enero 09, 2014

Una patria no debe ser un botín

Nuestra historia nos evidencia que quienes ejercen los cargos de autoridad con los cuales deciden sobre el destino de nuestras resultas petroleras, se vuelven engreídos, altaneros y hasta abusadores. Lo que no se entiende es cómo nuestro pueblo pueda hablar de independencia, y aún así tenga que calarse los abusos de tales engreídos altaneros.
Si un movimiento político alterno pudiese tener un significado trascendental para nuestro país, sería ése cuya finalidad principal fuese poner en cintura a los engreídos altaneros abusadores.
Si un movimiento político alterno pudiese tener un significado trascendental para nuestro país, sería ése que tuviese como finalidad mejorar el país a fondo, y no solo saciar con algunas sinvergüencerías a algunos de los venezolanos de turno.
Y hablo de un movimiento político alterno cuya respuesta inmediata, a las "importantísimas" informaciones provistas por la ministra de Información sobre el destino de viajes de algunos de la oposición, fuese: ¿y quién subsidia inmoralmente con dólares baratos los viajes al exterior?
El actual sistema cambiario, así como el regalar la gasolina, representa corrupción al más alto nivel. Tal corrupción promueve la injusticia social y hace imposible construir un buen futuro. El movimiento político que lograse convencer a la nación venezolana de aquello, sería una oposición que pudiese ocupar una altura moral que a la larga todos respetarían. Pero, extrañamente, tristemente, parece que a ningunos de los dos lados enfrentados les interese ocupar ese escaño.
En 2006 se publicó "El reporte del grupo de estudio sobre Iraq" que incluía las conclusiones de un variado número de representantes de Estados Unidos. Entre los objetivos declarados estaba crear las condiciones necesarias para reforzar los esfuerzos de reconciliación nacional en Iraq, entre los suníes y chiítas. Y entre los principales retos a los cuales tal reconciliación se enfrentaba se encontraba, por supuesto, la distribución de sus resultas petroleras.
Y el libro mencionaba: "hay propuestas para redistribuir una porción de las resultas petroleras directamente a la población, sobre una base igual per cápita. Estas propuestas tiene el potencial de otorgarle a todos los iraquíes un interés en el principal recurso natural de la nación".
Hoy leemos sobre los temores de una guerra civil en Iraq, por cuanto suníes de la provincia de Anbar se encuentran en abierta rebelión en contra del gobierno de Nouri al-Maliki dominado por chiítas. Y no puedo dejar de pensar sobre qué hubiese pasado si Estados Unidos hubiese invertido, solo un pequeño porcentaje de los tantos fondos que gasto en Iraq, en desarrollar los mecanismos que permitiesen distribuir de manera transparente, a los ciudadanos iraquíes, sus resultas petroleras.
Y que de repente así Iraq hubiese dado el ejemplo que los miembros de la tribu de los quítate-tu-pa-ponerme-yo de Caracas, se resisten a dar.
En estos días donde el diálogo cada día importa más, he de reconocer que cada vez siento menos ganas de dialogar con miembros de tal tribu.
Soy oposición por cuanto hay que ser oposición. Pero me rehúso ser oposición para solo quitar a unos para poner a otros a manejar nuestras resultas petroleras. Inmensamente más importante es quitarle para siempre al Estado la chequera con nuestras resultas petroleras.
Ojalá tuviésemos muchos más valientes patriotas dispuestos a pelear por la independencia de la patria, y no solo por el botín.