febrero 27, 2003

Energía Social

Energía Social
La mejor ubicación para sembrar un árbol a fin de que le dé sombra al mayor número de personas posible, incluyendo a extremistas, es en el centro. De allí que lamentemos el haber sido víctimas por décadas de un debate, que sólo ha buscado sembrar en los bordes del terreno ideológico. Así vemos, por ejemplo, como en el caso de la distribución eléctrica, sólo se contemplan dos opciones: 100% estatal o 100% privada… no obstante existir alternativas intermedias, como empresas municipales y cooperativas de consumo, que funcionan excelente en tantos lugares del mundo.
Salga sapo o salga rana, nuestro país necesitará de una inmensa reconstrucción social y una de las rutas que podríamos ensayar, es buscando nuevas alternativas para organizar nuestra distribución eléctrica. Además, la falta de recursos se ha agravado y si no hay dinero, sólo queda echarle pecho al asunto. 
Creo que hoy, cuando todo el país se encuentra paralizado en un ¿por dónde comenzamos? muchos podrían ver con agrado el que algunos municipios o asociaciones de consumidores levanten su mano y digan “de esto mejor nos encargamos nosotros”. Quizás entonces volvamos todos, todos juntos, a la tarea diaria, rutinaria e interminable de hacer Nación.
¡Es muy difícil!...dirán. ¡No! La Ley les brinda todas las oportunidades a este tipo de iniciativas y, para su implementación, sólo agarren al próximo funcionario frustrado de Cadafe que vean y pregúntenle… ¿No quieres venir a trabajar directamente para nosotros?
Y con estas iniciativas no me refiero sólo a Cadafe. En Margarita, donde de pronto no habrá con qué subsidiar el petróleo que usan para generar su electricidad, o la Mancomunidad de la Isla corre a ver como consigue un nuevo cable submarino para acceder al Caroní, o se las van a ver aún más oscuras.
¿Y en Caracas? Dado que los actuales accionistas de La Electricidad de Caracas ya le extrajeron gran parte de sus reservas patrimoniales, en lugar de pagar pasivos externos y que ello afectará no sólo los resultados financieros de la empresa, sino su capacidad de acometer nuevas inversiones, es obvio que la colectividad de consumidores debería ir pensando en qué hacer.
El árbol del medio no excluye lo de 100% estatal o 100% privado. En Venezuela, el manejo de las reservas hidroeléctricas son por naturaleza una función del Estado. Por cierto, al depender el país en un 70% del Caroní, resulta indispensable asegurar que, so pena del más severo castigo, nadie pueda, por acción u omisión, poner en peligro esta fuente de energía.
¿Y 100% privado? ¡Claro que sí!… pero deberían usarse procesos de adjudicación muy distintos a los actuales. Lejos de buscar el comprador que más dinero le ofrezca al Gobierno Central, porque ese monto se maximizaría recargando las tarifas, podría contemplarse la entrega en concesión de los activos o de las empresas a los grupos, que habiéndose comprometido con un plan de inversión, ofrezcan cobrar la menor tarifa promedio. Eso sí, grupos venezolanos, para así no generar una deuda externa cada vez que prendamos la luz.
El Universal 


febrero 13, 2003

A Cancún… con nuevas propuestas

Ya cumplimos con nuestra parte en la apertura comercial y así lo atestiguan nuestras zonas industriales, que con sus galpones abandonados son cementerios tanto de los sueños de una Venezuela industrial como del principal semillero de una clase media fuerte y profesionalmente diversificada. 
Supuestamente íbamos a recibir contraprestaciones y por eso nosotros, junto con los demás países en vías de desarrollo, nos aprestamos acudir a las reuniones en Cancún este año, a exigirle a los países desarrollados que también cumplan con lo suyo, muy especialmente con respecto a la apertura de su sector agrícola. El ánimo, que hoy nos alberga, es la rabia de quien se siente engañado. Pero…
¿Quién nos dice que estaremos mejor por el solo hecho de que el agricultor europeo y el naranjero de la Florida también caigan en la trampa, también pierdan sus fuentes de empleo y también tengan que abandonar los campos sólo para alimentar el crecimiento cancerígeno de las ciudades con su desempleo…? Yo no lo creo.
Más bien creo que debemos aprender de esos agricultores… como ellos defienden lo suyo, como no se dejan engañar por promesas vacías y como logran conservar viva una actividad económicamente tan improductiva, pero al mismo tan socialmente necesaria. Yo me resisto a aceptar que nuestro futuro dependa de lograr convertir sus campos en estacionamientos… en una especie de suicida vendetta global. 
Más bien creo que a Cancún debemos acudir con nuevas propuestas diseñadas para vencer el impasse agrícola y que además, en materia de empleo, representen un mayor potencial que una simple suma-cero.
En tal sentido, sugiero que renunciemos a nuestras actuales aspiraciones agrícolas y liberemos al mundo desarrollado de sus compromisos “incumplibles”, a cambio de nuevas alternativas, como podrían ser las siguientes:
1. Que el 50% de las nuevas necesidades de servicio para las personas de tercera edad de los países en desarrollo, deban obligatoriamente ser provistas por y en países en vías de desarrollo.
2. Que por lo menos se quintupliquen las posibilidades para que los países en vías de desarrollo puedan explotar la principal actividad económica actualmente a su disposición, la de mandar a sus trabajadores a los países desarrollados, a cambio del cheque diáspora. Por supuesto, de la misma manera que a los capitales se les ofrecen ciertos incentivos fiscales… esta mano de obra debería estar exonerada.
Claro que persisten ciertas exageraciones agrícolas, que deben ser revisadas. Por ejemplo, la manía de los Estados Unidos en aplicar impuestos específicos al concentrado de naranja, que sólo resulta en que importan lo mejor dejándonos al resto expuestos al “dumping de calidad”. En dos platos, eso de tener que competir con la caca, debe eliminarse. Asimismo, esa costumbre tan europea de pagar subsidios de 2.50 dólares por vaca por día, con fondos obtenidos de cobrar 1 dólar en un impuesto discriminatorio a cada litro de gasolina nuestro… es como demasiado.

El Universal