Un gobierno con una chequera repleta con abundantes resultas petroleras, no será jamás un gobierno suficientemente respetuoso del ciudadano, siempre se inclinará a ser un gobierno abusador.
La semana pasada, en "Gestando patria", presenté una propuesta de traspasarle a los ciudadanos las resultas petroleras, para que sean ellos los sembradores. El primer año se comenzaría con un 10%, aumentándolo anualmente en ese mismo porcentaje, hasta llegar al 100%.
Aun cuando el apoyo a la idea fue entusiasta, "¡Pidamos referendo ya!", en mi bandeja electrónica entraron algunas angustias del tipo "¿Y entonces qué pagará mis sueldos como funcionario público? ¿Y los gastos del Estado?". Hoy viene la contrapartida que busca responder esas preguntas.
De la cuota parte de las resultas petroleras que le corresponde a cada ciudadano, propongo que se imponga un impuesto, el primer año del 1.5% y que luego anualmente se incremente en ese mismo porcentaje, hasta llegar al 15%. Ese sólo hecho de que el Estado reciba, de cada uno de los ciudadanos, hasta del más pobre de ellos, un pago de impuestos, ayudará, Dios quiera, a estimular el respeto que debe mostrarles los gobernantes a todos los ciudadanos.
Y tales ingresos del Estado serán distribuidos de acuerdo al situado constitucional.
¿Serán suficientes tales ingresos? ¡Pues tendrán que serlo! Los gobiernos tendrán 10 años para acomodarse a la nueva realidad de que el sembrador no son ellos sino los ciudadanos. De requerir el Estado de otros ingresos, que propongan otros impuestos, por cuanto a nuestras resultas petroleras, el referido 15% será para siempre el máximo... aún en casos de guerra... por si acaso.
Aprovecho para aclarar que con "resultas petroleras" me refiero a todos esos ingresos líquidos y disponibles de vender, al mejor precio posible el petróleo extraído, después de haber efectuado los apartados necesarios para mantener o incrementar la capacidad de extracción y de refinación básica.
¿Y quién decide el monto de la disponibilidad? Una "Junta petrolera ciudadana", que propongo tenga cinco miembros, elegidos por los ciudadanos, de una lista de candidatos presentados por las universidades autónomas, la asamblea y los gobernadores.
Y para que los gobiernos no nos jueguen quiquirigüique y se cobren por otras vías del petróleo extraído, o sea de la liquidación para siempre de ese recurso natural no renovable que nos cedió la Providencia, se eliminará y quedarán prohibidos, absolutamente todos los impuestos que graven la actividad de extracción y refinación básica del petróleo.
¿Necesitaremos de una Constituyente para esto? ¡Seguro! ¡Bien se lo merece! Estamos hablando de la declaración de independencia del ciudadano del poder omnipotente del Estado; y lo cual es justamente para lo que se redacta constituciones.
Cuando me referí a entregarle las resultas a los venezolanos hijos de padres venezolanos por nacimiento se me sugirió: "Deberías haber incluido o de padres nacidos en Venezuela y/o de padre o madre nacionalizado y casado con venezolana(o)". Tiene razón, puede que así termine, pero le contesté: "No me quise incluir. Estaría más que feliz con que mi padre, ya fallecido, que Dios lo tenga en su Santa Gloria, sepa que en 1946, no se equivocó al elegir a Venezuela, país que tanto amó, para sus hijos y su descendencia". Y estoy seguro que ese sentimiento lo comparten la gran mayoría de descendientes de inmigrantes.
¡Gestemos patria! ¡Gestemos gobiernos respetuosos!