La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América dice “Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad… cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad.”
En Venezuela y por lo que se lee en periódicos y foros en la web, hoy hay, como han habido tantos otros en otros momentos de nuestra historia, muchos quienes consideran que una larga serie de abusos y usurpaciones evidencian el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto. Para el caso de que estos preocupados fuesen ciudadanos de los Estados Unidos de América, podrían entonces considerar “su derecho y su deber, derrocar el gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad”. En Venezuela, en esta materia rige el Artículo 350 de nuestra constitución que establece:” El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.
A los preocupados yo no les discutiré la parte relativa al “derrocar” o “desconocer”, ellos son adultos y se entienden, pero lo que si les recordaré es sobre lo tanto más importante que resulta lo de “establecer nuevos resguardos para su futura seguridad”. ¿Para qué derrocar a un porfiado autócrata si al rato, de seguro, inflado con nuestras resultas petroleras, se nos levantará otro porfiado autócrata, así se llame distinto, así se vista de un color distinto?
¡Hoy, otra década perdida! ¡Otros 10.950.000.000 barriles de petróleo extraídos por siempre de la tierra venezolana, por nada o hasta por menos! ¿Cuándo tendremos un gobierno que gobierne y no solo un gobierno que distribuye el contenido de una piñata petrolera aplicando como principio lo del que parte y reparte se queda con la mejor parte?
¿Porqué somos nosotros tan equivocadamente porfiados insistiendo en no querer responsabilizarnos directamente por nuestras resultas petroleras, solo para siempre terminar responsabilizando a otro echándole toda la culpa?
No amigos, seamos correctamente porfiados y logremos hacer de la próxima década la década donde al fin le damos un significado real a eso de que el petróleo es de los venezolanos. Y porfiemos en crear las condiciones que impidan para siempre el que se nos levante otra vez otro de esos porfiados autócratas petroleros. ¡Feliz año!
El Universal
En Venezuela y por lo que se lee en periódicos y foros en la web, hoy hay, como han habido tantos otros en otros momentos de nuestra historia, muchos quienes consideran que una larga serie de abusos y usurpaciones evidencian el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto. Para el caso de que estos preocupados fuesen ciudadanos de los Estados Unidos de América, podrían entonces considerar “su derecho y su deber, derrocar el gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad”. En Venezuela, en esta materia rige el Artículo 350 de nuestra constitución que establece:” El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.
A los preocupados yo no les discutiré la parte relativa al “derrocar” o “desconocer”, ellos son adultos y se entienden, pero lo que si les recordaré es sobre lo tanto más importante que resulta lo de “establecer nuevos resguardos para su futura seguridad”. ¿Para qué derrocar a un porfiado autócrata si al rato, de seguro, inflado con nuestras resultas petroleras, se nos levantará otro porfiado autócrata, así se llame distinto, así se vista de un color distinto?
¡Hoy, otra década perdida! ¡Otros 10.950.000.000 barriles de petróleo extraídos por siempre de la tierra venezolana, por nada o hasta por menos! ¿Cuándo tendremos un gobierno que gobierne y no solo un gobierno que distribuye el contenido de una piñata petrolera aplicando como principio lo del que parte y reparte se queda con la mejor parte?
¿Porqué somos nosotros tan equivocadamente porfiados insistiendo en no querer responsabilizarnos directamente por nuestras resultas petroleras, solo para siempre terminar responsabilizando a otro echándole toda la culpa?
No amigos, seamos correctamente porfiados y logremos hacer de la próxima década la década donde al fin le damos un significado real a eso de que el petróleo es de los venezolanos. Y porfiemos en crear las condiciones que impidan para siempre el que se nos levante otra vez otro de esos porfiados autócratas petroleros. ¡Feliz año!
El Universal