He publicado tres artículos seguidos argumentando la tesis de vender total o parcialmente a Citgo. Por simple deducción lógica creo tener razón, pero a la hora de la verdad... ¿cómo ha de saberlo con exactitud alguien que jamás ha tenido un vínculo directo con esa empresa, cuando ni siquiera lo saben los que han dedicado su vida a ella?
Lo más triste del actual debate de Citgo es observar que nadie se preocupó por llevar los registros, que permitiesen evaluar su gestión adecuadamente, ni los autocalificados meritócratas del ayer, ni los autocalificados revolucionarios de hoy. Esperemos que, por el bien del país, los venezolanos del mañana encuentren las ganas de corregir tal desidia.
Para conocer el resultado real de Citgo, se debería haber registrado para cada venta a descuento efectuada a Citgo, cuál era el precio aproximado al que se le podría haber vendido ese petróleo a un tercero, registrando así el costo de oportunidad. ¡Nadie lo hizo! Ya sea por cuanto a nadie le interesaba o, peor aún, quizás por cuanto les interesaba que no se supiese.
Nosotros, los venezolanos, tenemos derecho a conocer nuestra industria petrolera y solicitarle una rendi ción de cuentas a sus gerentes. Leímos que presuntamente Pdvsa presentará pronto los resultados financieros auditados a la Bolsa de Nueva York... ¡Excelente!... pero ¿y a nosotros?... ¿acaso no nos merecemos más respeto que la Bolsa de Nueva York?
El caso Citgo evidencia por enésima vez la necesidad de una Oficina de Ombudsman Petrolero para que analice, opine e informe de manera independiente al país... y rompa el turbio velo que crean los intereses políticos o meritocráticos coyunturales, individualmente o en complicidad. Cómo desearíamos leer cada mes un reporte petrolero transparente a la nación preparado por un Ombudsman.
Finalmente, necesito comentar que leí a un experto decir que "aunque Citgo sea lajoya de la corona' de Pdvsa, Chávez podría terminar vendiéndola a precio de gallina flaca". Por supuesto, que debemos buscar evitar, a como dé lugar, que Citgo, o algunas de sus refinerías se vendan a un mal precio... pero igualmente nos causa perjuicios valorizar a Citgo como "La Joya".
Amigos, Pdvsa no tiene otras joyas en su corona que no sean esos pozos de petróleo con lo que la Providencia bendijo al país. No nos dejemos deslumbrar por los tantísimos expertos de cuello blanco y recordemos que nuestros más valiosos orfebres se encuentran en los campos petroleros.