mayo 23, 2000

Solicito la actuación del Consejo Moral Republicano

Con certeza sabemos, que habrán de surgir muchas ocasiones, donde PDVSA y el Gobierno puedan verse tentados a confabularse para satisfacer intereses, que no son verdaderamente los de la Nación. La última vez que esto ocurrió en gran escala fue durante la apertura, en la cual una desorientada gerencia petrolera logró sus metas y el Gobierno recibió un cuantioso cheque - por supuesto ya gastado. En materia petrolera resulta imposible para un ciudadano obtener la información necesaria para hacer su propia evaluación y, en el supuesto de que lo logre, descubra lo que descubra, será apabullado por la influencia que PDVSA y el Gobierno pueden desplegar. 
A causa de lo anterior, durante años y en muchos artículos, he solicitado la creación de la figura del Ombudsman Petrolero para que, en representación del ciudadano ordinario, ejerza la supervisión de nuestra industria petrolera. Aún no lo he logrado y es por ello que, a falta de éste, hoy recurro por esta vía al Consejo Moral Republicano, conocido como el Poder Moral, que según lo establecido en el Artículo 274 de la Constitución, debe velar por la buena gestión en el uso del patrimonio público, para que investigue sobre lo que planteo a continuación. 
PDVSA - CITGO 
Tengo en mis manos (obtenido vía Internet) copia de la Forma 10-Q/A que CITGO entregó a la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos, el 24 de Enero del 2000, y en el cual leemos lo siguiente: 
"Para el 30-09-99, las entregas de crudo de PDVSA a CITGO fueron menores que el volumen contratado (debido al recorte de producción)… Como resultado, CITGO estima que los márgenes para los periodos desde el 1 de Julio y el 1 de Enero de 1999, hasta el 30 de Septiembre de 1999 (3 y 9 meses), se redujeron en 11 y 28 Millones de US$ respectivamente, de lo que de otra forma hubiese sido el caso." 
Considero que lo anterior es razonable evidencia de que PDVSA le ha vendido a CITGO petróleo a precios más bajos que los del mercado, distorsionando así los verdaderos resultados de su gestión. 
Como venezolano interesado en el bienestar de PDVSA, siempre he considerado como exagerada la importancia dada a la participación de mercado, ya que lo único realmente requerido para vender petróleo es, ser un productor razonablemente confiable y capaz de ofrecer el producto a los precios del mercado. Algunas inversiones de PDVSA, tales como la de CITGO, pueden obedecer a intereses y ambiciones internas y, para descartar tal posibilidad, se requiere de datos e información veraces. 
En virtud de lo antes expresado y dado que hay pocos asuntos que tienen tanta importancia para el bienestar de Venezuela que su industria petrolera, solicito al Poder Moral inicie una evaluación real de los resultados para el país de la operación CITGO - usando para tal fin a profesionales no relacionados con la industria. 
PDVSA - GAS 
Aún cuando el petróleo y el gas no son exactamente lo mismo, ambos son en gran medida productos sustituibles, encontrándose sus precios y volúmenes de oferta y demanda íntimamente relacionados, especialmente en el mediano plazo. De allí que considere lógico que el gas libre sólo debería ser explotado, en la medida en que nos produzca una utilidad bastante similar a la del petróleo. 
En el supuesto de que los costos de producción del petróleo sean de US$ 2 por el componente extranjero y US$ 3.50 por el nacional, se puede decir que cuando Venezuela vende un barril a US$ 23, al país le quedan US$ 21 y al Estado US$ 17.50. Si suponemos también que cada barril de petróleo equivale a 7 millones de BTU de gas, obtenemos que, en principio, cada millón de BTU en gas debería resultar en US$ 3 para el país y US$ 2.50 para el Estado – de no ser así, estaríamos compitiendo con nosotros mismos con un producto de menor rentabilidad, siendo entonces preferible vender más petróleo y conservar el gas. 
Hoy, cuando al país se le anuncian una serie de proyectos de gas libre, sin indicar de manera clara cuánto le ha de quedar a la Nación por sacrificar un recurso no renovable, y mencionando estimaciones de rendimiento del 12% (nivel ínfimo comparado con lo que paga el país por deuda nueva) sospecho que, como fiduciarios de las próximas generaciones de venezolanos, se está haciendo un pésimo negocio con el patrimonio nacional y así lo denuncio. 
IMPUESTOS AL PETRÓLEO 
La mayoría de los países consumidores de petróleo en el mundo han venido aumentando los impuestos que cobran a los productos petroleros. Por ejemplo en Inglaterra los impuestos a la gasolina los cuales, ya para 1985 representaban un 85%, se situaron en 1998 en un absurdo 456%. Como es de esperarse tales impuestos aumentaron los precios de los productos petroleros a nivel de consumidor y efectivamente, vemos que en Inglaterra el índice de precios de tales productos, pasó de un 100% en 1980 a un 247% para 1998. Como resultado, la demanda por el crudo se deprimió, hasta tal grado de que el índice del precio del petróleo crudo, de un 100% en 1980 bajó a sólo el 18% para 1998. 
El análisis anterior está basado en datos extraídos del "World Oil Trends 1999” publicado por Arthur Andersen y Cambridge Energy Research Associates y de el se desprende que nuestros ingresos petroleros, sin duda se vieron negativamente afectados, en unas dimensiones impresionantes. Decir que a consecuencia de lo anterior el país haya, durante los últimos 18 años, perdido ingresos por el orden de 100 mil millones de dólares – monto que equivale cuatro veces su deuda externa – no luce descabellada. 
Considerando que lo anterior ocurrió justo cuando Venezuela estaba inmersa en un proceso de apertura, reduciendo sus aranceles comerciales y firmando convenios relativos a marcas y patentes, me obliga solicitarle al Consejo Moral Republicano, que investigue sobre la antipatriótica indiferencia que Venezuela ha desplegado en la materia. Es justicia.
El Universal


mayo 16, 2000

El fondo de oportunidades de inversión en Venezuela

Durante casi una década fui representante del único banco Chileno, que mantuvo una oficina de representación en Venezuela y a consecuencia estuve frecuente y activamente en contacto con el tema de los fondos de pensiones. Si bien estaba convencido de las bondades del sistema, sostuve en diversas oportunidades que no estaban dadas las condiciones en Venezuela para iniciar su desarrollo. La razón de lo anterior se centraba en el hecho de que durante la fase inicial de la creación de los fondos, sería muy difícil lograr que una parte importante de los fondos captados pudiesen ser invertidos en el extranjero – y la ausencia en Venezuela de instrumentos adecuados en qué invertir - garantizaba el fracaso del sistema y, con ello, su desprestigio. De allí que sólo los enemigos o los aprovechadores de los fondos de pensión podrían aupar su parto prematuro.
Hoy seguimos sin instrumentos de colocación a largo plazo, que le permitan a un administrador serio de fondos de pensión, el recibir los recursos y aceptar la responsabilidad fiduciaria de devolver un valor real, en 10, 20 ó hasta 30 años. Ante la evidente fuga de capitales, provocada en gran parte la falta de alternativas de inversión, la necesidad de crearlas se hace aún mas urgente.
El Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV), en lugar de dedicarse a desarrollar oportunidades de inversión para capitales especulativos extranjeros por vías tales como es la de las privatizaciones eléctricas, que en el caso de Margarita, como todos saben, además, fue pésimamente ejecutada, podría hacer unos esfuerzos orientados a crear, para los capitales locales, oportunidades de inversión AAA.
A tal efecto se requeriría estructurar los instrumentos de forma racional, invertir los recursos en actividades que generen sus propias fuentes de repago y, finalmente, cobijar a las inversiones con un manto, casi santo, de garantías institucionales. Obviamente que de ello se derivan una serie de interrogantes.
¿Cómo estructurar esos instrumentos? Sin ningún ánimo de implicar una dolarización de nuestra economía, considero que los títulos ofrecidos deberían expresarse en dólares. La primera razón, muy pragmática, es sencillamente por cuanto el dólar es la moneda referencial, que la mayoría de los capitales buscan. En segundo término, ello permitiría utilizar tasas de interés mucho más bajas, que las aplicables si tales inversiones fueran expresadas en bolívares, con lo cual podríamos ofrecer al prestatario los plazos largos de amortización, que en términos reales requiere, sin tener que adentrarnos en el mundo de las indexaciones, sobre la base de elementos de cuestionable validez, tales como el Indice de Precios al Consumidor (IPC).
¿En qué áreas invertir? Las áreas obvias serían la del petróleo, la electricidad y la vivienda. Estas áreas representan sectores de importancia tan vital para el país, que el no lograr desarrollar unas inversiones seguras en las mismas nos llevaría a cuestionar la propia viabilidad del país.
La capacidad de PDVSA de emitir y servir una emisión de bonos por US$ 1,500 Millones, no creo que sea cuestionable.
Si todos los activos de transmisión eléctrica del país, valorados en más de US$ 2.500 millones se aportaran a una empresa nacional, que de hecho sería "la gran cobradora de peaje", que permita accesar a las riquezas energéticas del Caroní, ésta podría, sin duda, respaldar una emisión en el orden de US$ 500 millones.
Ofrecer créditos hipotecarios a nuestros jóvenes sería otra posibilidad. 10.000 créditos de US$ 50.000 cada uno, generaría una cartera de US$ 500 millones. Si el país no logra identificar 10.000 parejas de profesionales, que tengan méritos suficientes para accesar a un crédito a 25 años, para comprar su vivienda, mejor apaguemos la luz y cerremos la puerta. La forma más idónea de ayudar a mantener viva la esperanza de poder tener una vivienda a los que no tienen recursos, sería asegurándoles el acceso a la vivienda a los que sí tienen con qué y un título universitario debería ser un con qué suficiente. 
¿Cuáles serían las garantías institucionales? En lo personal, estoy harto de todas aquellas declaraciones sobre la importancia de atraer capitales extranjeros, en un país que no lograr estimular la permanencia de sus propios capitales nacionales. Desde hace más de 20 años, el inversionista nacional ha venido abandonando paulatinamente a su país, de allí que el lograr generar oportunidades de inversión, que eviten el desangramiento nacional, sería una hazaña, que para mí tendría características de una Santa Cruzada.
Una Ley que decrete, como de prioridad nacional, el puntual servicio de las obligaciones, que pertenecen al Fondo de Oportunidades de Inversión en Venezuela (FOIV) y que obtenga la aprobación del 100% de los miembros de la nueva Asamblea Nacional y el 100% de las Asambleas Legislativas, podría ser una vía de puntualizar su trascendencia histórica.
Todos nosotros, que diariamente rogamos a Dios por el futuro de nuestro país, que con fuerza nos aferramos a nuestro terruño y nos rehusamos a montarnos en una ola emigratoria, necesariamente tenemos que encontrar una forma de asegurar la permanencia voluntaria en el país de los capitales venezolanos. El FOIV pudiera ser el detonante que logre lo deseado.
La existencia de US$ 2.500 millones en instrumentos, como los descritos, puede ser la tierra fértil en la cual sembrar un sistema de fondos de pensión. Si el país no aprende a cuidar sus capitales locales - nos garantizamos el rumbo de tener que vender a Venezuela, a precio de gallina flaca, a los intereses extranjeros - tal como está ocurriendo. ¿Cuándo entenderemos que el mundo globalizado comienza por nuestro propio patio?
Per Kurowski
Lugar y fecha de nacimiento. San Cristóbal, 16 de Mayo de 1950



mayo 12, 2000

Propiedad intelectual abusiva – y su abuso

Esta semana recibí, al igual que muchas otras personas, una carta y un folleto ilustrado con unas esposas, donde se me informaba que tenía hasta el 30 de abril para legalizar cualquier software que estuviera usando. Transcurrido dicho plazo, se me anunció que recibiría la agradable visita de las empresas dueñas de tales programas, asistidas por jueces venezolanos, para practicar una inspección ocular a fin de determinar si me declaran o no pirata del Software, en cuyo caso me enfrentaría a la bicoca de severas multas, secuestro de equipos y hasta 4 años de prisión. El único detalle que no se me informó fue en cuál prisión piensan recluirme.
Lo curioso es que esto ocurre, justamente en la semana donde Microsoft ha sido declarada culpable por conducta monopolística y yo que me he preguntado en algunos de mis artículos, ¿qué pasaría si Estados Unidos, siendo Microsoft americana, simplemente hubiese ignorado los problemas? ¿Le hubiese tocado a nuestra Procompetencia intervenir?
También tiene lugar poco después de que en otro artículo relativo a la investigación sobre los genes humanos, discutía sobre los monopolios que resultan al otorgarse patentes a medicinas, por ejemplo curas al cáncer, y me preguntaba: ¿Hasta qué precio es razonable respetar el derecho de propiedad intelectual de un proveedor monopolista y a partir de qué precio es justificable (moralmente) el copiado? y, ¿Cuándo le tocará intervenir a nuestro Indecu?
Por supuesto que no voy a pretender que la referida carta de amenaza sea una retaliación contra este pequeño articulista pero, no les quepa la menor duda de que me ha motivado a seguir escribiendo sobre la materia.
Para empezar, reitero que todo el aparataje legal ha sido desarrollado por los países dueños del 99,99% de las propiedades intelectuales, de allí que los países, que como Venezuela sólo son usuarios y pagadores de derechos, necesiten con urgencia desarrollar su propio marco teórico de referencia.
Ahora bien, este gigante, hasta ahora intocable, constituido por la mafia titular de derechos intelectuales, parecería que comienza a ser atacado. En tal sentido, pudimos leer declaraciones unilaterales de Clinton y Blair donde se contemplaba garantizar el libre acceso a los datos derivados de proyectos que decodifican los genes humanos, lo cual causó un derrumbe en la cotización del precio de las acciones de empresas relacionadas a este tipo de investigación. Igualmente han empezado a proliferar una serie de debates, en la prensa especializada, donde se cuestiona la validez de muchas de las patentes otorgadas en el mundo del Internet.
De lo anterior debemos concluir que la materia relativa a propiedad intelectual se encuentra todavía en estado embriónico, donde aún hay mucho que discutir y decidir. Las implicaciones de tal proceso son de tal importancia que no deben ser dejadas en manos de autoridades internacionales, sin la debida representación de una experticia venezolanista.
Sin presumir de experto, pero seguro de mi responsabilidad como venezolano, deseo hacer dos reflexiones. Una, con respecto al abuso que puede ocurrir cuando se le impone a un país la obligacion de respetar los derechos de propiedad en sí y la otra, en relación al posible abuso de tales derechos.
En cuanto al primer punto, como ya lo he dicho durante años, en muchos de mis artículos, Venezuela no tiene ninguna obligación moral para con el mundo de respetar derechos de propiedad intelectual (los cuales, por definicion y mientras el hombre exista, son activos renovables), mientras que el mundo no respete el valor de nuestros activos no renovables.
Una vez más tengo que traer el ejemplo de los abusivos impuestos advalorem que imponen muchos países del mundo a los productos petroleros. Por ejemplo en Inglaterra los impuestos a la gasolina, los cuales, ya para 1985 representaban un 85%, se situaron en 1998 en un absurdo 456%. Como es de esperarse tales impuestos aumentaron los precios de los productos petroleros a nivel de consumidor y efectivamente, vemos que en Inglaterra el índice de precios de tales productos, pasó de un 100% en 1980 a un 247% para 1998. Como resultado, la demanda por el crudo se deprimió, hasta tal grado que el índice del precio del petróleo crudo, de un 100% en 1980 bajó a sólo el 18% para 1998.
Lo anterior, basados en datos extraídos del World Oil Trends 1999 , publicado por Arthur Andersen y Cambridge Energy Research Associates, significó, sin duda, que nuestros ingresos petroleros se afectaran de manera tan negativa, que francamente no creo que tengamos por qué firmar convenios, que obliguen a nuestros jueces a ser los modernos alguaciles de Nothingham, ayudando a los ingleses a defender sus intelectuales aspiraciones de rentas intelectuales.
En cuanto al segundo punto, es decir, al posible abuso que pudiera derivarse del desmedido ejercicio de los derechos derivados de la propiedad intelectual, me permito traer el siguiente ejemplo:
Cuando una autoridad de Estados Unidos otorga a la Microsoft, el derecho de propiedad sobre un software, me imagino que lo hace pensando que existen otros parámetros y elementos competitivos en el mercado, que limitan las posiblidades de la empresa de abusar. Esto pudiera ser válido para su mercado doméstico, pero no necesariamente lo es al ser traspasado a otros mercados. Efectivamente, observamos que el precio de US$395 por un software pudiera ser perfectamente razonable en un mercado como Estados Unidos, donde se cobra US$ 395 por hora de consultoría legal, mientras que resulta abusivo en un mercado como el nuestro donde las circunstancias económicas obligan a prestar servicios de consultoría legal a razón de US$ 39,50 la hora.
Lo anterior implicaría que el valor real de la protección acordada por el derecho de propiedad intelectual difiere de país en país, y en tal sentido creo posible, ante la amenaza de ver sus discos duros extraídos, sus empresas multadas y sus representantes enviados al Rodeo, preparar y solicitar amparos, basados en que las empresas demandantes, están explotando indebidamente su posición de monopolio.
Al poco tiempo me replicaron con “Hijito… ¡Ni de broma el quemadito!”, el cual contiene muchas verdades, pero las cuales no estaba cuestionando.
Posdata 2012. Se ha reabierto las discusión en el mundo desarrollado sobre si los códigos genéticos son patentables o no.









mayo 09, 2000

La OPA por La Electricidad de Caracas y el consumidor

Yo no soy accionista de la Electricidad de Caracas (EdC) pero, como usuario con serias dificultades para limitar el consumo eléctrico en mi casa, a veces siento que, en términos económicos, me encuentro más ligado a esa empresa que la mayoría de sus 65.000 accionistas.
Observando cómo todos le dan palos a la piñata, que produjo la oferta de AES de adquirir el 51% de las acciones de la EdC, a un precio 80% mayor al último precio cotizado y ante la posición de la actual gerencia, que considera que ese precio es bajo ya que, a su juicio, consideran que la empresa vale 8 veces más, me siento tentado a preguntar, si acaso, ¿no habría lugar para una rebajita de las tarifas eléctricas?
Es probable que mi e-mail inbox se llene de mensajes preguntando si soy enemigo de la empresa privada, a lo cual, como siempre, he de responder que como usuario, también soy un privado, con derecho de defender públicamente mis propios derechos e intereses y, muy especialmente, mi bolsillo.
La nueva Ley Eléctrica obliga a una permanente discusión pública sobre teoría, métodos y modelos de tarifas a ser aplicadas por las empresas, que realizan actividades reguladas en el sector eléctrico. En tal sentido, el debate que ha producido la oferta de AES, me estimula a lanzar sobre la mesa de discusión, el siguiente análisis.
Para un servicio de naturaleza monopólica, tal como el de la distribución eléctrica, intuitivamente, la mejor calidad y la menor tarifa deben ser el resultado de lograr combinar una eficiente operación con unas modestas aspiraciones de rendimiento. De nada sirve que el operador sea bueno, si los retornos financieros que se exige son exagerados o, que el capital se satisfaga con un bajo rendimiento, pero el operador sea malo.
Dado que la calidad del operador sólo puede ser evaluada con el tiempo, el único sitio por dónde se puede empezar, es por reducir las exigencias de rendimiento y eso solo se logra reduciendo los riesgos, que perciben los inversionistas. En otras palabras, el reto es atraer al sector eléctrico los mismos capitales, que tradicionalmente han alimentado al sector eléctrico en otros lugares y que, por sus bajas expectativas de rendimiento, pero muy grandes exigencias de seguridad, frecuentemente se conocen como los “capitales de viudas".
¿Cómo se logra esto? Ante nada fomentando la estabilidad, en lugar de un crecimiento espectacular. Supongamos, sin referirnos a la EdC quién además de distribución tiene generación y transmisión, que una empresa distribuidora eléctrica típica, para una zona como la de Caracas, debería tener una capitalización de 1.000 millones de dólares - monto que aumenta con el tiempo, en función del incremento de la demanda. Ante tal supuesto cabría entonces la posibilidad de usar la estructura tarifaria para lograr estabilizar una capitalización objetivo. Inicialmente, si la capitalización de la empresa cae por debajo de 800 millones, las tarifas resultan bajas y deben elevarse, mientras que si la capitalización se eleva por encima de 1.200 millones, las tarifas pueden reducirse. 
Alguien puede sostener, que la anterior estructura no incentiva suficientemente una mejoría de servicio y hasta puede garantizar la ineficiencia. Como respuesta se puede indicar que la distribución eléctrica no es exageradamente compleja y lo que se requiere es un sentido gerencial, que puede definirse como de “austera disciplina” - justamente el sentido que puede ser incentivado con una mayor estabilidad. Es conocido que empresas de servicio público reguladas, aparte de atraer capitales "baratos" por su menor riesgo, también lograban satisfacer su nómina gerencial a menor costo, al ofrecer mayor estabilidad de trabajo.
Lo anterior no tiene por qué ponerle freno a las variadas iniciativas de nuevos negocios, que ha demostrado la EdC durante los últimos años, pero el hecho está que la separación de las actividades - generación, transmisión y distribución, a que obliga la Ley, de todas maneras puede forzar un reacomodo en la cartera de inversiones de la EdC. La generación estará controlada por la competencia; la transmisión, por la relativa transparencia de sus costos y en la distribución, como dije, espero se creen las condiciones que atraigan los capitales de las viudas y expulsen los capitales especulativos. Como consumidor eléctrico caraqueño, me procupa estar financiado por los mismos capitales, que financian proyectos, cuyo riesgo percibido debe ser mayor, tal como agua en Colombia o, electricidad en Rusia.
Considerando que las empresas eléctricas en Venezuela, tales como la EdC, han logrado desarrollarse en ausencia de una Ley Eléctrica, hoy sin duda, con una buena Ley, debe existir un gran potencial para introducir mayor estabilidad al sector, reducir sus riesgos y cosechar los beneficios correspondientes. 
Aparte de la Ley, hay otros factores que deben resolverse para que un usuario asediado, pueda permitirse ilusiones de un mañana mejor, sin necesariamente sentirse iluso. Reducir los robos de electricidad y asegurar el pago oportuno de las facturas, ayudará a todos a conseguir una tarifa más razonable. Asimismo una planificación energética integral, que evite el generar electricidad con gas o petróleo no renovable, mientras se desperdicia el potencial del Caroní, ayudará también reducir el costo eléctrico - y aumentar los ingresos de la Nación. 
¡Eso sí! Será indispensable para incrementar la estabilidad y reducir los riesgos del sector el asegurar una adecuada selección de los participantes de los entes reguladores, muy especialmente los de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica. Ausencia de conflictos de interés, profundidad y variedad de conocimientos profesionales, carácter y disciplina, así como un profundo amor y respeto por el país - son sólo algunas de las cualidades que deben estar presentes. También debemos recordar sobre la importancia de estimular y de educar al usuario a fin de que pueda participar de forma más activa en el desarrollo eléctrico. No hay mejor colaborador que un usuario informado.
Finalmente, una palabra de aliento para quien, por nervios o necesidad, vendió sus acciones de la EdC justo antes de la OPA y hoy tiene que oir sobre lo mucho que valen.



mayo 02, 2000

Nuevas profesiones venezolanas para un nuevo milenio

Hay un proverbio chino que recomienda apuntar a las estrellas ya que, aún cuando no se alcancen, se llegará mucho más alto que apuntando hacia algo ubicado al mismo nivel. Siempre me recordaba de ese proverbio cuando, hace unos años observaba una cuña motivacional, donde un niñito educado, respetuoso y lleno de voluntad, respondía cuando se le preguntaba qué era lo que quería hacer cuando fuese grande, a lo que respondía - "tener un ganadito y eso" - todo esto en un país petrolero y ante un nuevo milenio.
Igualmente me contaron que un niñito, respondiendo a la misma pregunta por televisión, sorprendió con un - "¡Ser guardia nacional!". Al "¿Por qué?" de la reportera, Sandra Mondolfi, respondió de manera sincera "Usted sabe, para pedir papeles y eso".
Por triste que sea, de todas formas los muchachos anteriores estaban más claros en sus metas y aspiraciones, que la mayoría de la juventud venezolana actual.
Si a lo anterior se le añade;
· La dudosa preparación del estudiante, tanto en primaria como en secundaria. 
· El desconocimiento que se tiene del significado de una Universidad, lo cual le permite a un estudiante de ingeniería eléctrica declarar por la prensa que "el precio del comedor debe aumentarse a más de dos bolívares por cuanto eso conllevaría a una mejor calidad de alimentos". 
· La cantidad de profesionales desempleados, sub-empleados o simplemente no preparados para las necesidades del país.
· La propia desorientación de la Universidad, más que evidenciada cuando, en una cuña, la UCV declara con orgullo, que entre sus grandes logros institucionales se encuentra el desarrollo de la tinta indeleble - pilar del sistema democrático. 
Nos tenemos que dar cuenta, de que en el mundo de la educación universitaria se necesita un sacudón bastante más grande, que el que afectó al sector político. Es necesario implementar un proceso reconstituyente educativo y, a tal efecto, me permito esbozar algunas ideas sobre nuevas profesiones, que pudieran tener un gran significado para la Venezuela de hoy y que, por lo tanto, pudieran servir para motivar los cambios. Como economista, las oportunidades que visualizo están basadas, o en nuestra propia realidad económica, o en el desarrollo de una capacidad de defensa de los intereses nacionales dentro de un proceso de globalización.
Antes que nada, y en materia de energía, Venezuela es un país obeso en un mundo anoréxico. Lo anterior significa que siempre seremos el blanco de esfuerzos dirigidos a que entreguemos nuestra energía al menor precio posible.
Un ejemplo de cómo hemos sido manipulados, lo tenemos cuando, según datos extraídos del "World Oil Trends 1999” publicado por Arthur Andersen y Cambridge Energy Research Associates, observamos que los impuestos ad-valorem aplicados a la gasolina en Inglaterra, se ubicaban en 1980 en 85%, un nivel ya de por sí alto, pero ridículo comparado con el alcanzado en 1998, cuando llegaron a un absurdo 456%. 
Los impuestos aplicados a productos petroleros, que funcionan como cualquier arancel, incidieron en que el índice de precios de los productos petroleros, a nivel del consumidor, subiese de un 100% en 1980 al 247% en 1998. Ante tal hecho, por supuesto que la demanda por el crudo se deprimió, hasta tal grado que el índice del precio de petróleo bajó de un 100% en 1980 a sólo el 18% en 1998. 
Lo más insólito es que lo anterior ocurre justamente cuando Venezuela estaba inmersa en un proceso de apertura, reduciendo sus aranceles comerciales y firmando convenios relativos a marcas y patentes. Esto debería indicar la necesidad de desarrollar experticia venezolana en áreas como las siguientes:
Expertos en Derecho Tributario y Comercio Internacional. Si hubiésemos tenido cátedras dedicadas al estudio de los problemas del comercio internacional, desde nuestras propias perspectivas, es muy probable que habrían surgido fórmulas para aminorar los daños causados, antes referidos.
Ingenieros Ambientales. La ciencia ambiental está llena de contradicciones e imprecisiones, hasta tal grado de que aún no sabemos con certeza si vamos a un enfriamiento o recalentamiento global, o si las consecuencias de esto son buenas o malas. Por lo tanto, por la importancia cada día mayor que tiene la protección del ambiente en sí, como por el hecho de que muchos de los ataques a nuestras riquezas energéticas frecuentemente vienen encubiertos con el manto de la protección ambiental (Kioto – Ecotax), resulta vital para el país desarrollar sus propios conocimientos y profesionales.
Ingenieros en Energía. Si bien tenemos profesionales en áreas especializadas, como electricidad, petróleo y otros, estoy seguro de que nuestro país requiere desarrollar conocimientos especiales, que le permitan planificar y optimizar el uso de su abundancia de energía. Por ejemplo, por la falta de profesionales de energía integral, hoy se quema gas o petróleo, al mismo tiempo que se desperdicia el potencial del Caroní.
Expertos en materia de libre competencia y la propiedad intelectual. Todo el aparataje legal correspondiente a dicha materia, ha sido desarrollado por los países dueños del 99.99% de las propiedades intelectuales, de allí que los países, que como Venezuela sólo son usuarios y pagadores de derechos, necesiten con urgencia desarrollar su propio marco referencial - basta con asomar algunas de las preguntas:
¿Qué pasaría si Estados Unidos, siendo Microsoft americana, simplemente hubiese ignorado su conducta monopólica? ¿Le hubiese tocado a nuestra Procompetencia intervenir? ¿Hasta qué precio es razonable respetar el derecho de propiedad intelectual de un proveedor monopolista, por ejemplo en el caso de un remedio para el cáncer? ¿A partir de qué precio es justificable (moralmente) el copiado - en la guerra fría se copiaban secretos militares - y Japón? ¿Cuando le toca intervenir a nuestro Indecu?
Como pueden observar hoy, mas que nunca necesitamos de profesionales formados con las realidades y los intereses de Venezuela como horizonte.
Publicado en El Universal, 2 de Mayo de 2000