enero 11, 2007

RCTV

Quien haya seguido de cerca el capítulo Berlusconi en la Italia reciente, sabe muy bien que el mezclar unas intenciones políticas con el control privado de canales de televisión, no es un juego inocuo y en tal sentido, no hay duda que muchos puedan ver la necesidad de introducir ciertos elementos de control que haga menos probable el abuso. Por ejemplo, de la misma manera que le debería estar vetado ocupar un cargo político a quien haya ejercido recientemente un cargo importante en un órgano tal como el CNE, cuya función es la de arbitrar de manera independiente entre los diversos intereses nacionales, quizás debe serle vetado a los dueños de televisoras el buscar ocupar algún cargo electivo.
Pero, en nuestra Venezuela de hoy, más que evitar el abuso de las televisoras privadas, las cuales al fin y al cabo están sujetas a la competencia y algunas leyes de mercado, es necesario evitar que los usufructuarios del gobierno de turno abusen con las televisoras del Estado. Esto es así especialmente por cuanto al haberse perdido ese sistema de autocontrol que representaba el hecho que el Presidente no podía ser reelecto de inmediato tras cinco años, sin duda surgió una nueva dimensión de tentaciones para quienes buscan entronarse a largo plazo y creen que unas televisoras dóciles les son útiles.
En tal sentido y sin tener absolutamente nada que ver con alguna televisora, ni privada ni pública, no me cabe la menor duda que, aparte de lo malcriadamente arbitrario del proceso de decisión, el principal problema con el ordenar la extinción de la concesión de RCTV, no es tanto a quien se le quita ésta sino a quien se le entrega. Si yo fuese un asambleísta, por supuesto distinto a los actuales 167 a 0, iría por ejemplo a Inglaterra para estudiar el funcionamiento de la BBC de Londres.
Dicho lo anterior, el no renovarle la concesión a RCTV resulta además una soberana estupidez para un gobierno que le ha resultado tan difícil construir ese clima de confianza y armonía que necesita el país para tener la posibilidad de convertir los ingresos petroleros en algo más que importaciones y gastos de promoción en el exterior. ¿De que con el cierre lograrían callar a la oposición? Lo dudo, lo que lograrán con ello es sólo quitarle a la oposición una válvula de escape, de las que de repente más bien han ayudado a sostener al gobierno, manteniendo a la oposición ocupada viéndose por televisión en lugar de salir a la calle.
Además, a final del día, el gobierno no habrá ganado nada por cuanto en el mundo de la televisión, más que los cachivaches y el espectro radioeléctrico, o como se llame, lo que vale es la audiencia y por lo que la pregunta que flota en el aire es… ¿y quién gana con lo de RCTV?
Las elecciones del 3 de diciembre legitimaron mucho más a la oposición que al oficialismo, por lo que muchos observadores políticos le recomiendan al gobierno andarse con cuidado y dejar de lado la arrogancia, al mismo tiempo que otros agitadores (angustiados por la debilidad de los precios petroleros) incitan al suicidio… entre otros con una muleta roja-rojita llamada RCTV.

enero 04, 2007

Loros y loritos

Todos entendemos que los militares no pueden permitir demasiados cuestionamientos en sus cuarteles ya que su efectividad operativa podría verse seriamente deteriorada si una orden lanzada al batallón, para que ataquen, llegase a ser respondida con un ¿y por qué?. Pero una cosa son los militares y otra cosa muy diferente son los civiles, para quienes lo más importante es justamente el saber y el poder cuestionar.

No importa las urgentes razones que existían para revolucionar al país ni tampoco si las intenciones hubiesen sido buenas o no, pero el hecho es que por la vía que vamos, nos estamos arriesgando a perder nuestra nación y una de las principales razones de ello es la existencia de tantos loros-loritos que repiten su "vamos-bien-vamos-bien".

Da risa, de esa que provoca llanto, ver como el país invierte billones de dólares en armamentos para defender unas fronteras geográficas cuando en todos los demás sentidos nos estamos desahuciando. Ya vemos como PDVSA, por el solo hecho que el gobierno no sabía o no se atreve a manejarla con los que tenían la experiencia, fue entregada a una tribu, privada, que con sus ritos rojos rojitos muy probablemente la estará volviendo una carcaza, con lo que estos mismos dizque revolucionarios, en cualquier momento, pueden verse obligados a llamar a esa funeraria de las fracasadas empresas del Estado que todos conocemos como los-inversionistas-extranjeros.

¿Como paramos esto? Un absoluto mínimo es asegurando que la Asamblea Nacional, la Corte Suprema de Justicia, PDVSA y nuestro sistema de educación no estén formados exclusivamente por loros-loritos rojos-rojitos… o, por si acaso, de loros-loritos azul-azulitos.

Da risa, igualmente de esa que provoca llanto, oír a ese ministro de educación presumir de que él y su jefe, ese a quien le gusta que lo llamen comandante, tienen la capacidad para lograr resolver los misterios de la globalización y con su educación única garantizarles a los jóvenes unos conocimientos para los cuales existirá una demanda en el futuro… o hasta siquiera para hoy. Por la vía que vamos parece que para defendernos como nación, solo contaremos con profesionales cuyas únicas credenciales serán las de ser licenciados rojos-rojitos con tremendos diplomas que los certifican como unos auténticos loros-loritos. Además, el día de mañana… ¿a quien irán a demandar esos pobres loros-loritos, si el mercado no quiere pagarles ni siquiera el salario mínimo?

Comenzando el año es momento propicio para rogar a Dios que salve a nuestra patria de un uniformismo uniformado que nos ladra órdenes y que nos permita tener un gobierno civil que sepa conversar con todas las minorías que posee nuestra maravillosa biodiversidad social, las que en su conjunto conforman la auténtica mayoría en nuestra querida Venezuela. Solicitamos, ya, una Asamblea Nacional que incluya una legítima representación de los hasta ahora 4.287.467 opositores que han sido certificados como legítimos por el CNE.