noviembre 22, 2001

Lo privado y lo público del petróleo

Lo privado y lo público del petróleo

Hay fundamentalistas para todos los gustos y las actuales turbulencias del mercado son propicias para que salgan de sus cuevas quienes predican que privatizando el petróleo se dará el milagro que acabará con todos nuestros problemas. ¡Cuidado con su canto de sirenas! 
Sí creo que debemos encontrar una manera más justa y eficiente de entregarle al ciudadano privado los ingresos petroleros, ya que el Estado, habiendo demostrado que sabe ganar en el petróleo, también nos ha demostrado que no sabe gastar. 
Sí creo que todo lo petrolero, distinto a la exploración y la explotación primaria, debe ser 100% privado, por cuanto el Estado no está diseñado para competir con la cruel eficiencia que tales áreas requieren y sólo consumiría inútilmente los recursos ya ganados. 
Sí creo que debemos lograr una presencia nacional privada en el petróleo, que no se limite a vender bombas y tubos. Cuando veo cómo un país pequeño como Finlandia desarrolla tecnologías para usar la orimulsión en El Salvador, mientras que en Venezuela no existe ni un solo generador que use el combustible que buscamos venderle al mundo, me avergüenzo. Por Ley, el 10% de la electricidad en Venezuela, debería ser generada con orimulsión. 
Sí creo que el ciudadano debe involucrarse más con el sector y puedo evidenciarlo con mi trayectoria: cuestionando la apertura... cuando otros lanzaban vivas; criticando los impuestos a la gasolina y los subsidios al carbón por discriminar contra el petróleo... cuando se ignoraba el problema; objetando la protección ambiental... cuando sólo persigue al petróleo; solicitando un ombudsman petrolero... para lograr algún control y sugiriendo el Día del Petróleo... para que el país aprenda a respetar y defender su recurso no renovable. 
Pero... también estoy seguro de que, en sus facetas primarias, la actividad petrolera debe ser 100% del Estado, por cuanto no debemos diluir la poca fuerza que tenemos para defenderlo, lanzándonos por la vía de explotarlo privadamente hasta donde el cuerpo y los costos marginales aguanten y, en tal sentido, le recuerdo a nuestros otros fundamentalistas algunos hechos de la vida real. 
Si Pdvsa fuera privada, olvídense de manejar recortes de producción como hoy, su gerencia podría hasta ir presa en Estados Unidos por actividades ilícitas de cartel. 
Si Pdvsa fuera privada, puede que se caiga la OPEP con lo que a los privados no les tocaría trabajar bajo la cómoda sombra de unos precios OPEP, sino competir contra los menores costos marginales de una industria privada saudita... y pedir cacao... al Estado. 
Si Pdvsa se vuelve privada, seguiría igualita la pelea del Estado por extraerle recursos. 
Amigos, como todos estoy angustiado por mi país y creo que necesitamos, no de menos, sino de mucha más revolución de la que hasta hoy hemos observado. Pero la revolución que yo reclamo, que no tiene nada que ver con el reestreno de obras fallidas con utilería gastada, tampoco se basa en mitos privatizadores y mucho menos en un ¡DALE, DALE! a la piñata de Pdvsa.



noviembre 19, 2001

Para la próxima

Para la próxima

Desde 1997 he publicado 71 artículos sobre el petróleo, sin lograr influir en la redacción de la actual Ley de Hidrocarburos. ¡No importa - clavo pasado! ... ya comenzó la discusión de la próxima Ley y a tal fin les presento un breve resumen de los cambios necesarios. 
1. Cuando en la Florida se prohibió la Orimulsión, busqué promover, sin éxito, la idea de colocar en una valla del aeropuerto de Miami, un pequeño mensaje, de pueblo a pueblo, indicando que eso no era la forma de tratar a sus amigos. Resulta indispensable enseñar al ciudadano a participar en la defensa de su principal activo no renovable, por lo que en la próxima, no podemos seguir ignorándolo. 
2. Es una vergüenza que a los 26 años de haber nacionalizado nuestra industria petrolera, aún no contemos con un ente creíble, capaz de repartir entre la industria y el Estado los beneficios obtenidos por la explotación, de acuerdo con los intereses a largo plazo del país y sujeto a las realidades de un mercado dinámico. Espero que la próxima logre sustituir el fijar a lo macho los impuestos y las regalías, por el uso del criterio flexible de un Ombudsman Petrolero. 
3. Ya se le ha causado suficiente daño al país al desaprovechar los recursos obtenidos por el petróleo extraído, como para arriesgar que la reservas aún no explotadas se dilapiden de manera anticipada. La próxima deberá prohibir toda posibilidad de anticipar rentas fiscales, tales como: el endeudamiento no operativo de PDVSA, las ventas de petróleo a futuro y la negociación de contratos de asociación, que se basen en la obtención de un pago inicial. 
4. El petróleo está expuesto a una continua discriminación mundial con los impuestos aplicados a su consumo, los subsidios otorgados a fuentes energéticas alternas y unas normas hipócritas de protección ambiental. Ante esto, el Estado debe conservar intacta la única defensa posible, que es la capacidad de decidir autónomamente los volúmenes de producción, por lo que imploro que la próxima prohíba cualquier limitación a esa capacidad. 
5. El Estado venezolano, gracias a la OPEP, ha logrado generar altos ingresos petroleros en las fases primaria de exploración y explotación, los cuales lamentablemente luego son diluidos al incursionar en actividades aguas abajo, que exigen una mayor competitividad. Para la próxima, solicito que las fronteras entre la gestión estadal y la privada sean delimitadas con mayor precisión
https://petropolitan.blogspot.com/2001/11/para-la-proxima.html




noviembre 08, 2001

¡Vaya vacatio legis!

¡Vaya vacatio legis!
Cuando la AES compró a la Electricidad de Caracas (EdC) en un precio mucho más alto de lo que se cotizaba en la Bolsa, quedó claramente evidenciado que las tarifas eléctricas eran mucho más altas de las necesarias. De haber existido un gobierno que gobierna, lo primero que debería haber hecho es reducir las tarifas, al menos en un 10%.
TARIFAS. Como consumidor sigo creyendo, que las tarifas que se permite a la EdC cobrar, son un robo de altas. Dado que las autoridades no tienen la más remota idea de cuáles podrían ser unas tarifas correctas, quizás pudieran ver la luz si en Caracas existieran, por ejemplo, cuatro distribuidoras, cada cual con su concesión, compitiendo entre sí, lo que nos permitiría hacer un análisis comparativo sobre la eficiencia con la que cada una de ellas nos traspasa las bendiciones energéticas que Dios le ha dado a Venezuela.
Para suerte mía, la Constitución y la Ley Eléctrica me dan el derecho de poder influenciar en la materia, a través de la Municipalidad y de una Comisión Nacional Energía Eléctrica (CNEE). Para mala suerte mía, parece que tales derechos no los podré ejercer sino dentro de 53 años.
Exceptuando la Isla de Margarita (que ya se embromó) las demás distribuidoras eléctricas del país operan sin poseer concesiones formales. La Ley obliga a solventar ese vacío legal y a tal efecto ha autorizado al Ministerio de Energía y Minas a negociar solito con las distribuidoras convenios transitorios de tres años, con el objeto de otorgarles concesiones por 30 años, prorrogables por otros 20. En otras palabras, sería sólo a partir del vencimiento de estas concesiones, por allá en el 2055, que se nos permitiría a los demás participar en la decisión.
Para quienes como yo no hablan latín, Vacatio Legis se refiere a ese periodo de transición entre la fecha en que se promulga una Ley y cuando comienza a surtir efecto. Sin ser abogado, pienso que 53 años sólo pueden describirse como la madre de todas las Vacatio Legis.
Amigos usuarios de Caracas, creo que debemos hacer algo antes de que nos amarren por más de medio siglo, especialmente ante rumores, que no me constan, de que el nuevo accionista está exprimiendo a la EdC hasta más no poder, lo que puede enredar nuestro futuro eléctrico.
Kurowski ¿qué estás haciendo? ¡Estás asustando a los capitales extranjeros! Quizás, pero estoy harto de oir tantas necedades sobre la importancia de las inversiones extranjeras en un país donde el capital nacional huye. Como hijo de inmigrantes sé que la gran mayoría de quienes ayudaron a prosperar a nuestro país, sólo traían en sus maletas sueños de futuro, ganas de trabajar y un gran agradecimiento a la Venezuela que los acogió.
Mucho más importante que atraer a los capitales extranjeros, es lograr construir tarifas lógicas y estimular la inversión de los mismos venezolanos en sus propias distribuidoras eléctricas. Para esas dos tareas, sí que necesitamos una CNEE buena.
Publicado en El Universal, Caracas, 8 de Noviembre de 2001