Esta semana participé en una conferencia internacional en el Banco Mundial sobre el tema "La Diáspora y el Desarrollo" y en la cual se presentaron estimaciones recientes sobre las remesas de los trabajadores emigrantes.
Para el caso de Honduras, las remesas representan un 25% del PIB de Honduras. Si suponemos que esas remesas significan el 20% de los ingresos de los emigrantes obtenemos que estos trabajadores produjeron, en el exterior, un 125% (25%÷20%) del PIB de Honduras. Tales ingresos de 125% del PIB, dividido por el PIB de Honduras neto de remesas, o sea 75%, nos permite decir que la economía de la "nación" hondureña produjo fuera de Honduras casi 1.7 veces lo que produjo dentro del "país" Honduras. En fin, es su diáspora la que carga a Honduras sobre sus hombros y sin las remesas el ya pobre país Honduras sería una miserablemente pobre Honduras… por muchas albas que existan.
Y aún así a nadie se le ocurrió preguntarle a la diáspora hondureña sobre lo que piensan sobre lo que estaba y está ocurriendo en Honduras, antes de hacer lo que cada quien quería o quiere hacer. Lo anterior indica con toda claridad que estos tan sacrificados trabajadores, que son tan rápidamente olvidados por sus gobiernos cuando se van, excepto cuando se olvidan de enviar su remesa, sin ser holgadamente bien recibidos por sus nuevos anfitriones, simplemente no tienen la representación política que se merecen.
Para la mayoría de las diásporas uno de sus principales objetivos es, o por lo menos debería serlo, el ayudar eliminar las causas por las que tuvieron que emigrar. Para lograrlo, por vías democráticas, las diásporas deberían como mínimo tener una importante representación en los congresos de sus respectivos países. ¿Cómo lograrlo? Creo que paralizar todas las remesas por una sola semana con el slogan "Sin representación no hay remesas", por lo menos iniciaría un debate.
Como la diáspora mundial, en términos de tamaño económico, representa algo entre la India y China igualmente podría argumentarse que ella debería tener una representación directa en las Naciones Unidas y en el Banco Mundial. Dado que sólo pedacitos individuales de la tierra están representados en dichos organismos, pero no el mundo como tal, el darle representación a los trabajadores emigrantes le brindaría a estos entes multilaterales una perspectiva más global. Para el caso del Banco Mundial llevo un tiempo promoviendo la idea que Europa le alquile a los trabajadores emigrantes, por un dólar al año, una de las seis y a veces hasta siete sillas que de las 24 que existen hoy ocupan en la Junta Directiva Ejecutiva del Banco.
Por supuesto, en el caso de Honduras, de poco le hubiese servido al "Departamento Diáspora" tener una representación en el Congreso ya que, por lo menos la OEA ni siquiera se tomó las pocas horas que se necesitaban para consultar con los otros poderes democráticos del país, el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, antes de aplicar lo que ellos llaman la Carta Democrática pero que más bien parece ser la Carta Presidencial.
En el caso de Venezuela, mientras cualquier Gran Hacendado que esté de turno tenga el control de una chequera petrolera bien alimentada por supuesto que nadie importa, ni el Congreso, ni la Corte Suprema de Justicia, ni las gobernaciones, ni las alcaldías, ni mucho menos aún, esa diáspora que es diáspora ante nada por rehusar arrodillarse ante un Gran Hacendado cuyas cualidades como Gran Hacendando les parece que deja mucho que desear.
Diásporas del mundo, elijan una semana del año, una solita, en la cual todos ustedes se comprometen a no efectuar ni una sola remesa, a ver si así comienzan a darse cuenta que ustedes merecen ser mucho más que ciudadanos sombra. Diásporas de Venezuela trabajen por quitarle la chequera petrolera al Gran Hacendado.
El Universal
Para el caso de Honduras, las remesas representan un 25% del PIB de Honduras. Si suponemos que esas remesas significan el 20% de los ingresos de los emigrantes obtenemos que estos trabajadores produjeron, en el exterior, un 125% (25%÷20%) del PIB de Honduras. Tales ingresos de 125% del PIB, dividido por el PIB de Honduras neto de remesas, o sea 75%, nos permite decir que la economía de la "nación" hondureña produjo fuera de Honduras casi 1.7 veces lo que produjo dentro del "país" Honduras. En fin, es su diáspora la que carga a Honduras sobre sus hombros y sin las remesas el ya pobre país Honduras sería una miserablemente pobre Honduras… por muchas albas que existan.
Y aún así a nadie se le ocurrió preguntarle a la diáspora hondureña sobre lo que piensan sobre lo que estaba y está ocurriendo en Honduras, antes de hacer lo que cada quien quería o quiere hacer. Lo anterior indica con toda claridad que estos tan sacrificados trabajadores, que son tan rápidamente olvidados por sus gobiernos cuando se van, excepto cuando se olvidan de enviar su remesa, sin ser holgadamente bien recibidos por sus nuevos anfitriones, simplemente no tienen la representación política que se merecen.
Para la mayoría de las diásporas uno de sus principales objetivos es, o por lo menos debería serlo, el ayudar eliminar las causas por las que tuvieron que emigrar. Para lograrlo, por vías democráticas, las diásporas deberían como mínimo tener una importante representación en los congresos de sus respectivos países. ¿Cómo lograrlo? Creo que paralizar todas las remesas por una sola semana con el slogan "Sin representación no hay remesas", por lo menos iniciaría un debate.
Como la diáspora mundial, en términos de tamaño económico, representa algo entre la India y China igualmente podría argumentarse que ella debería tener una representación directa en las Naciones Unidas y en el Banco Mundial. Dado que sólo pedacitos individuales de la tierra están representados en dichos organismos, pero no el mundo como tal, el darle representación a los trabajadores emigrantes le brindaría a estos entes multilaterales una perspectiva más global. Para el caso del Banco Mundial llevo un tiempo promoviendo la idea que Europa le alquile a los trabajadores emigrantes, por un dólar al año, una de las seis y a veces hasta siete sillas que de las 24 que existen hoy ocupan en la Junta Directiva Ejecutiva del Banco.
Por supuesto, en el caso de Honduras, de poco le hubiese servido al "Departamento Diáspora" tener una representación en el Congreso ya que, por lo menos la OEA ni siquiera se tomó las pocas horas que se necesitaban para consultar con los otros poderes democráticos del país, el Congreso y la Corte Suprema de Justicia, antes de aplicar lo que ellos llaman la Carta Democrática pero que más bien parece ser la Carta Presidencial.
En el caso de Venezuela, mientras cualquier Gran Hacendado que esté de turno tenga el control de una chequera petrolera bien alimentada por supuesto que nadie importa, ni el Congreso, ni la Corte Suprema de Justicia, ni las gobernaciones, ni las alcaldías, ni mucho menos aún, esa diáspora que es diáspora ante nada por rehusar arrodillarse ante un Gran Hacendado cuyas cualidades como Gran Hacendando les parece que deja mucho que desear.
Diásporas del mundo, elijan una semana del año, una solita, en la cual todos ustedes se comprometen a no efectuar ni una sola remesa, a ver si así comienzan a darse cuenta que ustedes merecen ser mucho más que ciudadanos sombra. Diásporas de Venezuela trabajen por quitarle la chequera petrolera al Gran Hacendado.
El Universal