Entre las tasas de cambio de unos 200 países del mundo que a diario con cuatro decimales aparecen en el Financial Times, encuentro al "Bolívar Fuerte" y ruego que pocos de sus lectores entiendan el español por cuanto una cosa es sufrir la cursilería en casa y otra muy distinta verla expuesta ante todo el mundo.
Y me voy a la página del Banco Central y leo que a partir del 1 de enero de 2008 el reporte de Tipos de Cambio de Referencia que se publica diariamente por este Instituto expresará los tipos de cambio Bs./US$ y Bs./Divisa… con ocho decimales. ¡Ocho decimales! De hecho, abriendo el archivo correspondiente, encuentro que la tasa de cambio actual es de Bs. 2.15000000/US$. Curiosamente el adjetivo "fuerte" ahí no aparece por ningún lado… ¿Acaso posee el BCV una información privilegiada distinta a la del Financial Times?
No hay manera de entender el porqué se necesitan usar 8 decimales en un sistema de cambio controlado, donde además existe la prohibición expresa de informar sobre la otra realidad que anda por ahí. Si es que necesitamos establecer comparaciones con las tasas en periodos anteriores, por ejemplo a principios de 1999 cuando el actual patrón agarra la administración de la hacienda, creo suficiente indicar que la tasa de cambio era entonces de Bs. 0.56406 o sea se ha sufrido hasta la fecha una devaluación oficial de más del 281% (como 40% anualmente) eso sin hablar de la que anda por ahí.
Pero por supuesto la explicación de los 8 decimales debe ser esa manía de los políticos de tercera que cuando no saben nada de nada buscan ocultarlo tras la precisión implícita en el usar muchos decimales y en el pronunciar de manera exacta y muy fina cada letra de cada palabra.
Hablemos también sobre eso de ocultar la tasa que anda por ahí… ¿Quiénes se pueden beneficiar? Pues los cambistas que aprovechan la asimetría informativa. ¿Y quiénes se pueden perjudicar? Antes que nada el comprador de unos pocos dólares que ahora no tiene idea sobre cuál sería una tasa de mercado razonable y el gobierno. ¿El gobierno? Pues sí.
El que a la hora de la verdad necesita saber con más exactitud sobre todas las tasas cambiarias es el gobierno ya que el mundo formal y el informal se encuentran íntimamente conectados y sólo la continua comparación entre ellos le permite lograr el seguimiento indispensable para poder actuar de manera adecuada. Cuando no se alimenta suficientemente la demanda con dólares oficiales se dispara la tasa que anda por ahí y el gobierno no puede permitirse el lujo de que los diferenciales sean demasiado grandes y distorsionen toda la economía. Por lo tanto, de ser gobierno, yo más bien castigaría a quienes no divulguen las tasas de cambio que andan por ahí.
Y no vayan a creer que estas opiniones sólo son quejas de alguien que por principios o por echárselas de sofisticado y avanzado, se opone a un control cambiario. Al contrario con frecuencia he sostenido y escrito sobre la importancia que tiene un control cambiario para una economía pequeña como la de Venezuela. Claro está, el control cambiario que yo sugiero, exceptuando circunstancias muy especiales, no se enfocaría sobre la salida de las divisas sino sobre las entradas, ya que ante nada son los tsunamis que resultan cuando los océanos financieros globales se vuelcan sobre nuestra bañerita local, los que producen los verdaderos daños.
Amigos, el dicho dice "cuide los céntimos y el bolívar se cuida solo". Pues en nuestro país pusimos al patrón político a cuidar los bolívares y éste lo volvió céntimos, perdón, milésimas de céntimos. ¿Qué hay en nuestro futuro? ¿Lo mismo que con las afeitadoras, una hojilla más? ¿El bolívar requetefuerte?