En Venezuela en camino a los nueve años de gobierno de ese Teniente-Coronel que diciéndose demócrata le fascina que lo llamen Comandante, la gasolina se vende a un precio menor que el agua, a menos de 3 céntimos de dólares, sin siquiera cubrir sus costos de distribución. Con esa política pública ese dizque socialismo del siglo XXI transfiere de los más pobres de los pobres en nuestro país, a los dueños de vehículos, un subsidio superior al 10% del PDB del país. En otro país petrolero como por ejemplo Noruega el precio de la gasolina es más de 60 veces el precio en Venezuela.
Igualmente como resultado directo de vender la gasolina a menos de 3 céntimos de dólares el litro, en lugar de venderla a su precio de mercado e invertir los recursos obtenidos en el transporte público, tenemos que en un país con solo 26 millones de habitantes y un nivel de ingresos por habitante cercano a solo los cinco mil dólares, en 2006 se vendieron 350.000 vehículos nuevos y las ventas del primer trimestre ya indican una venta anual de 400.000 de vehículos nuevos para el 2007.
Los carros ya no encuentran por donde circular para soltar su carbón envenenando nuestro planeta por lo que tanto en materia ambiental como en la vía de distribuir justamente el ingreso obtenido por la liquidación de nuestro petróleo no renovable, queda perfectamente claro que en Venezuela nos encontramos en manos de un gobierno cruelmente asocial.
Lo anterior (unido a tantos otros motivos) me lleva a preguntarles a los socialistas del continente y del mundo lo siguiente:
¿Acaso Ustedes creen que un Salvador Allende hubiese muerto orgulloso por el Asocialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez? ¿Ustedes no tienen límites en el crédito socialista que están dispuestos a extenderle a alguien solo por cuanto abre su boca en contra de Bush? ¿No le tienen miedo a la posibilidad del descrédito final? ¡El efecto caída del Muro de Berlín se vera chiquito al lado del efecto caída Hugo Chávez!
¿Acaso no se dan cuenta que Hugo Chávez no tiene un constituyente socialista en Venezuela, ya que de existir jamás le hubiesen perdonado sus improperios autoritarios? ¿Acaso no se dan cuenta que a Chávez lo anterior no le importa nada siempre y cuando Ustedes le permitan usar gratuitamente el discurso socialista como un camuflaje útil para ocultar sus propios fines individuales?
Yo defiendo mucho al sector privado y soy demasiado libre pensador para poder acomodarme a un ismo político como el socialismo, pero no por ello tengo empachos en solicitarle la ayuda a los socialistas-socialistas, a quienes respeto mucho, para librar a Venezuela de las dos botas con que nos pisan, la militar y la petrolera. Asimismo ruego encaradamente, tanto a ellos como a su contraparte ideológica, que de una vez por todas dejen de apoyar a quienes disfrutan y ganan con que nos odiemos entre hermanos.
Igualmente como resultado directo de vender la gasolina a menos de 3 céntimos de dólares el litro, en lugar de venderla a su precio de mercado e invertir los recursos obtenidos en el transporte público, tenemos que en un país con solo 26 millones de habitantes y un nivel de ingresos por habitante cercano a solo los cinco mil dólares, en 2006 se vendieron 350.000 vehículos nuevos y las ventas del primer trimestre ya indican una venta anual de 400.000 de vehículos nuevos para el 2007.
Los carros ya no encuentran por donde circular para soltar su carbón envenenando nuestro planeta por lo que tanto en materia ambiental como en la vía de distribuir justamente el ingreso obtenido por la liquidación de nuestro petróleo no renovable, queda perfectamente claro que en Venezuela nos encontramos en manos de un gobierno cruelmente asocial.
Lo anterior (unido a tantos otros motivos) me lleva a preguntarles a los socialistas del continente y del mundo lo siguiente:
¿Acaso Ustedes creen que un Salvador Allende hubiese muerto orgulloso por el Asocialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez? ¿Ustedes no tienen límites en el crédito socialista que están dispuestos a extenderle a alguien solo por cuanto abre su boca en contra de Bush? ¿No le tienen miedo a la posibilidad del descrédito final? ¡El efecto caída del Muro de Berlín se vera chiquito al lado del efecto caída Hugo Chávez!
¿Acaso no se dan cuenta que Hugo Chávez no tiene un constituyente socialista en Venezuela, ya que de existir jamás le hubiesen perdonado sus improperios autoritarios? ¿Acaso no se dan cuenta que a Chávez lo anterior no le importa nada siempre y cuando Ustedes le permitan usar gratuitamente el discurso socialista como un camuflaje útil para ocultar sus propios fines individuales?
Yo defiendo mucho al sector privado y soy demasiado libre pensador para poder acomodarme a un ismo político como el socialismo, pero no por ello tengo empachos en solicitarle la ayuda a los socialistas-socialistas, a quienes respeto mucho, para librar a Venezuela de las dos botas con que nos pisan, la militar y la petrolera. Asimismo ruego encaradamente, tanto a ellos como a su contraparte ideológica, que de una vez por todas dejen de apoyar a quienes disfrutan y ganan con que nos odiemos entre hermanos.