El "ausente", con la chequera de nuestras resultas petroleras en manos, durante catorce años, como un "Yo Soy El Todo" fungió como el único punto de referencia nacional, para tutilimundi. En tal sentido no hay porqué sorprenderse sí a alguien hoy podamos parecerles, en el más amable de los parecérseles, a un Kindergarten sin maestra.
Mientras dure la ausencia del "ausente", quién sabe de repente a nuestra imaginativa Corte Suprema de Justicia se le ocurre decretar un período presidencial sabático, permítame escribirles sobre otro tema que me ocupa, el de las regulaciones bancarias.