(Una tesis política desde el radicalismo del medio)
Hoy por cada litro de gasolina que se vende en Venezuela se reparte Bs.1.300 en valor efectivo y sonante al comprador de esa gasolina, mientras que el que no la compra, no recibe nada. La repartidera gasolinera llega a cerca de 10.000 millones de dólares al año lo que supera, por ejemplo, a todo el PNB de un país como Bolivia. Esta política es lo mas lejana posible de lo que se puede llamar un buen gobernar, y debe acabarse.
Digo y sostengo que quien no promete en su plan de gobierno eliminar lo de regalar la gasolina en Venezuela, ése absurdo despreciar de lo que Dios nos lego que cometemos al vender la gasolina a un precio menor que el agua, simplemente no tiene intenciones serias con el país y por lo que solo queda evidenciado que con él, o ella, todo solo será más de lo mismo… lo cual no puede estimular nadie a votar, por algo que valga la pena.
El que quiere a su país no busca ser popular sino hacer lo mejor para su país y si los ciudadanos quieren que su país mejore tendrán que aprender elegir no solo a quien solo les ofrece villas y castillos, para luego tenerse que darse por satisfechos con un lastimoso “la gasolina es la única cosa en la cual los ciudadanos podemos tomar algo de la riqueza del país”.
Yo creo muy posible que en nuestro país ya hay suficiente hastío acumulado con el mal gobernar de nuestros gobiernos para que una oferta electoral de hacer lo correcto, aun cuando duela, como por ejemplo subir los precios de la gasolina a su valor de oportunidad internacional, puede de repente encontrar un sorprendente receptividad, especialmente si cada centavo así recaudado le será devuelto al ciudadano vía, educación, salud, transporte público y un menor impuesto al valor agregado.
Pero si tal no fuere el caso y el mandato para gobernar no es lo suficientemente claro como para poder corregir las cosas en Venezuela, la pregunta que habría que hacerse es sobre el grado de desfachatez necesario para recibir la banda presidencial en un país tan necesitado de buen gobierno, y jurar sobre la Biblia o la Constitución.
El petróleo es un regalo de Dios al país y ya es hora que salgamos de todos aquellos que solo la saben excrementar, quemándola, y aseguremos que el petróleo de Venezuela, sirva para más que darle poderes supremos al gobernante-usurpador de turno y para callarle la boca al ciudadano regalándole gasolina en lugar de los conocidos espejitos.
Aclaremos sobre el asunto preguntémosle a cada candidato. ¿Considera Usted que es bueno para Venezuela seguir regalando la gasolina? ¡Que piensa hacer al respecto! Líder de verdad es el que logra convencer al país sobre la vía correcta, los demás, solo son unos simples mequetrefes seguidos por sus mequetefreados.
Cobrar lo que vale el petróleo no tiene nada que ver con darle mas recursos al gobierno, ya que todo que paguemos por encima del costo de la gasolina, debe serle devuelto al venezolano, por igual.
Hoy por cada litro de gasolina que se vende en Venezuela se reparte Bs.1.300 en valor efectivo y sonante al comprador de esa gasolina, mientras que el que no la compra, no recibe nada. La repartidera gasolinera llega a cerca de 10.000 millones de dólares al año lo que supera, por ejemplo, a todo el PNB de un país como Bolivia. Esta política es lo mas lejana posible de lo que se puede llamar un buen gobernar, y debe acabarse.
Digo y sostengo que quien no promete en su plan de gobierno eliminar lo de regalar la gasolina en Venezuela, ése absurdo despreciar de lo que Dios nos lego que cometemos al vender la gasolina a un precio menor que el agua, simplemente no tiene intenciones serias con el país y por lo que solo queda evidenciado que con él, o ella, todo solo será más de lo mismo… lo cual no puede estimular nadie a votar, por algo que valga la pena.
El que quiere a su país no busca ser popular sino hacer lo mejor para su país y si los ciudadanos quieren que su país mejore tendrán que aprender elegir no solo a quien solo les ofrece villas y castillos, para luego tenerse que darse por satisfechos con un lastimoso “la gasolina es la única cosa en la cual los ciudadanos podemos tomar algo de la riqueza del país”.
Yo creo muy posible que en nuestro país ya hay suficiente hastío acumulado con el mal gobernar de nuestros gobiernos para que una oferta electoral de hacer lo correcto, aun cuando duela, como por ejemplo subir los precios de la gasolina a su valor de oportunidad internacional, puede de repente encontrar un sorprendente receptividad, especialmente si cada centavo así recaudado le será devuelto al ciudadano vía, educación, salud, transporte público y un menor impuesto al valor agregado.
Pero si tal no fuere el caso y el mandato para gobernar no es lo suficientemente claro como para poder corregir las cosas en Venezuela, la pregunta que habría que hacerse es sobre el grado de desfachatez necesario para recibir la banda presidencial en un país tan necesitado de buen gobierno, y jurar sobre la Biblia o la Constitución.
El petróleo es un regalo de Dios al país y ya es hora que salgamos de todos aquellos que solo la saben excrementar, quemándola, y aseguremos que el petróleo de Venezuela, sirva para más que darle poderes supremos al gobernante-usurpador de turno y para callarle la boca al ciudadano regalándole gasolina en lugar de los conocidos espejitos.
Aclaremos sobre el asunto preguntémosle a cada candidato. ¿Considera Usted que es bueno para Venezuela seguir regalando la gasolina? ¡Que piensa hacer al respecto! Líder de verdad es el que logra convencer al país sobre la vía correcta, los demás, solo son unos simples mequetrefes seguidos por sus mequetefreados.
Cobrar lo que vale el petróleo no tiene nada que ver con darle mas recursos al gobierno, ya que todo que paguemos por encima del costo de la gasolina, debe serle devuelto al venezolano, por igual.
¡Mis padres fueron a visitar el futuro de mi país y todo lo que me trajeron fue éste maldito litro de gasolina ta-barata-dame-dos!
En una fábrica de cerveza las utilidades se reparten equitativamente en efectivo entre los accionistas y no en cerveza a los bebedores de cerveza. Con los resultados de algo legado por la Providencia hay que ser aún más escrupulosos.
¡La gasolina barata es la madre de todos los consuelos de tontos!