diciembre 23, 2010

Venezuela amargada

Sin duda que los villancicos no tienen las mismas posibilidades de ataño para alborotar las felicidades navideñas en nuestra Venezuela. Basta ver las tantas caras amargadas que nos rodean por doquier.
Encontramos las caras amargadas por las tantas tristes realidades, pero, ante nada, las más amargas de todas, son las de quienes saben que protagonizan una vulgar mentira bufa, y son demasiado débiles y cobardes para salirse.
Observen por ejemplo las caras de los asambleístas actuales y las del tren ejecutivo. Ni una sola cara refleja el éxtasis revolucionario de quienes creen en lo que hacen. No, son las caras de uno tan pobres pobres diablos qué, si uno lograse hurgar suficientemente profundo en nuestra cristiandad navideña, hasta nos deberían causar lástima.
Son los que promulgan leyes que deberían ser innecesarias como las que dicen "En los servicios de radio, televisión y medios electrónicos, no está permitida la difusión de los mensajes que: Inciten o promuevan el odio y la intolerancia por razones políticas" para luego tener que aplaudir a su cacique cuando incita sus odios y sus intolerancias políticas.
Son los que promulgan leyes habilitantes pero que luego cuando tales leyes no sirven para que el responsabilizado habilitado cumpla con sus deberes, deben igualmente aplaudirlo cuando repite su llantén existencial de “la culpa la tienen otros”
Son los que consideran que una asamblea ilegítima nacida de unas elecciones ilegítimas puede extender su ilegitimidad más allá de su propio periodo… algo así como habilitar a un presidente para que siga siendo presidente una vez vencido su periodo presidencial. Estar obligado a tales payaserías no puede sino causar amargura.
Resaltar la importancia de la Ley Habilitante diciendo que “permitirá a los productores agrícolas del país, recuperar las tierras afectadas por las fuertes lluvias” solo permite dos caras, la de muerto de risa o la de la amargura… y la primera requiere de asambleístas y no de corderos.
En la semana Laureano Márquez escribió “En Venezuela las revoluciones más que acabar con las arbitrariedades, terminan siendo simplemente un cambio de arbitrarios, un “quítate tú pa’ ponerme yo… Una de nuestras desgracias es que somos un país de “plan B”, que pocas o raras veces ha tenido “plan A”, esto es, un modelo, una noción, un proyecto de país sustentado no en la idea de que somos una mina de extracción, una taquilla de cobros, sino una comunidad con destino, con proyectos colectivos que vayan más allá del exclusivo provecho personal… ¿Será que hay algo en nuestra constitución que nos impide apropiarnos de nuestro destino?”
Si señor Márquez. Cada vez que las resultas petroleras que le llegan directamente al gobierno pasan del 5% del PIB, del 15% de las exportaciones o del 25% de los impuestos cobrados a los ciudadanos, tenemos un gobierno rico que no depende de los ciudadanos y unos ciudadanos que solo esperan y negocian favores del gobierno; y eso le amargaría la vida e impediría apropiarse de su propio destino a los ciudadanos más ciudadanos que usted se pueda imaginar.
Amigos, con música de “Si la Virgen Fuese Andina” canten conmigo:
“Si el gobierno fuese pobre, y los ciudadanos mandasen, Venezuela sería, grande entre los grandes” bis
“Sería un país contento, nada de amargados, ciudadanos generosos, con espíritus levantados” bis.
Feliz Navidad 2010 les desea a todos,

diciembre 16, 2010

WikiLeaks… al revés.

Necesitamos no perder la perspectiva de la realidad, por lo que ampliamente les recomiendo la distracción de leer las exaltadas reacciones provocadas por noticias tipo del tipo Wikileak, meditando sobre cual hubiese sido la reacción si su contenido fuese el totalmente contrario, por ejemplo:

“Putin es un demócrata que pide el voto de sus colaboradores para todo, y que además con frecuencia se abstiene de votar el mismo, por indicar tener conflictos de interés.” “El cacique de turno en Venezuela es un señor sumamente equilibrado y libre de todo tipo de perjuicio lo cual lo convierte en el líder ideal para llevar a Venezuela a una posición de liderazgo en el mundo moderno.” “Berlusconi se reúne con las jóvenes por cuanto tiene un interés existencial en transmitirles las técnicas de pintura de Botticelli, las cuales presiente que si no lo hace puedan ser olvidadas por la humanidad.” “Arabia Saudita le implora a los Estados Unidos que dejen a Irán desarrollar tranquilos su capacidad nuclear.”

Acabo de leer un artículo en el Financial Times, escrito en tono de un “¡no puede ser!”, que según un Wikileak la empresa Shell conocía todo lo que pasaba en los ministerios claves para su negocio en Nigeria. ¿Acaso el Financial Times se esperaba lo contrario? ¿Qué hubiesen dicho los accionistas de la Shell de una gerencia que se tapa los oídos y los ojos y no aprovechen las debilidades de la contraparte? Lo que los WikiLeaks demuestran ante nada es que el mundo es mundo desde que el mundo es mundo.

Hace poco, abismados, oímos un ministro declarar: ¡El Estado garantiza que atenderá todas las emergencias! ¿Qué hubiésemos dicho de la capacidad de un diplomático de los Estados Unidos si en un WikiLeak le hubiésemos leído reportar a Washington que “Venezuela no enfrentará problemas a corto plazo por cuanto el Estado Revolucionario ha decidido que atenderá todas las emergencias”? Ve eso si que hubiese sido un señor WikiLeak.

Y supongan que unos WikiLeaks destapasen unas cuantas negociaciones confidenciales entre oficialistas comprometidos, nerviosísimos todos por el futuro negro de su revolución roja-rojita, con diplomáticos de los Estados Unidos; y donde los primeros buscan asegurar el poder quedarse con alguito de lo tantísimo que han obtenido, tranquilos, en un país donde lo alguito les pueda servir para algo no demasiado revolucionario. Suponiendo que el mismísimo cacique de turno no esté mencionado entre los que negocian… ¿Qué diría él sobre tales WikiLeaks? ¿Qué diríamos nosotros? ¿Qué diría Washington? 

Amigos, como siempre, mucho más interesante que los WikiLeaks del hoy, resulta especular sobre los WikiLeaks del mañana.
Pero justo al finalizar este artículo leo, también en el Financial Times, que una parte de las deudas de Cuba con China estará garantizada con petróleo venezolano. ¿Cómo es la cosa? ¿Ese petróleo venezolano que la constitución prohíbe a ofrecerlo en garantía, así sea para algo de Venezuela, ahora se ofrece para garantizar deudas de otros países? De ser verdad, eso si no se puede leer al revés, por cuanto eso si no es de este mundo, por cuanto eso si es alta traición a la patria.






El Universal