Mi experiencia como analista financiero me ha enseñado que muchas veces no hay nada mejor que una simple cuenta pulpera.
Venezuela produce unos 3 millones de barriles de petróleo por día, que a 40 dólares por barril arrojarían un ingreso bruto petrolero anual de 43.800 millones de dólares. Los dos millones extraídos por el Estado, a $5 por barril, cuestan $3.650 millones, mientras que el millón extraído por los asociados privados, a $12 por barril, $4.380 millones. Si además suponemos que Pdvsa debería invertir unos 2.000 millones en lograr nueva producción petrolera, el dinero que debería entregarle a la nación sería de unos 33.770 millones anuales. Tal ingreso representa, por cada uno de 23 millones de venezolanos, 1.470 dólares anuales, Bolívares 3.160.000 a la tasa actual, libres de polvo y paja. Un ingreso público mayor que el 35% del PNB, sin ni siquiera haber cobrado el Estado el primer bolívar del IVA ¿En qué se usa?
Primero, para la madre de todos los descuentos, el de la gasolina doméstica. Por cuanto esto debe equivaler a regalar unos 300.000 barriles diarios, su costo anual sería de $4.380 millones. Es difícil entender cómo nuestros pobres no han introducido una demanda en contra de nuestros gobiernos por ante alguna Corte Internacional de Derechos Humanos, por los crímenes económicos cometidos al regalar tanto a quienes usan carros, en detrimento de quienes no. Un Estado Comunista o Fascista puede hacer lo que le venga en gana, pero un Estado democrático, socialista o puro capitalista, jamás podría justificar tal aberración. Aún así, quedarían $29.390 millones anuales. ¿En qué se usan?
En el camino de entregar la renta petrolera ganada al Estado se gastan billones, como por ejemplo en las petro-ocurrencias geopolíticas del gobierno; los inventos propios de Pdvsa, tales como inversiones del tipo Citgo, que requieren de descuentos para cuadrar; gastos en cuñas para promover el consumo en Venezuela del petróleo venezolano regalado; pagos a los asesores internacionales para que respondan sin responder nuestras preguntas; y vulgar corrupción.
Sobre el uso final de la renta petrolera formal, se lo dejo a mis lectores. ¡Qué triste es que mientras las bolsas del mundo tienen derecho a recibir sofisticados balances de Pdvsa y Citgo, a nosotros no nos queda otra que las cuentas de pulperos! Compatriotas, hablando entre pulperos... ¿no deberíamos pedir una mejor rendición de cuentas a quienes nos (des)cuidan la despensa?