Si las salvaguardas o protecciones comerciales temporales, que pretenden implementar ahora, se hubieran aplicado hace unos años, cuando alertábamos acerca de los peligros de la sobrevaluación del bolívar, puede que hubiesen servido para algo. Hoy, inmersos en una emergencia económica, cual estado de guerra, ¿de qué nos sirve que los zapatos se fabriquen en Venezuela, si ya el venezolano no puede comprarlos? Por ello me permito proponer el contenido mínimo de una Ley “Vuelvan Caras”.
Someter a las aduanas a la vigilancia de una corte marcial. El que traicione a la Patria cometiendo un delito aduanero, debe recibir una pena mínima de 10 años de cárcel.
Invertir el status quo, donde cada sector tiene que penar ante el Ministerio de Producción, para que le otorguen su salvaguarda, aplicando un arancel adicional del 50% a todo y que hagan la cola quienes necesiten que se les reduzca tal arancel.
Reimplantar a los aranceles como principal ingreso fiscal no petrolero, eliminando de inmediato el IVA, para evitar gravar regresivamente a la actividad económica interna.
Regular las tasas de interés, con la creación de una unidad del bolívar indexada a la inflación, exigiendo que los bancos remuneren a sus depositantes con un 3% real y cobren un margen máximo del 8 % real a sus prestatarios.
Reavivar el sector construcción con programas de crédito correctamente indexados, que permitan financiar la compra de viviendas a los que más cerca estén de poder comprarlas, en lugar de gastar lo poco que hay, en los que más lejos se encuentran.
Prohibirle a la Nación dejarse extorsionar con intereses al 17%, para acceder a nuevos créditos externos públicos para servir los actuales; planteando como única alternativa el pago del 20% a cada vencimiento, refinanciando el otro 80% mediante un pagaré a 5 años. ¿Qué no nos prestan más?… Dios quiera.
Enviar una delegación a Colombia planteándole la necesidad de unirse a Venezuela en la construcción de un mercado doméstico fuerte, capaz de negociar en unos treinta años una nueva apertura, en términos más realistas, que los obtenidos por nuestros ilusos aperturistas del ayer.
Por cuanto el Vuelvan Caras implicaría un giro de 180 grados a la realidad económica del país, habría que cuidarse de los capitales golondrina, pues no habría capacidad para asimilar recursos en demasía y, quién sabe, quizás en un futuro tengamos que pensar en gravar a los dólares que retornen al país con un Impuesto de Acceso a La Renta.
Publicado en TalCual el 31 de Julio de 2003