Estoy algo cansado de oír a la oposición-ortodoxa hablar sobre la necesaria unidad de la oposición. Esa unidad no debería ser algo necesario, esa unidad, entre ellos, debería ser algo natural. La única unidad que sí es necesaria lograr, hasta indispensable diría yo, es la del país.
Digo esto por cuanto si yo fuese parte de esa oposición que anda seleccionado candidatos, pues más que preguntarle a los convencidos a quiénes quieren, me preocuparía por preguntarle a los dudosos del medio a quiénes no quieren… asegurándome por supuesto que sean verdaderamente ellos los que me respondan.
Respeto mucho aquellos de la oposición-ortodoxa que hacen esfuerzos sinceros para extender la mano a los del medio, algo que no les resulta demasiado fácil por cuanto al hacerlo corren el riesgo de enemistarse con sus propios puritanos, de los cuales hay muchos. Igualmente respeto la suplencia opositora ejecutada por Podemos en la Asamblea, aun cuando cumpliendo tal papel puede haber erosionado sus posibilidades de captar los votos del chavismo-sin-cacique.
De todas maneras, muy probablemente, varios candidatos de los "fronterizos", de los del tipo Podemos, de los de la sociedad civil y de jóvenes como Julio Rivas, podrán captar mayoría de los ni-ni que se ubican entre la oposición-ortodoxa y el chavismo-sin-cacique. Con eso se lograría la mayoría en el parlamento, aun cuando ello lamentablemente no signifique lograr la unidad del país.
En tal sentido me sorprende los cuestionamientos que muchos oposicionistas-ortodoxos hacen sobre si las motivaciones de Henri Falcón de separarse del PSUV son sinceras o no… como si eso importase tanto en estos momentos.
Supónganse que el país electoral votante quede dividida en cuatro toletes: la oposición ortodoxa, la oposición ni-ni, el chavismo ortodoxo, y el por-ver de Henri Falcón. Pues les aseguro que aún si el por-ver termina siendo un Caballo de Troya estamos mejor que hoy por cuanto un chavismo-sin-cacique, es inmensamente mejor para el país que un chavismo-con-cacique único.
Verdaderamente espero que Henri Falcón logre captar el voto de una gran parte del chavismo-con-cacique por cuanto así por lo menos la oposición ortodoxa y la oposición del ni-ni, tendría con quienes dialogar sobre el nuevo país que tantos ansiamos. La Venezuela que queremos encontrar es una Venezuela en que se dialoga y no una en que la mayoría se impone y de lo cual estamos hartos.
A más que la oposición del ni-ni y el por-ver de Henri Falcón avancen, mayores serán las fuerzas amortiguadoras que pueden impedir que el país se desbarranque… en otras palabras, las fuerzas del medio conforman nuestra propia comisión interna de países amigos.
Fiel a mis principios y para evitar cualquier confusión, permítame terminar recordándoles que sigo sin confiar en que nadie de la oposición ortodoxa, de la oposición de ni-ni, del chavismo sin cacique o del chavismo con cacique, por unidos, desunidos o revueltos que estén, pueda sembrar mejor las resultas petroleras de lo que los ciudadanos lo pudieran hacer, cada quien con su cuota parte. La unidad real del país la lograremos solo el día que le quitemos a nuestros gobiernos la chequera que les da la fuerza con que dividirnos. Necesitamos de gobernantes no de repartidores.
El Universal
Digo esto por cuanto si yo fuese parte de esa oposición que anda seleccionado candidatos, pues más que preguntarle a los convencidos a quiénes quieren, me preocuparía por preguntarle a los dudosos del medio a quiénes no quieren… asegurándome por supuesto que sean verdaderamente ellos los que me respondan.
Respeto mucho aquellos de la oposición-ortodoxa que hacen esfuerzos sinceros para extender la mano a los del medio, algo que no les resulta demasiado fácil por cuanto al hacerlo corren el riesgo de enemistarse con sus propios puritanos, de los cuales hay muchos. Igualmente respeto la suplencia opositora ejecutada por Podemos en la Asamblea, aun cuando cumpliendo tal papel puede haber erosionado sus posibilidades de captar los votos del chavismo-sin-cacique.
De todas maneras, muy probablemente, varios candidatos de los "fronterizos", de los del tipo Podemos, de los de la sociedad civil y de jóvenes como Julio Rivas, podrán captar mayoría de los ni-ni que se ubican entre la oposición-ortodoxa y el chavismo-sin-cacique. Con eso se lograría la mayoría en el parlamento, aun cuando ello lamentablemente no signifique lograr la unidad del país.
En tal sentido me sorprende los cuestionamientos que muchos oposicionistas-ortodoxos hacen sobre si las motivaciones de Henri Falcón de separarse del PSUV son sinceras o no… como si eso importase tanto en estos momentos.
Supónganse que el país electoral votante quede dividida en cuatro toletes: la oposición ortodoxa, la oposición ni-ni, el chavismo ortodoxo, y el por-ver de Henri Falcón. Pues les aseguro que aún si el por-ver termina siendo un Caballo de Troya estamos mejor que hoy por cuanto un chavismo-sin-cacique, es inmensamente mejor para el país que un chavismo-con-cacique único.
Verdaderamente espero que Henri Falcón logre captar el voto de una gran parte del chavismo-con-cacique por cuanto así por lo menos la oposición ortodoxa y la oposición del ni-ni, tendría con quienes dialogar sobre el nuevo país que tantos ansiamos. La Venezuela que queremos encontrar es una Venezuela en que se dialoga y no una en que la mayoría se impone y de lo cual estamos hartos.
A más que la oposición del ni-ni y el por-ver de Henri Falcón avancen, mayores serán las fuerzas amortiguadoras que pueden impedir que el país se desbarranque… en otras palabras, las fuerzas del medio conforman nuestra propia comisión interna de países amigos.
Fiel a mis principios y para evitar cualquier confusión, permítame terminar recordándoles que sigo sin confiar en que nadie de la oposición ortodoxa, de la oposición de ni-ni, del chavismo sin cacique o del chavismo con cacique, por unidos, desunidos o revueltos que estén, pueda sembrar mejor las resultas petroleras de lo que los ciudadanos lo pudieran hacer, cada quien con su cuota parte. La unidad real del país la lograremos solo el día que le quitemos a nuestros gobiernos la chequera que les da la fuerza con que dividirnos. Necesitamos de gobernantes no de repartidores.
El Universal