraíso fiscal no sería, como muchos podrían pensar, un país donde no se paga impuestos, sino un país con un sistema fiscal justo, transparente y eficiente; el cual, sin debilitar al ciudadano, logre generar los ingresos fiscales que permitan al Gobierno acometer lo que los ciudadanos consideren que debe acometer por cuenta de ellos... y más nada. 
Actualmente tal paraíso fiscal no existe en ninguna parte. De hecho, lo que predomina en el mundo son unos verdaderos infiernos fiscales kafkianos. Todo país que logre transformarse en un paraíso fiscal, tendrá todas las de ganar. 
Mi paraíso fiscal, se regiría por los siguientes dos principios: 
1. Toda persona tiene el derecho inalienable de contribuir con su país pagando impuestos, no importa cuán pobre sea. Además es inaceptable que la ciudadanía pueda ser odiosamente dividida, por políticos y burócratas interesados, en pagadores y no pagadores de impuestos. 
2. El Estado no debe percibir ingresos por concepto de cualquier otro impuesto que los pagados directamente por los ciudadanos en nombre propio. Es un derecho inalienable de los ciudadanos que sus gobiernos trabajen exclusivamente para ellos, sin que otros mecenas o interesados puedan introducir confusión en tal relación. 
En tal sentido, en ese paraíso fiscal, toda persona que recibe, así sea un solo bolívar en ingresos, por cualquier concepto, pagaría impuestos. El impuesto, por supuesto de índole progresivo, podría por ejemplo ubicarse entre el 10 y el 49 por ciento. Ni pensar que el Estado se quede con la mayor parte del ingreso de cualquier ciudadano, por adinerado que sea el contribuyente. 
Las empresas no serían gravadas con impuestos, por cuanto su función es la de crear trabajos y aumentar los ingresos gravables de los ciudadanos, algo que pueden lograr mejor sin distorsiones fiscales. Por supuesto, las empresas quedarían obligadas a enterar un impuesto por los dividendos pagados a quienes no se encuentren fiscalmente domiciliados en el país. 
Todo los demás ingresos que puedan ingresar al Estado, por ejemplo las provenientes de las resultas petroleras, aranceles netos y utilidades cambiarias, serán repartidos directamente entre los ciudadanos, en la medida que las realidades macroeconómicas así lo permitan, y formarán parte de sus correspondientes ingresos gravables. 
El ingreso fiscal recaudado por el Estado central sería automáticamente repartido según un situado constitucional bastante descentralizado, y el cual visualizo como en un 10 por ciento para las gobernaciones y un 40 por ciento a los municipios, distribuidos 90 por ciento en base de la población y 10 por ciento en base al territorio. Los municipios podrán además cobrar sus respectivos impuestos a las propiedades, residenciales. 
En casos de emergencia nacional, y contando con el voto favorable del 80 por ciento de los asambleístas, la Asamblea Nacional podrá igualmente decretar un impuesto sobre el valor de los activos financieros hasta por un máximo del 1 por ciento anual, hasta por períodos máximos de 3 años. 
¿Privatizaciones de servicios públicos? Por supuesto que sí, pero siempre adjudicándolos sobre la base de minimizar las tarifas para los usuarios y no, como suele ser, para maximizar el ingreso del Estado. 
¿Deuda pública? Ni un céntimo más que el 30 por ciento del PIB, y solo a largo plazo. 
Agradezco toda sugerencia que pueda hacer aún más paradisiaco mi paraíso fiscal. 

marzo 01, 2012

Deben exponer mucho más su pellejo

Cuando observo el uso tanto más efectivo que alcaldes y gobernadores de la oposición logran darle a los recursos que se le asignan, lo atribuyo, ante nada, al hecho que no les queda otra, y al hecho que, francamente, la competencia no es muy reñida. Quienes gozan de la simpatía del cacique y tienen acceso a mayores recursos, simplemente pierden más el tiempo en repartirlos y en asegurar mantener la simpatía del cacique. 
Un problema de los contratos públicos asignados a dedo, es que las "comisiones" son exigidas en el momento de los desembolsos, por adelantado, y no en el momento de concluirse las obras. De sólo lograr asegurar que las corruptas comisiones se pagasen una vez ejecutado el proyecto, las comisiones seguirían por supuesto siendo corruptas, pero por lo menos sería una corrupción más productiva. ¿Debe acaso la Ley contemplar: "La pena de cárcel por corrupción, cuando está relacionado con una obra se haya ejecutado en el tiempo y con el costo previsto, será reducida cuatro quintas partes."? 
Si los venezolanos hubiéremos recibido nuestras resultas petroleras en efectivo y las hubiésemos entregado a un administrador financiero con una capacidad de administrar recursos ingentes tan pobre como la que le hemos observado a nuestros gobiernos, desde la era del petróleo dorado iniciado en 1974, hace tiempo que le hubiésemos retirado el mandato de gestión, reservándonos además el derecho de demandarlos por desfalco. Francamente, nuestra costumbre de confiar al Estado el manejo de las nuestras resultas, sin cuestionar ese arreglo tan dudoso, es indicativo de que algún tornillo importante nos hace falta. 
Los países desarrollados atraviesan actualmente una gigantesca crisis bancaria que ha llevado a discutir sobre la importancia que bancos y banqueros expongan más de su propio pellejo. Y eso es algo sobre lo que también debemos pensar mucho más en Venezuela. No podemos permitirnos el lujo que nuestros burócratas sean unos fallidos administradores, y nada les pasa. ¿Cuándo vamos a inhabilitar un funcionario público por el sólo hecho de ser un mal funcionario público? En términos reales eso puede ser mucho más importante que inhabilitarlo por corrupto. 
Lo anterior requiere que nosotros, las víctimas, sepamos mantener una constante vigilancia crítica de las autoridades... lo que requiere abandonar nuestra boba costumbre de dejarnos alumbrar hasta la ceguera por la autoridad, tanto cuando esta se basa en colores políticos, como en méritos documentados, olvidándonos que el papel aguanta todo. 
Buscando explicarle a un grupo de profesionales escépticos lo idiota de las regulaciones financieras producidas por la inteligencia más meritoria del mundo, me sirvió mucho un libro de Edward Dolnick titulado "The forger´s spell" 2008, algo así como "El embrujo del falsificador" 
El libro que trata sobre como un falsificador logro engañar a todo el mundo con unos mediocres cuadros falsos de Johannes Vermeer, cita a Francis Fukuyama citando a Patrick Moyniham opinando "Hay algunos errores que requiere de un Ph.D. para hacer". Igual nos recuerda el comentario de George Orwell: "Uno debe pertenecer a la inteligencia para creer tales cosas: ningún hombre ordinario podría ser tan estúpido." 
Nosotros, los del poblado Venezuela que no logra ser país, bobamente caímos en las muy tristes circunstancias actuales. No permitamos ahora que, como unos neo-bobos, sólo nos den una vuelta y de nuevo nos lleven al mismísimo punto de salida.