Visitando a mi madre quien vive en Suecia tuve la necesidad de alquilar un remolque algo grande en una gasolinera. El joven empleado me pregunto mi nombre, mi teléfono y si deseaba pagar el alquiler ahora o después. Le respondí “después” y me dijo “llévate el número cuatro”. Salí de la gasolinera con el remolque sin haber pagado o mostrado cualquier tipo de identificación.
¿Esa mayor confianza que se tienen los ciudadanos entre sí en un país como Suecia, qué valor tiene? Exactamente no lo sé pero estoy seguro que el valor de una gran confianza entre los ciudadanos es alto y que el costo de la desconfianza también.
Hace algunos años alguien le pregunto a mi madre sobre el porqué no utilizaba los servicios de una enfermera que el Estado se ofrecía proveerle de manera gratuita para ayudarla a cuidar a mi padre que se encontraba enfermo. La oí responder “estoy seguro que hay quienes lo necesitan más.”
¿Esa mayor disposición de asumir una responsabilidad social y de evitar abusar lo ofrecido, qué valor tiene? Exactamente no lo sé pero seguro que tener ciudadanos con mayor responsabilidad social y así poder más fácil librarse de los mega-abusos sociales debe tener mucho valor para cualquier país.
Durante los últimos diez años, en materia de confianza entre los ciudadanos; de responsabilidad social y falta de abuso… ¿cuánto ha perdido Venezuela? ¿Tiene Venezuela con qué gastarse otra década igual de pérdida en valores sociales? ¡No! Extrapolando el capital social de la nación quedaría en rojo.
No cabe la menor duda que el gobierno, el cacique petrolero de turno, tiene la mayor responsabilidad por las pérdidas de capital social de la nación… pero, francamente, la “oposición” con su silencio, tampoco tiene mucho con qué lanzar la primera piedra.
Quienes no son capaces de sembrar la confianza entre todos los ciudadanos y solo buscan hacerlo entre los suyos, por cuanto no les importa los otros, o lo creen políticamente equivocado, no son los líderes que necesitamos para aumentar el valor social de Venezuela.
Quienes no son capaces de denunciar lo socialmente criminal de una gasolina regalada y de cupos Cadivi, por cuanto no les importa, o lo creen políticamente equivocado, o hasta lo disfrutan, tampoco son los líderes que necesitamos para aumentar el valor social de Venezuela.
Por cierto, para nada deseo implicar que Suecia sea una tacita de plata (mi madre por supuesto que sí lo es) y que Venezuela carezca totalmente de valores sociales. Mi intención es solo recordar que el capital que representa los buenos valores sociales no es algo que se gana en la lotería o se paga con el petróleo, sino algo que requiere de mucho esfuerzo, tanto para construir como para cuidar.
Y si las élites del país no saben de valores sociales, ni les importa mucho el construirlos, a cuenta de qué pueden esperar que unos “políticos” se los consigan.