Eso de ser gobierno u oposición no va conmigo. Cada uno de los diputados elegidos tiene una responsabilidad personal ante el país.
En tal sentido, de ser un diputado en la Asamblea de la Venezuela actual, uno de los 112 o uno de los 55, no dudaría un segundo en proponer, el 5 de Enero de 2016 lo siguiente:
Hacer de tripas corazón para encontrar como poner a funcionar unos cuantos miles de autobuses más, y simultáneamente incrementar algo así como unas 500 veces el precio de la gasolina y del diesel.
Todos los bolívares adicionales así obtenidos, serían repartidos por igual entre todos los venezolanos registrados en el Registro Electoral y entre todos los niños atendiendo cualquier colegio venezolano. Tales pagos podrían por ejemplo ejecutarse mediante depósitos en tarjetas de debito (en el caso de los niños en tarjetas a nombre de sus mamás).
Con esos ingresos se ayudaría a los venezolanos sobrevivir los ajustes resultantes de eliminar el perverso control de cambio que lo único que alimenta de verdad, es la corrupción.
Y de seguro el menor consumo y bachaqueo de la gasolina y el diesel pondría, a la disposición del gobierno, quizás unos 300.000 barriles diarios adicionales, los cuales podrían ser exportados adonde nos pagan de verdad verdad, aún sea a los actuales precios bajos.
Y esos 300.000 a US$ 30 por barril = US$ 9.000.000 los inyectaría diariamente al libre mercado cambiario.
Y si los que tienen carros que aún funcionan se me quejan, les ofrecería la posibilidad de reexportar (bachaquear) sus vehículos adonde quieran, y vender las divisas así obtenidas a la tasa más alta que consigan… todo sin trabas algunas.
Pero no soy uno de los 112, o uno de los 55 diputados… por vivir fuera de Venezuela en estos momentos, ni siquiera tuve derecho a votar por esos legisladores.
El que crea que la difícil situación económica de Venezuela pueda mejorar sin pasar por un muy pero muy fuerte aumento en el precio de la gasolina, no sabe de economía.
El que crea que las difíciles circunstancias económicas por las cuales están atravesando muchos de nuestros compatriotas no requiere de un muy pero muy fuerte aumento en el precio de la gasolina, no sabe de justicia social.
Regalar la gasolina como hace Venezuela en la actualidad es un crimen económico (y ecológico) de lesa humanidad.
Y por supuesto exigiría que se acaben todos los arreglitos entre amiguitos, y que todo el petróleo que se exporte, se venda a quien mas nos ofrece pagar, de contado.
Y por supuesto firmaria apoyando las Amnistías y los Referendos que me pongan por delante... pero mi responsabilidad principal es con los que no tienen con que.
En resumen, el permitir que los venezolanos puedan llenar el tanque de gasolina a un precio muy por debajo de su valor internacional, en un país donde tantos no pueden llenar el estomago con comida, o conseguir las medicinas que necesitan,
representa una coñomadrada épica.