El Presidente dijo el domingo 23 de mayo de 2010, que Venezuela podría pagar fácilmente su deuda externa con las reservas internacionales, dado que "prácticamente no tiene deuda externa". ¡Pague la deuda pues! La legítima.
En junio 2003, en "Una insostenible sostenibilidad", en El Universal escribí: "Un país en desarrollo, con necesidades reales, francamente no puede darse el lujo de cancelar ni un céntimo en intereses por un nivel de deuda surgido de una serie de créditos, que en promedio son improductivos.... El día en que el país se coloque firme e irrevocablemente sobre la senda de cancelar totalmente su deuda, ese día se le abrirá un espacio inmenso de oportunidades al país".
En abril 2003, en "El hándicap financiero", en El Universal escribí: "Cada mañana cuando un venezolano sale a construir su futuro y el de su patria, bien sea servidor público o privado, carga sobre sus hombros el peso del riesgo país que ese día hayan fijado los mercados financieros. Un riesgo país alto es una contaminación económica, que tapa todo y que impide respirar con normalidad. El riesgo país tiene muchas causas y muchos orígenes pero la principal está generalmente relacionada con la capacidad de servir la deuda pública del país".
Y en el 2010, el problema de las deudas de los países soberanos se ha hecho mucho más agudo, especialmente por cuanto éstas han crecido vertiginosamente cuando los Gobiernos de algunos países han decidido asumir muchas de las pérdidas por la crisis financiera, en lugar de dejarles éstas a los inversionistas, como deberían.
Entonces, si tenemos las reservas con qué pagar, no se justifica que sigan considerando a Venezuela entre los deudores malosos, aplicándole altas tasas de interés, como si estuviese financiándose con una tarjeta de crédito.
Provoca llorar pensar en que Venezuela no haya podido ganarse unas buenas calificaciones de crédito durante toda su última bonanza petrolera; a la máxima que llegamos fue a una BB... "un alto riesgo de incumplimiento... incertidumbre ante condiciones económicas y financieras". Sin duda que nosotros, los cachicamos, gracias a un gobierno inepto, trabajamos para los "especuladores", las lapas.
Provoca llorar pensar en los intereses adicionales que innecesariamente pagó y sigue pagando el país... por mantener unas reservas supuestamente superfluas en lugar de cancelar su deuda... algo así como un 10 y pico largo por ciento más en intereses de lo que hoy paga ese "imperio" que según nuestro cacique de turno está quebrado.
Provoca llorar pensar en lo que puede haber perdido el país últimamente, a cuenta de que nuestro cacique de turno no quiera tener parte de las reservas en dólares.
Imagínense qué maravilla, una Venezuela con una deuda de solo mil dólares, calificada AAA.
Por cierto, dado que nuestro cacique de turno no es banquero, esperemos que unos banqueros chinos no le metan la coba que un dinero recibido por el cual no hay que pagar intereses, sino sólo barriles de petróleo, no es un préstamo. Cada barril hipotecado, es un barril robado a la Venezuela de nuestros hijos.
Ahora bien, si en verdad no tenemos las reservas como para pagar la deuda de Venezuela, o la de Pdvsa, ni siquiera un poquito de ellas, es mejor quedarnos callados para no perder más credibilidad y con ello solo terminar pagándole más intereses a esos especuladores a los cuales se nos ha ordenado detestar.