La única lucha contra el autócrata petrolero de turno que tiene una verdadera justificación histórica para nuestra querida Venezuela, es aquella que busque garantizar que más nunca se deje acumular tanto poderío en manos de quien ejerce el Estado. El sólo pensar que salgamos de este petro-teniente para que dentro de una décadas, o siglos, pueda venir otro a repetir algo similar, así sea con más elegancia y refinamiento, me produce nauseas. Es más, ya me importa un bledo cortar ésta podrida maleza, si no la podemos sacar con todas las raíces.
Y, francamente, si la oposición no es capaz de dirigir esa lucha, necesitamos de otra oposición, ya. No dejemos el futuro de las generaciones de venezolanos por venir en manos de otros quítate-tú-para-ponerme yo. Y no lo digo por cuanto no vea entre los oposicionistas, de lado y lado, a personas capaces para liderar una verdadera lucha transformadora, las hay, lo que pasa es que, enceguecidos, sólo saben atacar la muleta, hoy roja, permitiendo así que los sinvergüenzas, domingo tras domingo, de nuestra muy venida a menos monumental de Venezuela, salgan cargados en hombros, por los míseros sumisos en que las resultas petroleras nos han convertido.
La única bandera política por la cual vale la pena pelear y alrededor de la cual podemos reunir a nuestra desunida nación es la de quitarle para siempre la chequera petrolera al gobierno de turno… para que nuestros gobiernos aprendan ser gobiernos normales que trabajan con los ingresos que sus ciudadanos les asignen y no con los ingresos que se apropian de los recursos naturales… para que los ciudadanos aprendan responsabilizarse por su cuota parte de las resultas petroleras y no se sienten a esperar más los frutos de unos árboles imaginarios.
Vamos entonces todos a darle una pita a todos los usurpadores de nuestras resultas petroleras… ¡Aaauuuhhh!
septiembre 24, 2009
La pita
En la semana observé con espanto como el jefe de Estado, el presidente, el que fue elegido para gobernar para todo el país, aupaba unos colegiales con un "vamos a darle una pita a los escuálidos ¡Aaauuuhhh!".Y no era una pita en contra de un enemigo externo del país sino en contra de algunos compatriotas que bien podrían ser las madres o los padres de esos mismos niños. ¿Habráse visto jamás tal acto de pedofilia política? Hay que ver cómo los gobernantes pierden toda la capacidad para razonar cuando se les entrega una repleta chequera petrolera.