He aquí la familia energía
El papá Petróleo, un tipo recio y trabajador, quien trae el pan a la casa. Es bastante solitario ya que la familia, aún cuando le gusta que gane bien, lo ignora, por considerar que mercadear el excremento del diablo, no tiene suficiente status social. En su trabajo, al enfrentar dificultades como los impuestos al consumo, busca la compañía de los muchachos de la OPEP, aún cuando éstos también luzcan algo falta de ganas.
La mama Hidro, siempre presente con su limpia y pura energía. Mientras exista buena comunicación, no necesita de halagos y cumple sus deberes sembrando en la familia un calor renovable.
El hijo mayor, Carbón, un muchacho sólido y conservador, aún cuando algo aburrido. No se queja mucho pero, buscándole la lengua, podemos oírle comentar lo injusto de que lo ignoren en su casa, mientras que en países como Alemania y España, sus pares gozan de subsidios tan extraordinarios, que hasta se tutean con su papá Petróleo.
El segundo, Petróleo Pesado, un varón que no obstante que se parece al papá, no posee ni remotamente la personalidad de éste. Es un tipo lento y pesado, pero, si alguien sólo le dictase unas clínicas técnicas, quién sabe si en el futuro no podría convertirse en un verdadero cuarto bate. Hace poco trató de hacer algo, poniéndose la franela de la Orimulsión pero, hasta en la Florida, dizque un estado amigo, ni lo dejaron jugar.
El muchachito Gas – que todos conocen como el genio de la familia - pero nada que logra arrancar. Si bien es un buen asociado de papá Petróleo, ayudándole a ocupar los espacios vacíos que deja, no logra hacerse valer cuando anda solo y libre. No obstante, algún día será una estrella
La hembrita eólica y sus primitas alternativas, aún son demasiado jóvenes para saber cómo habrán de comportarse, pero pintan bien.
Por último, hay un tío nuclear que por vivir fuera del país, casi nadie lo conoce.
¿Y a qué viene todo esto? Se me ocurrió que describir de esta manera a nuestra familia energía, podría ayudarme a explicar, lo que algunos pocos consideramos como posibles errores de nuestra política energética como país. Veamos.
El muchachito Gas, en lugar de prepararlo para explotar todos sus talentos en el futuro y asistirlo en formar su propia OPEG, lo queremos lanzar a la calle solo, porque hemos leído que en otros países está de moda. Ni cuenta nos damos de que una de las razones de su popularidad radica en que al no estar organizado, es un perfecto rompehuelgas a ser usado contra su papá Petróleo. Además, y aún cuando no sea malo generar electricidad, al considerar su verdadero potencial, quemarlo en esta tarea, es como darse por satisfecho con que lave platos, con tal de que esté en Nueva York.
Respecto de Petróleo Pesado, si en la Faja del Orinoco le vendiéramos barato, por unos 30 años, a varios grupos nacionales y extranjeros el bitumen que necesitan y como contraprestación desarrollan tecnologías en sitio para plantas generadoras, podríamos hacer del muchacho un campeón. ¡Qué tanto mejor que hacerlo pasar la pena global de hoy, por gordo, sucio y fofo!
Finalmente, Carbón no deja de tener razón. Si pueden usarlo en otras partes del mundo y si en verdad no se vislumbra que su valor suba explosivamente en el futuro, ¿por qué no le permitimos ser útil, generando electricidad?
Obviamente que todo esto sólo son asuntos que una familia unida comprende y considera.