El intensivo intercambio comercial que debe estar ocurriendo en Venezuela, donde en cada esquina habrá operaciones del "¿cuánto papel tualé me das por este paquete de harina de maíz precocida?", nos debe recordar el Decreto 6.130, dictado por Hugo Chávez Frías, el 3 de junio de 2008, "Para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular"... en el ¡El Año del Impulso Revolucionario!
El propósito de dicho Decreto, con rango, valor y fuerza de Ley, era "aportar las herramientas necesarias para el fortalecimiento de las potencialidades económicas de las comunidades"; entre las cuales cabe destacar las de permitir, "a Prosumidoras o Prosumidores", el uso del Trueque Comunitario Directo e Indirecto y el de los Mercados de Trueque Comunitario. ¡Y lo logró! ¡Qué visionario! ¡Qué brillante!
Pero igual como ese decreto nos dejó mudos... las actuales ocurrencias en materia económica también nos dejan sin habla. Por supuesto, siempre cabe la posibilidad que los relevistas de turno que también se suponen brillantes, terminen siendo unos locos ineptos, Dios nos guarde, pero, mientras, más tranquilizante, es simplemente aceptar que son demasiado brillantes como para nosotros poder entenderlos... y mucho menos ayudarlos.
En otras palabras, los que no somos el cacique de turno, o su ventrílocuo, o sus ejecutores más cercanos, somos todos unos completamente irrelevantes. Por cierto, "nosotros los irrelevantes", incluye a todas las autoridades locales, de lado y lado, como lo que puede testificar el gobernador regañado; y sin que eso signifique que Arias Cárdenas no se merecía un regaño... por irse de maracas como brillante.
Otro de los brillantes, Nelson Merentes, hace poco calificado por Maduro como "un cerebro en la economía", acaba de avisar que en Venezuela "la dificultad de la economía es la inflación", algo así como que nuestro problema es solo la fiebre y para nada la enfermedad.
Y el brillante mayor, Maduro, regresando de una gira para comprar la producción de otros, ahora nos sorprende con un: "la solución es producir, producir y producir".
Y a la oposición, ante todo lo que está ocurriendo, puede que le vaya mejor callándose su propia brillantez, facilitando que el régimen se hunda en la suya.
Digo esto por cuanto cuando yo hablo de ayudar, no me refiero a sofisticaciones como las que frecuentemente nos sueltan los aspirantes a brillantes, sino al decir simples verdades.
Por ejemplo, a este irrelevante articulista, le parece más importante que los niños venezolanos estén bien alimentados y que los maestros tengan un sueldo decente, a que la gasolina se regale.
Por ejemplo, a este irrelevante articulista, mucho peor que los problemas derivados del carácter improductivo de una economía anclada en el petróleo, le parece los problemas derivados de gobiernos que anclados en el petróleo, se encierran en clubes de mutua admiración para auto-considerarse brillantes.
PS. El domingo pasado Guillermo García publicó "¡Dolarizar ya!", como una fórmula para parcialmente desactivar el "Tic tac" de la bomba económica a la cual refirió en un artículo anterior. Aún cuando reconozco que por la vía que vamos, el país puede terminar dolarizado de-facto, no estoy muy de acuerdo con ello. Ante nada por cuanto persistiría nuestro problema de fondo, el que todos los dólares por la exportación del petróleo le llegan directo al Estado. No obstante, mientras, para lograr una mayor aceptación del bolívar, quizás el BCV debería mandar a imprimirlo en rollos.