Yo puedo perfectamente entender a un ciudadano que, temeroso ante todas las incertidumbres económicas en el mundo de hoy, se repliega en una estrategia de inversión exageradamente cuidadosa... y cuidado si no entierra unas morocotas de oro donde su abuelita le contó haber oído que el bisabuelo enterró algunas... no sabe si en el siglo pasado o en el antepasado. Y cuidado si el oro no termina valiéndolo todo y de hecho logra salvar al ciudadano, durante ese limitado horizonte de tiempo que es de su interés principal.
No obstante, un país no puede andarse en esas, como cuando trae sus reservas de oro para esconderlas... en un por si acaso. En el mundo actual lo anterior implica una retrograda aversión al riesgo, del tipo: "¡No eduquemos a nuestros hijos para que otros países no se los lleven! Mantengámoslos brutos, pues además eso nos conviene, para que no nos superen". Y, con eso, no se construye un futuro... si ni siquiera alcanza para mantener un pasado.
Y además, todo ese oro... ¿desde cuándo lo tiene Venezuela? ¿No es desde mucho antes de la República de turno? ¿No representa ese oro solo el repele de lo que nos queda después de haber desperdiciado unas fortunas increíbles?
Y además, todo ese oro... ¿en realidad es una reserva de los ciudadanos? ¿O es de esas reservas que puede gustarle a uno de esos típicamente anticuados caciques de turno, de los que piensa ante nada en términos de la capacidad de carga de neo-vacas sagradas? Si hemos de cuidar el oro, cuidémoslo de quienes verdaderamente representan una amenaza. ¡Mosca con los guardaespaldas alquimistas de una plaza Bolívar en una isla caribeña!
Y además... no acabamos de declararnos el país de las mayores reservas de petróleo del mundo... ¿entonces qué rayos hacemos aferrándonos al oro? ¿No sabemos que los endeudamientos desbocados de otros son los que ayudan a sostener la demanda por el petróleo? Supóngase que la disciplina del oro se imponga en los mercados causando, como sería natural, la madre de todas las recesiones mundiales correctivas... ¿dónde creemos que va a ubicarse el precio del petróleo? Más que reservas de oro necesitamos, por ejemplo, reservas de alimentos producidos en suelos agrícolas nuestros, por agricultores nuestros que sepan de agricultura y no de ideologías o cartas de colores.
A mí lo del oro y otros eventos relacionados con las caídas de otros caciques de turno en otros lares, me presagia bastante un final al capítulo actual nuestro. Lamentablemente, nada me presagia un cambio fundamental en la realidad nuestra... por cuanto todo lo que oigo por ahí de los que aspiran colocarse el magnífico plumaje diseño torre petrolera, son las mismas tan bonitas sonantes verdades de siempre, que tarde o temprano terminan en lo mismo. La centralización de recursos simplemente no da para más que crear promesas de galán de novelas.
El muro detrás del cual se repliegan los caciques de turno tiene actualmente una altura de 63.875.000.000 dólares anuales en resultas petroleras. Si lo tumbamos a la altura de solo unos 200 dólares mensuales por ciudadano entonces al fin podríamos como país ver un horizonte. ¿Pero será que nosotros somos tan cobardes que siempre preferiremos replegarnos tras un cacique de turno, por supuesto siempre y cuando sea el nuestro? Por mi querida Venezuela, ruego que así no sea. Compatriotas, atrevámonos asumir la responsabilidad por la siembra del petróleo.