La encrucijada de Pdvsa
Hay quienes sostienen que somos tontos útiles de la OPEP y proponen que PDVSA la abandone y busque un mayor volumen de producción pero, en el mundo real, donde impera la resultadocracia, si a un ejecutivo se le hubiera ocurrido presentar una propuesta similar a los dueños de una empresa, sin ni siquiera presentar un flujo de caja proyectado, sería despedido.
Hasta la fecha, cualquier evaluación objetiva de los INGRESOS de PDVSA tiene que concluir que éstos han sido fabulosos y que en gran medida se han debido a la OPEP, por lo que no creo que hayamos sido tan tontos… o por lo menos nunca tan tontos como lo seríamos si abandonáramos ese paracaídas y nos lanzáramos al vacío sin haber desarrollado otra alternativa.
Otra sería la posición si los Estados Unidos, necesitados de seguridad energética, nos colocaran una orden de compra a largo plazo a precios razonables, pero desgraciadamente hasta la fecha la única propuesta que se nos ha formulado es la de producir más… y rezar para que los precios no se caigan.
Hay quienes argumentan que el valor de la producción petrolera no es el beneficio en dólares que le produce a la Nación, sino la actividad económica que genera. Aún cuando tuviesen razón, la tesis es algo extraña ya que suena a maximizar costos, por lo que a todo evento me permito recordarles que música paga no suena y que PDVSA debería primero aprender a generar actividad local con el volumen actual.
En tal sentido, considero interesante comparar nuestro desarrollo petrolero nacional con el de un país como Noruega, que comenzó el desarrollo de su petróleo de cero mucho después que Venezuela, también con una empresa estatal, la Statoil. Por cuanto Noruega ya posee miles de empresas que compiten exitosamente por todo el mundo, vendiendo servicios petroleros de la más avanzada tecnología, evidentemente nos hemos quedado rezagados.
Sin duda hay muchas diferencias entre Venezuela y Noruega, pero en un foro reciente se dijo algo que puede explicar el porqué de la gran diferencia. Según un vocero de Statoil, cuando se observó que en la primera licitación importante de esa empresa sólo acudían extranjeros, el estado noruego la obligó a dividir ese contrato en tantas piezas como fueran necesarias para que sus nacionales pudieran estar presentes.
Lo anterior sugiere, que entre los nuevos méritos que debemos incluir en la meritocracia de PDVSA, está el saber como incorporar al país en la actividad petrolera, pero de verdad. Esto tardará, ya que no sólo parecemos más dispuestos a favorecer la importación de bienes y servicios, sino que además vemos con suspicacia cuando existe alguna relación contractual entre el Estado y sus nacionales.
Con respecto a lo anterior cabe una anécdota de 1911, cuando Churchill decidió que la armada inglesa sustituyera al carbón por el petróleo y asignó tal responsabilidad al Almirante retirado Jacky Fisher, quien se dice que lo primero que hizo, por ser un verdadero servidor público, fue vender todas sus acciones en la Shell, para no tener conflictos de interés.