Cartas al Editor
Pesadillas
De vez en cuando despierto de la actual pesadilla económica, sólo para caer en otra, donde veo a mi país en manos de un ilustre y flamante caballero con pico de plata que logra inspirar tal confianza que:
le permite al Gobierno no solo contraer nuevas y cuantiosas deudas externas…
sino también privatizar nuestros servicios públicos obteniendo fabulosos pagos que pesaran sobre las espaldas de los usuarios, quienes tendremos que cancelarlos a través de las tarifas respectivas,
y que finalmente logra alcanzar la meta sublime…vender a Pdvsa en una fortuna, gracias al pequeño aliciente de haberle rebajado los impuestos futuros…
pero que luego desperdicia todos esos recursos en seis meses, quedando nuestra Venezuela abandonada al lamento eterno de un tango argentino.
Por Venezuela, busquemos la cura y no la eutanasia...
y, antes de conseguirla, le recuerdo a mis amigos de la oposición que entre los mejores regalos de Dios… hay ruegos no respondidos (Garth Brooks dixit, o singit)