La semana pasada, en mi "8 de octubre... ¡La mañana siguiente!", sugiriendo un comité que planificase cómo celebrar el triunfo de Henrique Capriles, también escribí: "Y ese comité debería establecer el mayor número de contactos con aquellos oficialistas igualmente interesados en la paz y el orden, y quienes en verdad podrían albergar los mismos temores, de ser ellos quienes triunfasen en las elecciones". Por los tanteos que recibí de oficialistas, sé que debo ahondar en ello.
El chavismo básicamente se divide en dos grupos, los bien intencionados y los aprovechavistas, aun cuando por supuesto, como en todo grupo, siempre existen unos cuantos no-intencionados, que solo buscan fiestas pa-echar-lavativa.
Y es justamente los chavistas bienintencionados los que ahora se rompen el coco pensando en cómo el día cuando su pégalo-todo se ausente, habrán de asegurarse que los aprovechavistas no les roben todita su revolución... puesto que ya bastante daño le han hecho al país, y a su movimiento, aun en presencia del jefe. En otras palabras, presentí su preocupación de... "¿al triunfar, cómo enfrentarnos, al mes siguiente, a los aprovechavistas, pelo a pelo, sin nuestro líder?... parece imposible lograrlo, sin la ayuda de la oposición".
En otras palabras, sí hay base para creer en un comité de celebración de los resultados electorales en el que estén presentes tanto los de la oposición como los chavistas bienintencionados. Por ejemplo, uno de los tópicos podría ser el cómo asegurarse que por lo menos los más corruptos y descarados de los aprovechavistas sean castigados.
En la semana presencié una conferencia sobre cómo recuperar internacionalmente activos robados por corruptos, la cual contaba con presencia de autoridades, banqueros y organizaciones civiles como Transparencia Internacional. Ahí, varias veces se mencionó: para los banqueros, sobre la importancia de ellos conocer bien a sus clientes y, para los denunciantes, sobre la importancia de hacer las denuncias de manera rápida y creíble. Se habló también justamente del problema de la limpieza de cuentas y borradas de evidencias que ocurren durante el periodo de transición de un gobierno a otro.
Al final de la conferencia les comenté a unos participantes... "Eso de lo del banquero conocer bien a sus clientes me suena como algo bastante iluso. ¿No creen ustedes que sería importante por ejemplo que exista una Lista Nacional de los 100 más sospechados por la Sociedad Civil de estar involucrados en una apropiación indebida?". Los banqueros tendrían así por lo menos así una base para manejar con mayor cuidado algunas cuentas, y, por lo menos en esos casos, no podrían respondernos con sus habituales "cómo habrían ellos de saberlo".
La respuesta fue ¡SÍ!, aun cuando por supuesto algunos abogados expresaron la necesidad que esa lista claramente indicase sólo la existencia de sospechas y no estuviese culpando a nadie sin tener pruebas. De repente esa Lista de 100 Sospechosos Aprovechavistas, conformada de manera creíble por la comisión de celebración de los resultados electorales, podría ser la mejor manera de celebrar, el 8 de octubre, el resultado, cualquiera que fuese.
Lo que sí sé es que la sola posibilidad de llegar a estar en esa lista de sospechosos, nos facilitaría a todos los bienintencionados, los de lado y lado, la tarea continua de defendernos contra los tantos aprovechadores que existen, de lado y lado. En fin, una lista de enemigos comunes puede unir, y bastante.