febrero 25, 2010

El primer día de la nueva Asamblea

No hay nada malo con que un candidato a la Asamblea destaque sus propias cualidades, así debería ser, en tiempos normales... no estamos en tiempos normales. Ningún candidato de los que se oponen, por bueno que sea, significará mayor cosa en la Venezuela actual, si no llega a formar parte de una nueva mayoría.

Es más, el conseguir una mayoría en la Asamblea tiene menos que ver con las cualidades individuales de los candidatos y más con entusiasmar al país sobre lo que se haría con esa mayoría reconciliadora; es más, cualquiera candidato de la oposición que esté satisfecho con ser electo parlamentario aun cuando no se logre una mayoría, no merece ser electo; es más, para el caso que no se consiguiese la mayoría deberíamos esperar que los elegidos renunciasen, para que no jueguen el papel de tontos legitimadores de actos de quienes por decisión del líder representan la agenda no reconciliadora.

Claro está, la calidad individual de los candidatos sigue siendo importante. Especialmente en el sentido de no causar rechazo entre quienes no pertenecen al grupo de quienes se consideran la nata fina de la oposición, o sea entre todos cuyos votos son los que de verdad cuentan para lograr una mayoría.

Por lo tanto, el nombrar y construir la agenda de la nueva mayoría, sobre cuyo cumplimiento no debe caber duda alguna, resulta un asunto urgente y vital. Los elementos de tal agenda reconciliatoria deben antes de nada evitar cualquier tono de revanchismo que dificulte reunir al país alrededor del deseo de un mejor futuro. La agenda del primer día de la nueva Asamblea, el más importante, incluye entre otros:

Ordenar la revisión inmediata de todas las ayudas que Venezuela brinda a otros países con el fin de suspender aquellas que no sean reconfirmadas por la nueva Asamblea.

Rescatar las gobernaciones y municipalidades de las garras del centralismo y proveerlas urgentemente de los recursos que les permita ejecutar planes de seguridad ciudadana.

Legislar la construcción de cárceles para castigar dignamente a los indignos y hacer lo necesario para liberar de inmediato a los encarcelados por mantener opiniones distintas a las del cacique.

Legislar una prohibición que limite al presidente, figura civil, vestirse de militar y limitar sus facultades para encadenar a los medios.

Paralizar cualquier iniciativa legislativa del gobierno hasta que éste no haya evidenciado haber sustituido el discurso del odio por un discurso que promueve el entendimiento.

Enviar una Comisión Parlamentaria para conocer con exactitud lo que pasa en Pdvsa.

Ordenar una revisión de las actuaciones de la Asamblea anterior, para solventar la falta de legitimidad que tuvo ésta cuando, no obstante la notoria división política, fue electa exclusivamente entre los representantes de un solo lado.

Restituir las concesiones de los medios de comunicación suspendidos y declarar nula cualquier expropiación que no cumplió estrictamente con todos los requisitos establecidos en la Constitución.

Ustedes saben que yo preferiría que en la agenda del primer día de la nueva mayoría estuviese también incluido el arrebatarle para siempre la chequera petrolera al cacique de turno, requisito fundamental para devolverle el poder real al ciudadano y permitirle ser el sembrador de su petróleo… pero, conciliatoriamente, estoy dispuesto dejar eso para más tarde… por ejemplo para el segundo día.

El Universal

febrero 11, 2010

Lo oscuro de nuestra luz

Hay quienes dicen que lo mínimo que debería hacer el cacique de turno es inclinarse ante el pueblo venezolano y pedir perdón por el desastre eléctrico, tal como se inclino el presidente de la Toyota al pedir sus disculpas por los recientes problemas de calidad en los carros de dicha empresa. Otros, más radicales, sostienen que el inclinarse no es suficiente y que debería hurgarse más profundo en la tradición del arrepentimientos japonés. En ése debate no me meto.

Cada metro cúbico del Caroní que aprovechamos para generar electricidad significa el ahorro de petróleo que podemos vender, por lo que lo ideal es llegar a la época de las lluvias, con pocas reservas de agua. Para lograr caminar con seguridad sobre esa cuerda floja de la naturaleza, sin quedarnos sin agua y sin luz, se requiere de una muy buena reserva de capacidad de generación térmica.

Lo anterior, así como el propio crecimiento de la demanda eléctrica, hace obvio que en Venezuela o se acomete con tiempo las inversiones eléctricas necesarias, o hay despilfarro de petróleo, o hay crisis eléctrica… Niño o no Niño.

En Septiembre de 2001, como un autonombrado ombudsman que con mis artículos buscaba defender a los consumidores eléctricos, ya vislumbraba por dónde íbamos por la ruta de ineptitudes y corrupciones, cuando titule un articulo “El infierno de Hugo” y lo comencé con el siguiente párrafo. “Al leer que definen al infierno como el conjunto de oportunidades perdidas que vemos dibujarse ante nosotros al momento de morir, no puedo menos que pensar en el sector eléctrico y el horrible infierno que éste le pueda traer al gobierno.”

En Agosto del 2009 se leía que Venezuela firmo con Iberdrola y Elecnor de España la compra de una planta eléctrica de unos 1.000 MW a un costo de unos 1.433 millones de euros, unos 2.000 dólares por KW y ahora, pocos meses después, un nuevo ministro eléctrico, nos dice que el gobierno pretende incrementar en 4.000 megavatios (MW) la generación de energía en 2010, con una inversión de 4.000 millones de dólares, 1.000 dólares por KW… ¡la mitad! ¡Exigimos la luz que ilumina y explica!

En momentos cuando el dizque presidente, y sus dizques planificadores en energía, y sus dizques expertos eléctricos exigirán grandes sacrificios en materia eléctrica, lo menos que el pueblo venezolano tiene derecho a saber con toda exactitud es… ¿a qué vagabunderías rojo rojitas le debemos todo esto?

Acabo de oír una periodista hablar sobre la época de las vacas flacas que se nos avecina y predicar con cierta pedantería el que “no nos acostumbremos a que nos regalen todo”. Por considerar que las resultas petroleras son de los ciudadanos para sembrar, más bien le recordaría a esa periodista a que “no nos acostumbremos a que nos roben todo”. ¡No permitamos que se nos regale lo que ya es nuestro!

PS. Por favor no me llamen para preguntarme sobre aspectos técnicos del cómo resolver el problema eléctrico actual en Venezuela, sólo por cuanto escribo sobre el tema… para eso están los ingenieros eléctricos venezolanos.

EL JEFE DE LA MARA BOLIVIANA


PS. Digo “dizque presidente” por cuanto quien exhorta a los venezolanos a “escoger el bando”… por cuanto “no hay reconciliación posible” obviamente ha renunciando a ser presidente de la nación para contentarse con ser el jefe de una mara que irrespetando a Bolívar se denomina bolivariana.

Un castigo exagerado de Venezuela

febrero 07, 2010