Petróleo vs. hidrógeno
En los Estados Unidos, por enésima vez, fueron anunciados hace poco unos nuevos y mejorados planes, que supuestamente asegurarían el triunfo próximo de la “esperanza blanca” de las fuentes de energía, el hidrógeno. Por enésima vez, salieron también nuestros pajarracos de mal agüero, lloriqueando que como el petróleo estaba a punto de perder importancia, básicamente habría que regalarlo, para evitar así la desgracia nacional de que se nos quede frío en el subsuelo venezolano.
¡Pues ya me harté! Públicamente declaro que los considero unos pobres idiotas… salvo que demuestren tener unos intereses particulares, que justifiquen su proceder, en cuyo caso accedería a catalogarlos como poco venezolanos …en lugar de idiotas.
No entiendo qué se persigue, pero en un país dividido, como el nuestro, es obvio que ni los intereses de la Habana, ni los de Miami podrán ayudarnos a amalgamar nuestra Patria… para esos fines sólo sirven los intereses de Venezuela… un país petrolero.
En consecuencia, el día que surja un sustituto energético del petróleo…ese día veremos. Mientras tanto, por favor, como venezolanos, tenemos la obligación de defenderlo con las uñas contra quienes nos prohíban la Orimulsión; contra quienes le apliquen impuestos discriminatorios de más del 400%; contra quienes se embolsillen los márgenes y contra quienes de una u otra forma atenten contra nuestra capacidad de producción.
De seguro que los ingresos petroleros no le han servido al país. No obstante, no se debe confundir la gimnasia con la magnesia y, en tal sentido, lo que hay que buscar es como mejorar el uso de los ingresos, ya que la teoría de que es preferible desperdiciar barriles que desperdiciar dólares, es francamente intragable.
Ahora bien, para su consuelo les cuento que en otros lares también hay idiotas, aunque más bien esos busquen ser pájaros de buen agüero. Así vemos como el Wall Street Journal dedicó todo un artículo dirigido a sus ilusos donde alertaba que lo del hidrógeno, en el mejor de los casos, sería quizás entre el 2030 y el 2050 y que en todo caso, la mejor manera para producir hidrógeno seguía siendo con el petróleo.
Compatriotas derrotistas, llegado el siglo del hidrógeno, si nos aplicamos, quizás logremos vender la gasolina al mundo, no a los 23 centavos por litro de hoy, sino a 2 dólares, al mismo precio que actualmente pagamos… por una agüita Europea.