Carta pública dirigida a los inversionistas extranjeros, bancos intermediarios, calificadores de crédito y demás entes relacionados con el endeudamiento publico del actual Gobierno de Venezuela.
Estimados Señores.
El Sr. chávez frías, quien protagonizo un golpe militar y a quien sus adeptos llaman comandante, fue electo Presidente de Venezuela, en unas elecciones democráticas, por una mayoría abrumadora de la población venezolana, harta de los vicios del pasado.
Desde los inicios de su gestión, ésta ha sido, por decir lo menos, muy controversial, en especial por cuanto ha desplegado unas tendencias autoritarias nada compatibles con las tradiciones democráticas del país. Desde hace ya un tiempo, chávez domina todos los poderes públicos, habiendo impuesto adeptos-adictos suyos en la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo, el Banco Central, las fuerzas armadas, la Asamblea Nacional y demás entes públicos, aparte de que, como petro-autócrata de turno, controla la chequera pública y la cual ha estado muy bien alimentada por los ingresos petroleros.
El Comandante, independientemente de las tantas necesidades que tiene el país también se ha dedicado a divulgar por el mundo un programa que denomina el Socialismo del Siglo XXI y que algunos proclaman como una visión, pero que la mayoría sospecha es solo una gran confusión. Para mercadear su propuesta, así como la marca Comandante chávez, ha regalado activos del pueblo venezolano por doquier, hasta en lugares tan insólitos como el Estado de Massachussets, y lo cual, en gran parte, lo ha financiado con préstamos internacionales, provisto por Ustedes, o por lo menos con la ayuda de Ustedes.
Por supuesto que estos empréstitos públicos han causado gran preocupación a muchos de los venezolanos pero como hasta la fecha carecíamos lamentablemente de unas pruebas lo suficientemente claras, sencillas y contundentes para presentar nuestras quejas ante personas y entes como Ustedes, quienes no tienen porqué someterse a oír unas detalladas exposiciones, o quienes, por otras causas, prefieren ejercer la opción de hacerse los locos.
Ahora bien, a partir del 4 de Diciembre, las circunstancias han cambiado y hoy podemos presentarnos ante Ustedes colocar sobre su mesa el hecho que la Asamblea Nacional estará constituida por 167 partidarios del Comandante y ni un solo representante del resto del país, aún cuando igualmente es públicamente notorio y hasta aceptado por el Gobierno que el país se encuentra polarizado. Consideramos que lo anterior constituye una prueba sencilla, contundente, transparente e irrefutable de que en Venezuela no existen las condiciones de una adecuada y amplia representación política de la voluntad pública nacional.
Estimados Señores.
El Sr. chávez frías, quien protagonizo un golpe militar y a quien sus adeptos llaman comandante, fue electo Presidente de Venezuela, en unas elecciones democráticas, por una mayoría abrumadora de la población venezolana, harta de los vicios del pasado.
Desde los inicios de su gestión, ésta ha sido, por decir lo menos, muy controversial, en especial por cuanto ha desplegado unas tendencias autoritarias nada compatibles con las tradiciones democráticas del país. Desde hace ya un tiempo, chávez domina todos los poderes públicos, habiendo impuesto adeptos-adictos suyos en la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo, el Banco Central, las fuerzas armadas, la Asamblea Nacional y demás entes públicos, aparte de que, como petro-autócrata de turno, controla la chequera pública y la cual ha estado muy bien alimentada por los ingresos petroleros.
El Comandante, independientemente de las tantas necesidades que tiene el país también se ha dedicado a divulgar por el mundo un programa que denomina el Socialismo del Siglo XXI y que algunos proclaman como una visión, pero que la mayoría sospecha es solo una gran confusión. Para mercadear su propuesta, así como la marca Comandante chávez, ha regalado activos del pueblo venezolano por doquier, hasta en lugares tan insólitos como el Estado de Massachussets, y lo cual, en gran parte, lo ha financiado con préstamos internacionales, provisto por Ustedes, o por lo menos con la ayuda de Ustedes.
Por supuesto que estos empréstitos públicos han causado gran preocupación a muchos de los venezolanos pero como hasta la fecha carecíamos lamentablemente de unas pruebas lo suficientemente claras, sencillas y contundentes para presentar nuestras quejas ante personas y entes como Ustedes, quienes no tienen porqué someterse a oír unas detalladas exposiciones, o quienes, por otras causas, prefieren ejercer la opción de hacerse los locos.
Ahora bien, a partir del 4 de Diciembre, las circunstancias han cambiado y hoy podemos presentarnos ante Ustedes colocar sobre su mesa el hecho que la Asamblea Nacional estará constituida por 167 partidarios del Comandante y ni un solo representante del resto del país, aún cuando igualmente es públicamente notorio y hasta aceptado por el Gobierno que el país se encuentra polarizado. Consideramos que lo anterior constituye una prueba sencilla, contundente, transparente e irrefutable de que en Venezuela no existen las condiciones de una adecuada y amplia representación política de la voluntad pública nacional.
¿Que la responsabilidad del 167 a 0 recae sobre la oposición? ¡Absolutamente irrelevante! El principal responsable por haber creado las condiciones políticas y electorales que hubieren permitido reflejar las voluntades del país recae ante nada en ese quien gusta que lo llamen Comandante.
Es en tal sentido que mediante la presente le solicitamos abstenerse de inmediato de otorgar nuevos créditos a Venezuela hasta que por lo menos se haya subsanado lo anterior y se hayan convocados nuevas elecciones.
El desconocimiento de esta alerta nuestra los expone al riesgo que en algún momento la sociedad proceda al desconocimiento total de dichos créditos, amparándonos a tal efecto en la incipiente doctrina relativa a los créditos odiosos. Como Ustedes bien saben la doctrina sobre deuda odiosa y que pudiese ser invocada para exonerar al país de cancelar una deuda pública contraída se fundamenta sobre los siguientes tres pilotes; la ausencia de una efectiva aprobación de la ciudadanía a la contratación de los créditos (167-0), el hecho que los fondos no sean usados para el país (los numerosos regalos de Venezuela a otros países) y el conocimiento del hecho por parte de los acreedores (esta carta).
Reciban un cordial saludo,