ASISTI A UNA CONFERENCIA en Alemania sobre sistemas hipotecarios en países desarrollados y sobre su aplicabilidad al financiamiento de la vivienda social en países emergentes. En general resultó muy interesante, pero cuando me solicitaron un comentario, no pude resistir hacer el siguiente:
Antes de invertir nuestros escasos recursos en construirle una vivienda a una persona necesitada, debemos asegurarnos que esto ocurra en un lugar apropiado, para que no lo atornillemos aún más a la miseria. De otra manera, lo único que lograríamos sería haberle construido un techo bajo el cual el pobre siga muriéndose de hambre y en tal caso, es mejor comprarles unas carpas y estimularlos a mudarse a donde haya mejores perspectivas.
Así que, oyendo sobre sus avanzados sistemas hipotecarios, lo que más me interesaría conocer es si sus sistemas permiten que un alemán pueda acceder a un crédito hipotecario en Alemania para adquirir su segunda vivienda en uno de nuestros países pobres. De ser así, nuestros desempleados podrían construir tales viviendas, atender a sus propietarios cuando las visiten, cuidárselas cuando estén de viaje... y así sí ten drían una razón tanto para construirse sus propias viviendas, como para tener las fuentes de ingresos con que pagarlas.
De hecho, si los países desarrollados aceptasen que para fines de determinar el "riesgo bancario" de un crédito inmobiliario, les resulte igual donde se encuentra ubicado el inmueble, inmensas posibilidades se harían presentes en nuestros países. Hoy, los controles sobre los flujos de capital, que inconscientemente se imponen desde Basilea, vía las regulaciones bancarias, hacen demasiado oneroso para la banca local "desarrollada" financiar un crédito inmobiliario internacional... así sea que la casa internacional valga sólo la tercera parte.
¿Cómo eliminamos estos aranceles ocultos? Para comenzar, buscando eliminar aquellos riesgos con los cuales puedan argumentar las diferencias en el tratamiento. Por ejemplo, el sólo conseguir que una multilateral emita una póliza, que cubra el riesgo de expropiación, facilitaría mucho.
Para convencer a los países desarrollados de que ahora les toca el turno de liberar el flujo de sus capitales, necesitamos aliados, entre los cuales se encuentran esos miles de retirados en los países desarrollados, que ya no tienen como pagar el alto costo de la vida, ni los inflados precios de las casas... quienes, en un futuro, serán millones.