mayo 23, 2002

Di(luz)idando

De plantearse la necesidad de hacer inversiones eléctricas en el orden de 1.000 millones de dólares, todos sabemos que deberemos amortizarlos mediante nuestras tarifas eléctricas. Sin embargo, pocos se pasean por la necesidad de analizar el impacto de los plazos y tasas en el monto de tales pagos. Si por ejemplo, los pagamos en 8 años al 16%, erogaríamos 230 millones anuales. Mientras que, si por el contrario, nos cobraran el 8% a 16 años, sólo tendríamos que afectar nuestro bolsillo con 113 millones. ¡Menos de la mitad!… así sea por más tiempo.
De lo anterior se evidencia el hecho de que si deseamos acceder a tarifas eléctricas razonables, obligatoriamente deberíamos exorcizar el riesgo de ese sector, para así lograr atraer a inversionistas dispuestos a colocar a tasas bajas y a largo plazo.
Paralelamente al problema de las tarifas eléctricas, otros discuten si los fondos de pensiones deberían ser privados o no, no obstante ser un mero ejercicio intelectual, ante la total ausencia de instrumentos de inversión nacionales, que le permitan a un administrador privado, no ladrón, asumir la responsabilidad de asegurarle la certeza de una pensión digna a un compatriota, en un mundo de Enron, Argentina y Cavendes.
Surge entonces la posibilidad de que con la Empresa Nacional de Transmisión (ENT), que supuestamente, según decreto, estaría en formación, podamos matar dos pájaros de un solo tiro, al conseguir dinero barato para la electricidad mediante la venta de instrumentos de colocación seguros para los ahorristas.
La ENT será la cobradora de peaje entre la hidroelectricidad del Caroní y los consumidores y tendrá, por lo tanto, uno de los negocios más seguros del país. Es por ello que, de contarse con el apoyo de la Asamblea y una Ley especial, la ENT podría emitir títulos de inversión de un valor nacional muy superior al de las piedritas preciosas que mercadea la Bolsa de Caracas.
Obviamente que para que la ENT pueda servir religiosamente su deuda, debería restringírsele su capacidad de endeudamiento, por ejemplo a los 1.000 millones de dólares indexados, para así evitar que la operación se desvirtúe con nuevas emisiones.
Obtenidos los 1.000 millones de dólares, ¿Cómo los invertimos? Para comenzar, 400 millones deberían ser usados por la propia ENT para mejorar la red de transmisión…(sin olvidar un nuevo cable submarino para Margarita). Los 600 millones restantes, podrían destinarse para un plan de reordenamiento de la distribución eléctrica, el cual pudiera contemplar la división del mercado actualmente servido por las empresas de distribución eléctrica propiedad del Estado, en 20 nuevas concesiones, razonablemente equilibradas, con suficiente autonomía regional, que las acerque a sus consumidores y con un capital de arranque en el orden de los 30 millones de dólares cada una.
¿Y CADAFE? Quedaría como un coordinador central apoyando a estas 20 distribuidoras, siempre que lo pueda hacer con una eficiencia razonable… lo que dependerá de ella misma. En cuanto a la generación eléctrica, ése es otro mundo… para otro artículo.
Publicado en El Universal, Caracas, 23 de Mayo de 2002
http://suombudsmanelectrico.blogspot.com/2002/05/diluzidando.html