Es con ustedes, asambleístas electos entre quienes se oponen al cacique o entre quienes no quieren ser sus lacayos. Primero, mis más sinceras felicitaciones. Segundo, por favor, ¡bájense de las nubes!, no son ustedes, los 65+2, unos salvadores ungidos sólo por el hecho de haber quedado electos. La Asamblea no será más legítima por tenerlos a ustedes; sólo podrá ser más legítima en la medida que ustedes actúen legítimamente.
El problema “Venezuela” no se resuelve en la Asamblea. Si no logramos dominar el poder de quien domina el manejo de las resultas petroleras, y con las cuales se domina a la mayoría de los venezolanos, simplemente no hay nada que hacer. En ocasiones, por purísima casualidad, algunos cosas nos podrán salir bien, pero en general las estrellas están firmemente alineadas en contra de aquello.
La triste realidad es que la Asamblea, por cuanto generalmente sólo sirve como un instrumento para legitimar lo ilegitimo, hace más daño que bien… y eso desde mucho antes que se puso rojo rojita.
Dice la Constitución: “Los diputados o diputadas son representantes del pueblo y de los estados en su conjunto, no sujetos o sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia. Su voto en la Asamblea Nacional es personal.”
Lo anterior evidencia otra razón por la cual las actuaciones de una Asamblea rojo-rojita son ilegitimas; pero igual significa que tampoco ustedes podrán librarse de su responsabilidad personal simplemente votando con disciplina de acuerdo a las instrucciones de una Mesa de Unidad.
Así qué, a cada uno de ustedes asambleístas elegidos, les hago la siguiente advertencia. El momento en que usted levante su mano la primera vez para votar o desaprobar, así sea solo la compra de papel toilette para los baños de la asamblea, estará tomando un gran paso para convertirse en solo otro de los tantos tontos útiles que se han sentado en sus sillas curules.
¿Cómo podrán evitarlo? En lo posible asegurándose en no levantar su mano por primera vez antes de poseer absolutamente toda la información necesaria para poder desempeñar sus funciones, ya que si llegasen a estrenarse en el rol de tontos útiles antes de eso, ahí sí de seguro que no van a recibir la información necesaria.
¿Que pediría usted señor Kurowski? Para comenzar, lo que según el Art. 311 debe existir: “Un marco plurianual para la formulación presupuestaria que establezca los límites máximos de gasto y endeudamiento que hayan de contemplarse en los presupuestos nacionales.” Por supuesto me refiero a un marco plurianual bien hecho y bien detallado. A lo anterior le agregaría exigir el detalle de todos los compromisos actuales del estado, tales como deudas, regalos convenidos, y petróleos comprometidos. Finalmente pediría una auditoría en caliente de los que según el Banco Central tiene la nación… no vaya ser que esté invertido en papeles de imposible realización.
Por cuanto la Constitución establece que “El Estado no reconocerá otras obligaciones que las contraídas por órganos legítimos del Poder Nacional, de acuerdo con la ley.”, y como a la Asamblea le corresponde “Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional” comprenderán que a ustedes les toca armar una importante línea de defensa de los intereses de la nación. El no hacerlo, debidamente, lo consagraría como solo otro de los tantos tontos tontos-útiles.
El Universal