mayo 01, 2014

Libertarios y socialistas ¡arrejúntense!

Me resulta difícil entender como brillantes intelectuales venezolanos pueden cuadrar el que tengamos un país en el cual, aparte de entregarle todos los poderes normalmente entregados al Estado le entregamos casi la totalidad de las exportaciones del país, con el encaradamente solicitarnos que no sigamos buscándonos un Mesías. Digo esto por cuanto ante nuestra realidad parecería que por pura lógica, no tenemos otra que buscarnos un Mesías... puesto que buscarnos un Presidente-presidente debe ser un monumental autoengaño.
Y por supuesto, quienes se dicen libertarios, y que antes que nada defienden la libertad del ciudadano, y creen que esa libertad, como ellos la consideran que debe ser, puede convivir con un Estado que concentra tanto poder, son unos irremediables ilusos... por decirlo de la manera más cortés posible.
Pero da la casualidad que quienes se ubican en el otro lado del espectro político, y que antes que nada defienden esa participación protagónica que promete el Plan de la patria, y creen que esa participación protagónica, como ellos la consideran que debe ser, puede convivir con un estado que concentra tanto poder, son también, igualito, unos irremediables ilusos... por decirlo de la manera más cortés posible.
La verdad es que ni ciudadanos, ni Consejos Comunales, ni Salas de Batalla Social, ni Comunas Socialistas, ni Ciudades Comunales, ni Federaciones y Confederaciones Comunales, ni Alcaldes, ni Gobernadores, ni Rectores, ni Estudiantes, tienen el menor chance de lograr lo que aspiran, mientras tengan que hacer vida bajo cualquiera de esas cúpula-podrida que controla nuestras resultas petroleras.
Así que, como una propuesta totalmente pragmática, tanto a los libertarios como a los socialistas venezolanos, a todos nos conviene dejar nuestras diferencias de lado y arrejuntarnos para asegurar el reparto por igual, entre todos los ciudadanos, de nuestras resultas petroleras.
Sea lo que sea que luego se decida en elecciones, tanto a los libertarios como a los socialistas, les resultaría mucho más fácil convivir unos con otros, al no tener que vivir bajo el yugo de un Estado repartidor de favorcillos.
Y si hay un diálogo que puede tener posibilidades de producir unión en nuestro desunido país, sería justamente ése que debate cómo arrebatarle nuestras resultas petroleras a los de la tribu quítate-tu-pa-ponerme-yo... para así ponerle fin a esa nefasta petrocracia que en julio 2014 cumple los cien años del reventón de Zumaque 1.
PS. Por cierto, recientemente la revista Time incluyó a Nicolás Maduro entre los 100 más influyentes del mundo. Para nada entendí su decisión, especialmente por cuanto la explicación se inicia mencionando el incidente del pajarito-espíritu Hugo Chávez, y por lo que parecería que si alguien de estos debería estar entre los 100, no sería precisamente Maduro. Además, como se lo hice saber al Time... ¿cómo rayos se puede calificar de influyente a quien no logra convencer a los consumidores de gasolina en Venezuela de pagar ni siquiera un céntimo de dólar por litro?
PS. ¿Y hablando de pajaritos... no le pintó uno el TSJ a Hugo Chávez, a los constituyentes (incluyendo a Nicolás Maduro y Hermann Escarrá) y a quienes votaron por la Constitución, con su dilución del Art.68? Lo digo por cuanto la exposición de motivos de la Constitución aclara muy bien la intención de ese artículo.
PS. Un gobierno socialista no es necesariamente cruel, uno comunista sí... he ahí una significativa diferencia.