Durante las recientes reuniones del Banco Mundial lamentablemente algunos asuntos fueron relegados a un segundo plano como consecuencia de los líos de su presidente el señor Wolfowitz.
Uno de ellos se refiere al anuncio de la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados la cual, junto a otros acuerdos como el de la OECD en contra de la corrupción, evidencia cómo el mundo avanza, muy lento pero parece que muy seguro, en el camino de una mayor gobernabilidad global.
Resulta vergonzosa la facilidad con que hasta ahora los ladrones logran ocultar su botín, a veces hasta frente a las narices de sus víctimas y por supuesto falta mucho para que una iniciativa como esta se convierta en un instrumento eficaz… pero quizás menos de lo que se sospechan los forajidos en el mundo.
Paralelo a las iniciativas oficiales, los avances tecnológicos que permiten acceder, archivar y enviar información están convirtiendo a las sociedades civiles, gústenos o no, en unos investigadores en tiempo real. No es que los anden buscando, pero cuando los ven y tienen su celular con cámara en mano, tomarán la foto del corrupto en sus momentos de disfrute, la cual pasará a engrosar expedientes de la verdad, que reventarán por grandes.
De igual manera, todos esos servicios de ocultamiento de bienes mal habidos, a cuya corrupta explotación se han dedicado algunos países con fama de poco corruptos, se están encareciendo en la medida en que se desarrolla esa comunidad internacional de sociedades civiles que entienden que todos tienen que remar en la misma dirección, si han de tener chance de sobrevivir en un planeta que se achica.
Finalmente y observando cómo en Canadá en una corte ordinaria recientemente se dio inicio a un juicio por violación de los derechos humanos (genocidio en Ruanda), tampoco debe estar muy lejos el día cuando alguno de los millones de emigrantes en el mundo, de aquellos que se han visto obligados a emigrar como consecuencia de los actos corruptos de sus gobernantes, demandará con éxito a un corrupto si lo encuentra gozando un dinero mal habido en su nuevo país alternativo. Las pruebas que necesitará para introducir su demanda, le serán todas enviadas por la red.
¿Lo anterior atenta contra la soberanía de las naciones? ¡Tristemente sí! Por lo que siempre es mucho mejor que las naciones se libren ellas mismas de manera soberana de sus soberanos corruptos.
Uno de los 4.292.466 ciudadanos del país sombra. (Insolentemente todavía quedan actas por escrutar)