Durante más de diez años he sido un entusiasta de la implementación de fondos de pensión como los que existen en Chile. He asistido a numerosos seminarios sobre el tema tanto en Chile como en Venezuela. En estos momentos en Venezuela al fín se nota una aceptación casi general de los conceptos y hasta parece que la bendición legal está a la vuelta de la esquina. ¿Porqué entonces no me siento emocionado?
Muchas veces los viejos han conseguido un trato humano y civilizado en sociedades pobres y poco desarrolladas como también se ha visto horrores en sociedades muy ricas y supuestamente desarrolladas. Por lo tanto no se debería establecer una función directa entre la riquexa de un pais y la calidad del cuidado de sus viejos. No obstante resulta evidente que la existencia de recursos económicos facilitan la prestación de un cuidado adecuado y por el contrario la ausencia de estos puede significar convertir en nada hasta las mejores voluntades.
En Chile y Peru y en todos los demas paises en los cuales se han desarrollado los fondos de pension, estos fondos, han sido solo una parte de un conjunto de medidas e instrumentos destinados a devolver la racionalidad económica a sus respectivos paises. El hecho de que por lo menos hasta la fecha dichos paises hayan logrado un fuerte y sano crecimiento económico y por ende los fondos hayan logrado obtener rendimientos excelentes, debe ser un elemento importante para apuntalar su popularidad. Permítame dudar que un fondo de pensión establecido con la mejor reglamentación, manejado con la mayor responsabilidad y sometido a la más eficiente supervisión, tuviese el menor chance de haberse convertido en un ejemplo para otros paises, si tal fondo se hubiese desarrollado en una economía dirigida por Salvador Allende o Alan Garcia.
En Venezuela y para garantizar el futuro de jovenes, adultos y viejos por igual, hace más falta lograr aquellas reformas que permitan asegurar por ejemplo que ingresos petroleros como los de los últimos 20 años no se vuelvan a desperdiciar, que la introducción de unos fondos de pensión. Por el contrario introducir los fondos en las circunstancias actuales y antes de que el pais se haya logrado enrumbar, pudiese parecer un simple complot para lograr desprestigiar una buena idea.
Lo anterior debería también ser considerado por todos aquellos que buscando una actividad económica a que dedicarse, actualmente se pelean el derecho de administrar los fondos. El día en que una nueva generación de ancianos les reclame su mala gestión, de poco les significará argumentar que el Estado (sinónimo de políticos ávidos por recursos fiscales para complementar los menguados ingresos petroleros) los obligó a invertir en papeles de la Nación. Tampoco creemos que tenga poder absolutorio argumentar el no tener nada que ver con las nuevas devaluaciónes que erosionaron los valores patrimoniales.
Asumir la responsabilidad por los fondos de pensión es asunto serio. Aún cuando estoy seguro que el sector privado lo haría mejor que el sector público creo que los resultados que estos pudiesen obtenerse en las circunstancias actuales no serían lo suficientemente satisfactorias. Si actualmente el sector pensante del pais se da por satisfecho con la simple introducción de los fondos, le estaría proporcionando a los políticos, su próxima generación de chivos expiatorios.
Estaría dispuesto a sacrificar para siempre la existencia de los fondos de pensión administrados por el sector privado y hasta aceptar la creación de un nuevo Seguro Social en manos de unos profesionales de CorpoMercadeo, si esto tuviese como contraprestación unas reformas fundamentales. En ciertos momentos estaría dispuesto hacerlo hasta por una simple reforma constitucional que tuviese como objetivo prohibir el endeudamiento externo e interno del sector público. Estoy seguro que el trueque anterior tendría un gran valor para el bienestar de nuestros futuros ancianos.
Finalmente no nos olvidemos que una sociedad siempre implica una contínua asignación y reasignación de recursos. En el supuesto caso de que todos nuestros ancianos (yo incluido) el día de mañana se hubiesen vuelto millonarios (en términos reales) a causa del sistema de fondos de pensión pero que el resto del pais no hubiese seguido por la misma afortunada senda, dejame asegurar que las generaciones que les siguen y con razon, no les permitirán disfrutar tranquilamente su vejez.
Por favor hasta cuando tendremos que oir los cuentos de sirena sobre las posibilidades de obtener rendimientos reales, en un pais irreal.