Acabo de leer como uno de los diputadillos elegidos entre El Dedo y la abstención a la Asamblea Nacional, por enésima vez declara a nombre del oficialismo que "existe una conspiración constante contra Venezuela y su gobierno". Por enésima vez tiene la razón, pero igual, por enésima vez está equivocado cuando atribuye esa conspiración a unos agentes externos. Resulta claro que la principal fuente de conspiración contra el Gobierno reside en la total ineptitud de quienes lo representan.
Desde que se descubrió el petróleo y especialmente cuando los precios del petróleo son altos, el país ha sufrido mucho por el desequilibrio entre la poca capacidad de sus gobernantes y los inmensos recursos a su disposición. No obstante, lo observado en este gobierno, sobrepasa la barrera de lo imaginable. La Gran Conspiración de los Ineptos del Siglo XXI, sean estos fieles, corruptos, idiotas o una mezcla de lo anterior, de seguro que puede tumbar a cualquier gobierno, vía la implosión.
En estos días se celebra los 20 años de la caída de ese Muro de Berlín que se creía eterno. En el Washington Post, el 1 de noviembre, Mary Elise Sarotte publicó un interesante recuento del "Cómo se vino abajo: el pequeño accidente histórico que tumbó la historia"… tan de repente.
Según Sarotte, una simple respuesta equivocada que dio un funcionario a una pregunta formulada en una rueda de prensa con los medios internacionales sobre unas reformas de las regulaciones aplicables a las salidas del país, dio inicio a una serie de eventos que terminaron en que a las muy pocas horas una marea de personas cruzase la frontera marcada por el Muro de Berlín… y todo se acabase. Sin duda que lo anterior requirió también del agotamiento de la capacidad y la voluntad de resistir de los oficialistas.
Algo así como si uno de esos ministros ineptos anunciase que para tener derecho a luz, agua, empleos y otros hay que acudir a Miraflores y la gente entonces acuda tan masivamente que simplemente acaban con el Gobierno; por cuanto la falta de resultados tiene a los oficialistas tan cansados que han perdido cualquier voluntad de resistencia y solo les embarga el deseo el irse a casa a dormir para ver si logran despertarse de esta pesadilla.
Imagínense, a los diez años de un gobierno parlanchín y tras una bonanza petrolera desperdiciada y una economía interna agotada, ahora, Los ineptos del siglo XXI, deben producir resultados concretos en asuntos tan ordinarios como agua, electricidad, seguridad, cárceles, tráfico, viviendas, empleo y no sé qué tantas cosas más; siguiendo bajo las órdenes de un líder que demostradamente inepto en lo de gobernar, ahora, para colmo de males, se les está volviendo fastidioso en lo de hablar. "¡Uff! el solo pensarlo cansa".
¿Y qué haremos nosotros ese día próximo cuando el implosionado gobierno nos caiga en las manos? No estoy seguro. Para cuando lo del Muro de Berlín, Alemania Oriental tenía su Alemania Occidental pero nosotros como que solo nos tenemos a nosotros. Pero, qué se le hace, cuando se nos dice que hay que ir a Miraflores para tener luz, agua, empleo y lo demás, pues obedientemente hay que ir a Miraflores… y ahí veremos.
El Universal
Noticiero Digital
Desde que se descubrió el petróleo y especialmente cuando los precios del petróleo son altos, el país ha sufrido mucho por el desequilibrio entre la poca capacidad de sus gobernantes y los inmensos recursos a su disposición. No obstante, lo observado en este gobierno, sobrepasa la barrera de lo imaginable. La Gran Conspiración de los Ineptos del Siglo XXI, sean estos fieles, corruptos, idiotas o una mezcla de lo anterior, de seguro que puede tumbar a cualquier gobierno, vía la implosión.
En estos días se celebra los 20 años de la caída de ese Muro de Berlín que se creía eterno. En el Washington Post, el 1 de noviembre, Mary Elise Sarotte publicó un interesante recuento del "Cómo se vino abajo: el pequeño accidente histórico que tumbó la historia"… tan de repente.
Según Sarotte, una simple respuesta equivocada que dio un funcionario a una pregunta formulada en una rueda de prensa con los medios internacionales sobre unas reformas de las regulaciones aplicables a las salidas del país, dio inicio a una serie de eventos que terminaron en que a las muy pocas horas una marea de personas cruzase la frontera marcada por el Muro de Berlín… y todo se acabase. Sin duda que lo anterior requirió también del agotamiento de la capacidad y la voluntad de resistir de los oficialistas.
Algo así como si uno de esos ministros ineptos anunciase que para tener derecho a luz, agua, empleos y otros hay que acudir a Miraflores y la gente entonces acuda tan masivamente que simplemente acaban con el Gobierno; por cuanto la falta de resultados tiene a los oficialistas tan cansados que han perdido cualquier voluntad de resistencia y solo les embarga el deseo el irse a casa a dormir para ver si logran despertarse de esta pesadilla.
Imagínense, a los diez años de un gobierno parlanchín y tras una bonanza petrolera desperdiciada y una economía interna agotada, ahora, Los ineptos del siglo XXI, deben producir resultados concretos en asuntos tan ordinarios como agua, electricidad, seguridad, cárceles, tráfico, viviendas, empleo y no sé qué tantas cosas más; siguiendo bajo las órdenes de un líder que demostradamente inepto en lo de gobernar, ahora, para colmo de males, se les está volviendo fastidioso en lo de hablar. "¡Uff! el solo pensarlo cansa".
¿Y qué haremos nosotros ese día próximo cuando el implosionado gobierno nos caiga en las manos? No estoy seguro. Para cuando lo del Muro de Berlín, Alemania Oriental tenía su Alemania Occidental pero nosotros como que solo nos tenemos a nosotros. Pero, qué se le hace, cuando se nos dice que hay que ir a Miraflores para tener luz, agua, empleo y lo demás, pues obedientemente hay que ir a Miraflores… y ahí veremos.
El Universal
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