Excepto los protestados, y los que nacieron indiferentes... ¿quién no siente ternura y admiración por jóvenes que se arriesgan protestando a favor del mundo mejor en que creen?
Pero aún cuando no tenemos derecho de pedirle a los jóvenes que no protesten lo que su conciencia les pide, sí tenemos todo el derecho de rogarles que no se arriesguen demasiado por poca cosa. Y he ahí por lo que al mismo tiempo que me enorgullezco de los jóvenes venezolanos que hoy alzan sus voces, igual se me engurruña el corazón pensando en ellos.
Con su valentía pueden ayudar al país a conseguirse un gobierno mejor que ese que a diario evidencia no importarle un bledo lo que le pase al país, con tal de quedarse en el poder. Y eso produciría sin duda un gran alivio... pero igual sería, lamentablemente, sólo una aspirina.
A la larga, y quizás a la corta también, el sólo lograr un cambio de gobierno, por bienvenido que sea, cambiaría poco lo fundamentalmente equivocado de un país donde algo así como el 98% de todos los ingresos por exportaciones alimenta, directamente, el poder y la voracidad del Estado. Chequera petrolera mata buenas intenciones, y sólo hace del gobierno una mina explotable.
Qué distinto sería ver nuestros jóvenes rebelándose contra los eternos abusos de ese poder que representa nuestras resultas petroleras acaparadas por el Estado, declarando: "En nombre de la Venezuela del futuro aceptamos pagar los impuestos necesarios para sufragar la gestión del Estado, pero, de hoy en adelante, los sembradores del petróleo somos nosotros, los ciudadanos... para así tener futuro".
Por supuesto, para tal campaña admirable, tendría que surgir liderazgos ajenos a la tribu de los quítate-tú-para ponerme-yo que siempre nos ha comandado, por lo menos desde que en 1914 reventó Zumaque I.
Si los jóvenes lograsen quitarle la chequera petrolera al gobierno, y repartir las resultas por igual entre los ciudadanos, entonces sí que habrían logrado cimentar unos pilotes sobre los cuales pueden construir una nación digna y moderna. De no lograrlo y de seguir tal chequera en manos de petrócratas y oiligarcas, seguirán solo siendo miembros de un poblado indigno y primitivo.
Y si acaso la aspirina se entrega vía un golpe militar, pocas cosas puede permitirle a los alzados adquirir legitimidad democrática, como asegurar, con pruebas, que el golpe no es para ellos quedarse con las resultas petroleras, sino para ellos lograr la real independencia de Venezuela, entregándole al pueblo directamente lo que le pertenece.
Y si como militares les preocupa la defensa de los intereses de la nación, que no se olviden que una ciudadanía capaz de sembrar sus resultas petroleras, siempre significará una mejor defensa que la que ellos pueden proveer.
PS. Tasa cambiaria. En un país donde los dólares se venden en distintos mercados a distintos precios, la mejor tasa indicativa de la tasa de cambio real, es la tasa ponderada resultante. El hecho que un gobierno prohíba cualquier referencia a uno de esos mercados, no significa que un profesional que se respete pueda indicar como real, y menos usar para soportar un análisis, una tasa cambiaria chucuta, basada sólo en lo oficialmente permitido.
Leímos, en Aporrea, que Nicolás Maduro dio órdenes de inspeccionar a las agencias de viaje en todo el país, por cuanto algunas de éstas "están fijando los precios de los pasajes al llamado ‘dólar fantasma'". Ése dólar será más "fantasma" por lo que lo asusta que por lo fantasma.